7.-La amo

1.7K 166 45
                                    

Samuel: Me dijiste que querías los terrenos que colindaban con el manantial para que se le facilitara darle de beber a tu ganado en lugar de llevarlo hasta el rio no es así?-pregunto y Andrea asintió.

Andrea: Ya te decidiste? Me los venderán, yo te puedo dar mucho dinero Samuel, más que cualquiera en este pueblo y lo sabes, soy tu mejor opción.

Samuel: No, no te los venderé Andrea, te los regalare.-dijo y ella lo miro asombrada.-Con dos condiciones.

Andrea: Si, ¿De qué se trata?-pregunto entusiasmada y este sonrió.

Samuel: Bueno pues la primera condición es que te cases conmigo, y la segunda que me dejes hacerte un hijo.-le soltó con toda tranquilidad mientras Andrea lo miraba perpleja.-¿Qué me dices?

Andrea no podía creer lo que Samuel le estaba proponiendo, le parecía absurdo, y completamente humillante para ella, le estaba proponiendo acostarse con él para que le brindara los terrenos, pero en qué clase de hombre se había convertido Samuel?! Estaba indignada y él lo sabía perfectamente, con esto lastimaba el orgullo y la dignidad de Andrea, pero no tenia de otra, y la conocía perfectamente, ella pondría el dinero por delante de todo, antes no era así o por lo menos eso quería aparentar, pero ahora la Andrea que tenía ante sus ojos era ambiciosa y manipuladora.

Vio como los ojos de Andrea se oscurecían de rabia y furia, pudo distinguir como tensaba el cuerpo y de pronto ella se levantó sin decir nada y estirando su mano estrellándola contra la mejilla de Samuel. A pesar de que él se imaginó la bofetada, nunca pensó que la mano de Andrea doliera tanto.

Andrea: ¡Lárgate de mí hacienda!-exclamó indignada y Samuel dibujo una ligera sonrisa mientras disimulaba su enojo.

Samuel: Andrea mi padre me lo puso como condición, me dejara todo su dinero a mi si me caso y le doy un nieto, si no eres tu será otra, y tanto tú como Paul se quedarían sin nada.

Andrea: No estoy con Paul por dinero.-dijo y Samuel comenzó a reír.

Samuel: De verdad piensas que voy a creerte que estas enamorada de él?

Andrea: Piensa lo que quieras.-dijo y el se puso serio. Y no te quiero volver a ver aquí, esos terrenos serán míos de todas formas cuando haga valer el contrato.

Samuel: Prefiero pagar la multa que dártelos.-dijo y Andrea abrió los ojos con sorpresa.

Andrea: ¡¿Tienes una mínima idea de la cifra que puse por incumplimiento?!

Samuel: Si! Y me pareció una canallada pero igual lo pienso pagar.

Andrea: Si yo puse esa cifra es porque investigue cuánto valen tus tierras, y me salió esa cantidad, si los demando se quedaran en la calle y aunque digas que tienes dinero no creo que sea ni la mínima parte de eso.

Samuel: No me importa.

Andrea: ¡Eres un estúpido necio! Esos terrenos no te sirven, ni siquiera los ocupas, no les das uso están abandonados, ¡No entiendo porque te aferras a ellos.

Samuel: Ese es mi problema, ya te puse mis condiciones para darte esos terrenos, si no lo aceptas tu única salida seria demandarme y si es así, entonces espero tu demanda.-dijo dirigiéndose a la puerta.

Andrea: ¡Me quedaría con todo lo tuyo! ¡Te dejaría en la calle! Entiendes lo que es eso grandísimo idiota!

Samuel: Mejor para ti, me quitas todo y esas tierras serian tuyas, todo sería tuyo, entonces te convertirías en la mujer más rica del pueblo, y podrías realizar tus sueños y hacer con lo mío lo que te plazca, ¿Entiendes lo que eso significa? No tendrías que casarte ni conmigo ni con Paul, todo resuelto.

Andrea: Pero si eso pasa ¿Qué sería de ti?-pregunto preocupada.

Samuel: ¿Y qué más da lo que pasa conmigo? Tú no me quieres.-dijo y salió del despacho sin escuchar nada más.

Andrea: Ese es mi maldito problema, te quiero. Pero no soy idiota, se para que quieres casarte conmigo...-susurro mientras veía la puerta cerrada.

Samuel salió sintiendo que el corazón se le salía del pecho, Andrea lo había visto con preocupación, le había hablado de la misma forma y por unos instantes recordó la vez que ella le rogó para que él no se fuera, esa vez para él fue inolvidable, ella proyectaba tanta ternura y preocupación por él que su mirada se quedó grabada en él.

Samuel: Confió en que serás inteligente, y también confió en que no lo ames. Por favor Dios, que Andrea no ame a Paul.-susurro mientras manejaba.-Que no lo ame y que acepte casarse conmigo para que yo así tenga una oportunidad de hacer que se enamore de mi...

Adolfo: A dónde fuiste?

Samuel: A recorrer pueblos vecinos, tengo muchas ganas de conocer lo que por años no vi. Para ver si ha cambiado en algo o en definitiva todo sigue igual.

Adolfo: Dime la verdad hijo. ¿Fuiste a ver a esa muchacha?-pregunto tomándolo del brazo y Samuel suspiro.

Samuel: Si padre, la fui a ver y...-dijo volteando para todos lados asegurándose que Paul no estuviera ahí.-Y fui a proponerle que se case conmigo.

Adolfo: ¿Qué estás diciendo?

Samuel: Me dijiste que quieres verme casado y que quieres un nieto, bueno quiero que ella sea mi esposa.

Adolfo: También dije que quería verte feliz y estoy seguro que con esa mujer no lo serás.

Samuel: Deja que sea yo quien decida quien me hace feliz y quien no.-dijo enojado y después paso su manos por su cara.-Mira papá tal vez pienses que estoy loco, tal vez cualquiera que me estuviera escuchando en este momento pensaría lo mismo, pero te juro que no tienes idea de todo el amor que siento por ella, estoy tan enamorado de ella que ahora me siento muerto en vida, me siento como si lo acabara de perder todo, me siento perdido papá y sé que ella no está enamorada de mí, pero tengo la esperanza de que puede llegar a enamorarse de mí, y si no es así por lo menos se que la haría más feliz que Paul porque ella no lo ama!

Adolfo: Busca a otra mujer Samuel, ella no es mujer para ti, ni creo que lo sea para ningún hombre, desde que te fuiste cambio. Sé que estas confundido.

Samuel: ¡No estoy confundido papá! Estoy desesperado por que la mujer a la que amo se casara con otro en menos de un mes!-grito con lágrimas en los ojos y sé que cualquiera que tenga la mínima idea de lo que es el amor me puede comprender. Cuando la veo o pienso en ella lo único que deseo hacer es llevármela lejos así me convierta en el peor de los hombres, sé que lo que tuvimos hace años represento algo importante para ella, lo siento cada vez que ella me ve y sé que tengo esperanzas. Por favor apóyame, sabes que tengo razón.-dijo y su papá lo miro con ternura para después abrazarlo.

Adolfo: Sabes que siempre vas a contar conmigo.-susurro mientras lo abrazaba y si crees que esa mujer es tu felicidad, aunque no me parece correcto te apoyo en lo que sea. Pero prométeme una cosa.-dijo y Samuel lo miro.-Si resulta que ella ama a tu primo la dejaras en paz.

Samuel: Aunque me parta el corazón, así será papá.-dijo y lo volvió a abrazar...

CAMINOS UNIDOSWhere stories live. Discover now