54.-Ultrasonido

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Samuel estaba desayunando cuando vio que Andrea bajaba, aún estaba desconcertado por su actitud de la noche pasada, pero entendió que necesitaba tiempo, Andrea lo miro mientras se acercaba a él y dibujo una leve sonrisa cuando la mirada de Samuel se encontró con la suya.

Estaba arrepentida por haberse ido de la habitación sin decirle nada más, pero tenía muchas cosas en que pensar y quería pensar con claridad, jalo la silla que estaba a su lado y se sentó junto a él sin decir nada, pero aun así no se sentía del todo satisfecha. Ella luego de haberse salido de la habitación, había regresado arrepentida al cuarto tras pasar algunos minutos pero para ese momento Samuel ya estaba profundamente dormido así que prefirió no molestarlo, y regreso a la habitación de al lado a descansar un poco.

Andrea: Hoy es la cita para ver a nuestro hijo.

Samuel: Si, después de desayunar vamos.-dijo sin mirarla y continuo comiendo mientras Andrea lo observaba y ella hizo una mueca tomando su mano.

Andrea: Samuel yo...perdón por haberme ido así de la habitación. Tu no tenías la culpa de lo que estaba pasando, pero en ese momento tenía que procesar todo lo que me había ocurrido.

Samuel: No te preocupes Andrea, te entiendo.-dijo y beso su frente.-Ahora vamos a comer y después vamos con el medico si?

Andrea: Pero no estés serio conmigo, no me gusta cuando te pones así, por favor.-dijo acariciando la mejilla de Samuel y este sonrió.-Perdóname por no dormir contigo.

Samuel: Ya, está bien, todo olvidado. Pero tienes una deuda pendiente que no se te olvide.-susurro cerca de su cuello y deposito un pequeño beso.

Andrea: Te prometo que esta noche te recompensare.-dijo sonriendo y lo beso mientras una de las empleadas le llevaba el desayuno.

Samuel: ¿Y qué decidiste?-pregunto mientras seguían desayunando.

Andrea: No lo se, por una parte los quiero mucho a los dos, Diana es mi mejor amiga y bueno él es mi papá. Pero por eso mismo se me hace difícil aceptar la relación, creo que me tomare unos días sin hablar con ninguno de los dos, eso me ayudara a pensar mejor y a decidir, sé que posiblemente estoy armando un show pero todo esto me parece extraño.

Samuel: Esta bien mi amor, sabes que te apoyo en lo que tu decidas, pero piénsalo bien si? Nada pondría más contento a tu papá que tú aceptaras la relación con Diana. Y como tú me dijiste un día, si ellos se equivocan seria su decisión.

Andrea: Si, tal vez tengas razón.-dijo comenzando a comer...

Cuando acabaron, ambos subieron al auto y se dirigieron al pueblo, estaban impacientes y emocionados porque por primera vez verían a su hijo, y aunque no lo tuvieran en sus brazos les alegraba mucho poder verlo, saber que estaba bien y que cada día creía más y se iba preparando para nacer.

Como ya tenían cita no tuvieron que esperar mucho, por lo que pasaron casi de inmediato y Andrea se recostó en la camilla, la doctora le sonrió, y comenzó a aplicarle la crema mientras les sacaba conversación para que no se formara un ambiente incomodo, después preparo todo prendiendo una pequeña pantalla que estaba al lado de Andrea.

Samuel estaba sorprendido con todo lo que estaba viendo, pero a la vez sentía una enorme alegría, su hijo estaba muy pequeñito, o por lo menos así se veía en la pantalla, sintió como su cuerpo se estremeció cuando escucho latir el corazón del bebé, para él era hermoso poder verlo tan formado, sus pequeñas manitas, sus pies, su cabeza, la forma en la que se movía, la doctora explico que ya estaba listo para nacer, y tanto Andrea como Samuel sonrieron.

Ella también sentía mucha emoción poder verlo, tenía ganas de llorar y reír a la vez pero se contuvo, no era momento para eso, sentía plenamente como su hijo se movía dentro de ella y sonrió queriendo sentirlo así todo el tiempo.

Andrea: ¿Qué es?-pregunto a la doctora y esta sonrió haciendo un poco de presión en el vientre para que el bebé se moviera.

Doctora: Es niño.-dijo y ambos sonrieron.

