Andrea estaba en su recámara mientras hablaba con Diana, aun no caía en cuenta la propuesta de matrimonio que le había hecho Samuel, sintió algo especial cuando el se lo propuso pero sabía muy bien que solo quería casarse con ella por interesa y porque le convenía. Si ella estuviera convencida de que él la amaba seguro hubiera aceptado su propuesta sin pensarlo dos veces pero con él solo le esperaría un infierno, ella no soportaría estar a su lado y saber que el no siente nada por ella.
Diana: ¿Entonces que piensas hacer?
Andrea: No se, con Paul tengo amor sincero, se que me ama porque me lo ha demostrado muchas veces, en cambio con Samuel...solo estaría con el por dinero.
Diana: ¿Te estas dejando guiar por sentimiento y no por negocios?-pregunto sorprendida al escuchar a Andrea y ella la miro exaltada.
Andrea: ¡No claro que no! Es solo que quiero un hombre fácil de manipular, y créeme Samuel no es nada fácil. Y si no siente nada por mí solo se empeorarán las cosas.
Diana: Entonces demándalo, tendrías todo y sin necesidad de casarte, mandarías al diablo tanto a Samuel como a Paul.-dijo y Andrea la miro mordiéndose las uñas de los dedos.
Andrea: No, si hago eso, ellos quedaran en la ruina, Samuel no tendrá nada, y tampoco soy tan perversa.
Diana: ¿A, no?
Andrea: No! Bueno...tampoco quiero destruir el patrimonio de Samuel. Es lo único que tiene, me odiaría si hago eso.
Diana: ¿Y a ti que más te da?-pregunto curiosa mientras dibujaba una ligera sonrisa.-Dime la verdad Andrea, no tiene caso que me sigas mintiendo y te sigas mintiendo a ti, ¿Lo sigues amando?
Andrea: ¡No!
Diana: Bueno, pues yo creo que tienes que pensar muy bien lo que haras, porque si no te decides por Samuel, ni tampoco quieres demandarlo lo más seguro es que te quedes sin nada, él se consiga una mujer para casarse y termine junto a ella disfrutando de un dinero que pudiste tener, entonces tu quedarías igual que antes y todo lo que pasaste con Paul estaría echado a la basura.-dijo y Andrea la miro nerviosa sin saber que hacer.-Andrea ¿De verdad vas a dejar que Samuel sea feliz con alguien que no sea tu?
Andrea: ¡Ya te dije que no lo amo! ¿Por qué no lo entiendes?-dijo enfadada y se sentó sobre la cama agarrando un peluche y pasando sus manos por el.
Diana: Bueno, que te parece si te invito a cenar esta noche, para que lo pienses mejor.
Andrea: ¿Cenar? Tu desde cuando cenas fuera de tu casa?-pregunto mirándola con curiosidad.-Te da alergia el cenar fuera de tu casa, eres demasiado higiénica como para comer algo que tu no hayas preparado.
Diana: Bueno, estoy superando eso. Y todo sea por mi mejor amiga, a la que le encanta mentirme a pesar de que se cuándo miente.-dijo tomando la mano de Andrea y ella sonrió.
Andrea: Bien, hoy en la noche.-dijo sonriendo y Diana se levantó despidiéndose de ella con un beso en la mejilla.
Diana: El restaurant que esta frente a la catedral ¿Te parece?
Andrea: Si, adiós.-dijo y vio como diana salió de ahí.
Samuel estaba mirando algunas cosas sobre el estado de la hacienda, tenía unas pequeñas dudas sobre algo que no entendía pero más tarde se lo preguntaría a su padre, ahora lo único que quería era distraerse con algo y considero que el trabajo era lo mejor.
Empleada: Joven Samuel?-pregunto tocando la puerta y este alzo la mirada.-Lo busca una señorita en la sala.
Samuel: De verdad?-pregunto sonriendo y se levantó enseguida-Gracias.-dijo y se dirigió a la sala sin esperar respuesta de la empleada pero su sonrisa se borró cuando vio que no se trataba de la mujer que él esperaba. Estaba de espaldas sin embargo el sabía que no era Andrea.
