14.-Condiciones

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Samuel la miro con tal intensidad que hizo que el cuerpo de Andrea se estremeciera, sentía como su corazón aun latía desenfrenadamente y su cuerpo aún estaba acto para cualquier ataque, un escalofrió paso por sus hombros y sintió la espalda como si de pronto le hubieran tendido una manta caliente. Si, tenía miedo, y agradecía tanto que Samuel estuviera ahí que quería arrogarse a sus brazos y no soltarlo nunca, o por lo menos hasta que amaneciera.

Andrea: ¿Qué haces aquí?-pregunto ignorando su pregunta y el hecho de que el la llamara "amorcito".-Pensé que ibas a estar todo el día con tu amiguita Karen.

Samuel: No, ya terminamos, y es fascinante el pueblo, después de todo me agrado y me encantan los centros turísticos que pusieron a las afueras, aunque es difícil percatarse de ellos.

Andrea: Oh ósea que te llevo a recorrer el pueblo. Que atenta.-dijo y el comenzó a reír.

Samuel: ¿Algún problema Andrea? No me digas que te molesta que haya salido con ella?.

Andrea: Tú puedes hacer lo que se te pegue la gana, me tiene sin cuidado. Y como comprenderás ahora no tengo tiempo para hablar de nuestro perfecto matrimonio, así que búscame mañana.

Samuel: Perfecto, adiós.-dijo dándose la vuelta para regresar a su auto.

Andrea: ¡No, espera!-grito y Samuel se volteo sonriendo con triunfo.-Si quieres...podemos ir a la hacienda y ahí platicar.

Samuel: Dijiste que mañana.

Andrea: Si, pero mañana puedo amanecer ocupada y si en este momento tienes tiempo, puedes acompañarme a la hacienda y platicar ahí.

Samuel: No, prefiero que sea mañana y si no se puede, otro día.

Andrea: Samuel!-lo llamo cuando el pretendía irse, y suspiro resignada.-Tienes razón, de acuerdo, aun le temo a la oscuridad, y regresarme sola a la hacienda no me gustaría.

Samuel: ¿Qué persona viene a que sus animales tomen agua a estas horas?

Andrea: ¿Me vas acompañar sí o no?-pregunto enfadada.

Samuel: Pídemelo por favor.

Andrea: ¿Qué?-pregunto indignada.-Estas loco si piensas que...-dijo y Samuel comenzó a caminar.-Esta bien! ¡Está bien! Samuel....me acompañarías a la hacienda por favor...

Samuel: Por supuesto querida.-dijo sonriendo.-Voy a mi auto para así alumbrar el camino y hacerte ese gran favor.

Andrea: Imbécil.-susurro enojada mientras él se iba.

Samuel fue con su auto y lo llevo a un lado para así poder darle luz al camino, pero no perdía oportunidad en mirar a Andrea, y menos cuando ella iba a una velocidad lenta, vigilando que ninguno de los animales se saliera del rumbo, su cabello largo recogido en una coleta, su blusa roja pegada al cuerpo, sus vaqueros y botines color negro. A pesar de que estaba sudorosa, sucia y desarreglada, seguía luciendo hermosa para él.

Andrea: Pues bien, aquí estamos.-dijo bajando del caballo y camino hasta uno de los empleados.-Llama a unos cuantos empleados más y diles que te ayuden a meter a los animales a su lugar por favor.

Empleado: Claro que si señorita.-dijo sonriendo y se fue.

Samuel: Que amable.

Andrea: Yo siempre, que tu no me simpatices es otra cosa.-dijo y Samuel sonrió negando con la cabeza.-Ven entremos, hace frio.

Samuel: Muy bien.-dijo y ambos entraron.

Cocinera: Ya está la cena señorita.

Andrea: Quieres cenar?

Samuel: No, solo quiero hablar e irme.-dijo y ella rodo los ojos.

Andrea: En ese caso, gracias ahora paso.-dijo sonriendo y llevo a Samuel a la sala.-Muy bien. Quiero saber cómo será nuestro matrimonio, es decir, si hay algún papel, o confías en mi palabra.

Samuel: Hay un documento.-dijo y ella sonrió.

Andrea: Por supuesto. En ese caso, quiero leerlo, detenidamente y saber a lo que me expongo.