Samuel: ¿De verdad?-pregunto con alegría y ella asintió.-Gracias, no sabe que feliz no hace esa noticia. ¿Verdad mi amor?

Andrea: Si.-dijo sonriendo y Samuel se acercó a besarla.

Cuando por fin acabo todo lo de la revisión y la primera visión del bebé, ambos se despidieron de la doctora y regresaron a la hacienda no sin antes pasar por una tienda de ropa para bebé, a la cual Andrea insistió en entrar para ver que podrían comprar ahora que ya sabían que era un niño.

Andrea: Esto, se vería increíble con este suetercito y su gorrito y sus zapatitos de estambre que le hice.-dijo mirando un pequeño suéter azul marino.

Samuel: Mi amor pero este suéter es como para un niño de tres años.

Andrea: Ay bueno, tampoco es como si se quedara enano, tiene que crecer así que no le veo nada de malo, por favor.-dijo haciendo puchero mientras le enseñaba el suéter.

Samuel: Hace mucho calor, nuestro hijo se achicharrará con este suéter, es para cuando este helando.

Andrea: Pero cuando vayamos de viaje a Canadá, Alaska o cualquiera de esos países nos puede servir, además tampoco es para tanto.-dijo y Samuel esbozo una sonrisa.-Ándale.

Samuel: Esta bien, pero también hay que comprarle una camiseta de estas.-dijo tomando una camiseta de un equipo de futbol americano.

Andrea: Ay pero ese equipo no me gusta. Y no voy a dejar que le pongas esa camiseta por nada del mundo.-dijo tratando de quitársela pero no pudo.

Samuel: Pero a mi si, además yo ya te complací en lo del suéter, dame chance.

Andrea: Pero...

Samuel: No tiene nada de malo, por favor.-dijo besándola repetidas veces, hasta que ella sonrió.

Andrea: De acuerdo. Vamos a ver más ropa.

Samuel: Vamos.-dijo sonriendo y subieron a la segunda planta de la tienda comenzando a escoger cosa tras cosa que les gustaba.

Llegaron a la hacienda repletos de bolsas, habían comprado ropa, sabanas, gorros, biberones, pañaleros, baberos, juguetes de goma entre otras cosas. Y aunque para Andrea seguía siendo poco cuando comenzaron a guardar las cosas, le había dado flojera acomodar tanto, por lo que dejó que Samuel guardara la mayoría de cosas.

Andrea: Listo, acabamos.-dijo sonriendo mientras se acostaba en la cama y Samuel sonrió.

Samuel: ¿Cuál acabamos? si yo acomode casi todo.

Andrea: Ay no es cierto, yo acomode los baberos y también los juguetes de goma.

Samuel: Lo único que hiciste.-dijo y ella comenzó a reír.

Andrea: Bueno pero, entiéndeme estoy próxima a parir y no puedo hacer mucho esfuerzo.-dijo mientras Samuel se acomodaba a un lado de ella, apoyándose en su brazo mientras la contemplaba.

Samuel: Lo se, y no me dará más gusto el día que por fin tengamos a este pequeñín con nosotros.-susurro acariciando su vientre y se acercó a repartir pequeños y suaves besos.-A veces me pongo a pensar en que hice para merecer tanta alegría y felicidad, después recuerdo nuestra noche de bodas y obtengo la respuesta.-dijo y Andrea comenzó a reír.

Andrea: Eres un idiota, pensé que me dirías algo romántico como siempre lo haces.

Samuel: Ahaa a la señora le gusta que le digan cosas románticas.-susurro sonriendo mientras besaba de nuevo su vientre y Andrea soltó una risita.

Andrea: Bueno, algo así...

Samuel: Te amo.-dijo poniéndose a la misma distancia que ella y la beso en los labios.-No es una palabra muy romántica, y muy usada, pero es lo único que me sale decirte en este momento, te amo.-beso sus mejillas.-Te amo.-beso su frente.-Te amo.-volvió a besar sus labios de una forma más intensa.-Y aun no se me olvida que me debes una noche...

Andrea: ¿Yooo?-pregunto sonriendo mientras Samuel comenzaba a besar su cuello y desabrochaba su blusa.

Samuel: Si.

Andrea: No me acuerdo.

Samuel: Mentirosa.-dijo alzando la vista y Andrea sonrió rodeando su cuello con sus manos y jalándolo para unir sus labios a los de él, en un beso profundo y apresurado...

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