Samuel: En pocas palabras es lo que te dije, casarte conmigo, y tener un hijo, pero está bien, mañana te traigo el documento para que lo analices todo lo que desees.

Andrea: Perfecto, también quiero poner unas cuentas condiciones y preguntarte algunas cosas.

Samuel: ¿Cómo qué?

Andrea: ¿Qué pasara con el hijo? Es decir, no pienso estar atada a un hombre que no me ama eternamente, con quien se quedara el bebé?

Samuel: ¿Eso lo decidiremos cuando nazca está bien? Es muy pronto para pensar en divorcio. Ni siquiera nos hemos casado.-dijo sonriendo y Andrea se sintió avergonzada.

Andrea: Tienes razón. Quiero que nuestro matrimonio, sea un matrimonio normal.-seguro y el alzo la ceja dibujando una ligera sonrisa.-Quiero decir que...aunque no estemos enamorados finjamos estarlo delante de la gente, amistades, familiares, y cualquiera que esté a nuestro lado.

Samuel: Me parece.-dijo sonriendo.

Andrea: Eso también incluye fidelidad, tanto mía, como espero que tuya.

Samuel: ¿Y lo dices por?

Andrea: Tus saliditas con Karen, si es que tienes más..."amigas" no quiero que te andes paseando con ellas como si fueras un solterito codiciado.

Samuel: ¿No quieres que salga más?-pregunto sorprendido pero sintiéndose feliz por la escena de celos discreta de Andrea.

Andrea: No es eso, quiero que si sales, sea conmigo, o en mi compañía, para que no se levanten falsos comentarios.

Samuel: Espero que tus condiciones sean para ambos, porque no es justo que tenga que acatarme a ir contigo y tu salgas sola.-dijo y ella asintió.

Andrea: Claro eso incluye a ambos.

Samuel: Bien...¿Qué más?

Andrea: Quiero que sea una fiesta normal, con pedida de mano, fiesta de boda, y...bueno, también...

Samuel: ¿Luna de miel?-pregunto coquetamente y quiso reírse cuando la vio sonrojarse.-Muy bien, dalo por hecho. ¿Qué más?

Andrea: Que reciba una buena parte de dinero cuando nos casemos y una buena parte cuando nos divorciemos.

Samuel: ¿De cuánto?

Andrea: Mañana cuando traigas el documento te digo.

Samuel: Bien.-dijo sonriendo y bajo su vista hasta la mano de Andrea, frunciendo el ceño cuando la vio vendada.-¿Qué te paso en la mano?-pregunto y ella se alzó de hombros despreocupada.

Andrea: Un mal golpe.

Samuel: ¿A qué?-pregunto tomándola entre sus manos.-Se ve hinchada ¿Te duele?

Andrea: Un poco, pero pasara. Debes irte, es tarde y las carreteras son peligrosas de noche.-dijo levantándose.

Samuel: Bueno, entonces hasta mañana.-dijo mientras caminanban hasta la entrada.

Andrea: Si, hasta mañana.-dijo y detuvo la respiración cuando Samuel se acercó a ella tomándola de la cintura y unió sus labios a los suyos en un beso lleno de intensidad y pasión, deslizando su lengua dentro de la boca de Andrea y saboreando su sabor.

Por un momento ella olvido todo, su rencor hacia el, él dolor de su mano, el beso llevaba tanta ternura que quería reírse de la increíble felicidad que sentía, el había accedido a todas sus propuestas y hasta le había prometido cumplirlas sin siquiera protestar, lo que le alegro, sabia que ese matrimonio con Samuel para él solo era por interés, y aunque ella pretendía creer y convencerse a su misma que para ella significaba igual, no lo era, así que lo mejor era sacarle provecho, por lo menos lo tendría en las noches, pero también quería tenerlo en el día, y creer que eran un matrimonio de verdad.   

Samuel: Vamos a ser marido y mujer, debemos acostumbrarnos.-dijo mirándola con intensidad y ella lo beso de nuevo con más ternura y más despacio.

Andrea: Pienso lo mismo.-susurro dibujando una ligera sonrisa y le abrió la puerta para que él saliera...

CAMINOS UNIDOSWhere stories live. Discover now