52.-Algo inesperado

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Habían decidido ir al parque, a ambos les había parecido el mejor lugar para pasear y olvidarse por un momento de que el mundo existía, después de que Samuel había regresado solo querían estar juntos, como si temieran que en algún momento se fueran a distanciar, a Samuel le parecía tan increíble que por fin estuvieran sin problemas, que ni el mismo terminaba creyéndoselo, Andrea era amable con el, cariñosa, atenta, siempre estaba al pendiente de la casa tanto del trabajo en la hacienda de su padre y también del proyecto que ahora tenían en mente, lo que le preocupaba ya que ella había estado trabajando más de la cuenta.

Andrea por su parte se sentía segura y tranquila, adoraba estar así con Samuel, sin que nadie los interrumpiera, le agradaba que las cosas fueran mejorando, tanto en su relación como en el dinero, lo único que le faltaba para a completar su felicidad seria que ya naciera su bebé. Y ya por fin mañana lo podría ver aunque fuera en un aparato electrónico.

Samuel: Espero que te esté gustando dar un paseo por este lugar.-dijo mientras iban caminando y ella asintió.

Andrea: Me agrada mucho.-susurro al ver a las madres con sus hijos, algunos niños estaban haciendo volar su papalote. Otros estaban en los juegos, subiéndose mientras su mamá estaba mirándolo aterrada con miedo a que se cayeran y quiso sentir eso, quería que sus hijos se divirtieran mientras ella moría de miedo al pensar que algo malo podría sucederles, quería que subieran a todas prisa los escalones de la resvaladilla, que corrieran, que gritaran de alegría...

Samuel: ¿Todo bien?-pregunto mirando en dirección a donde ella lo estaba haciendo y se percató del porque Andrea había dejado de escucharlo.-Dentro de tres meses ya lo tendremos con nosotros, así que no desesperes mi amor.-dijo besando sus manos y Andrea sonrió.

Andrea: Lo se, y lo estoy esperando tanto...

Samuel: Yo también. Cada minuto que pasa para mi es una eternidad, aunque si te soy sincero muero de miedo.-dijo poniéndose a la altura del vientre.-me da miedo no poder ser un buen padre, pero hare lo mejor que pueda, nunca lo voy a dejar solo, y siempre estaré ahí para él o ella, porque no pierdo la esperanza.

Andrea: Ya veremos que termina siendo, pero sea como sea, yo lo amo y lo amare siempre. Y sé que nacerá sano y fuerte como su padre, porque por eso me alimento bien y gracias a Dios se me quitaron las náuseas y vomito porque no era agradable comer así.

Samuel: Yo se.-dijo levantándose y poniéndose a su altura.-Y también sé qué haremos un gran trabajo, porque los dos estamos igual de ansiosos porque nazca.

Andrea: Si.-dijo sonriendo y se acercó besarlo.

Samuel compro un helado para cada quien y se sentaron en una de las bancas para contemplar a las personas, mientras comían y se daban besos cada que lo creían conveniente o cada que se les pegaba la gana, vieron el lago que estaba ahí, los cisnes estaban a las orillas, tranquilos como si nada les molestara, Andrea se sintió muy identificada con ellos, tanto en eso, como en lo hermosos que eran.

Después de pasear por el parque, ambos regresaron a la hacienda, tenían mucho que hacer, aunque Andrea llego a recostarse un momento, el calor estaba en su punto y comenzaba a dolerle la cabeza, se dio un baño para quedar más relajada y después se acostó a ver televisión mientras Samuel estaba en el despacho.

Samuel: Andrea, tengo que irme.-dijo entrando al cuarto y tomo las llaves de la camioneta.

Andrea: Iras a ver a tu padre?-pregunto sentándose en la cama y él asintió acercándose a ella.-¿Llegaras para la cena?

Samuel: Claro que sí. ¿Quieres salir?-pregunto sentándose junto a ella y esta negó.

Andrea: No, esta noche quiero quedarme a cenar aquí, contigo.-dijo acariciando su mejilla y él se acercó a besarla.

Samuel: Vuelvo después. Te amo.

Andrea: Yo también, por cierto, voy a ver a mi padre, tengo que darle unos documentos que me pidió para mañana, pero ya acabe con todo por lo que será más fácil, además mañana iremos con el médico y no me dará tiempo.

Samuel: Esta bien, si quieres, cuando acabes de hablar con él me llamas y voy a recogerte ¿Si?

Andrea: Si.-dijo sonriendo y se besaron.

Samuel salió del cuarto y se dirigió a la casa de su papá, tenía que advertirle algunas cosas sobre el manejo de Paul a la empacadora pero también tenía en mente que su padre posiblemente se negaría a hacerle caso, cosa que no le afectaría ya que el estaba cumpliendo con decirle, después lo que Adolfo hiciera seria problema de él.

Samuel: Hola-dijo saludando a uno de los trabajadores que estaba frente a la casa.-¿Esta mi papá?

Empleado: Si joven.-dijo sonriendo y le abrió la puerta de la casa para que él pasara.-Le llamo?

Samuel: Si por favor.-dijo sonriendo y el empleado se fue, regresando minutos después.

Empleado: Puede pasar al despacho.-dijo y Samuel le dio las gracias pasando al despacho de su padre y encontrándolo con una gran sonrisa mientras estaba sentado frente al escritorio.

Adolfo: Tardaste más de lo que pensé, pero me alegra que estés aquí y quieras volver. Siéntate hijo.-dijo sonriendo pero Samuel solo lo miro serio.

Samuel: No estoy aquí para regresar papá. Mira seré claro y preciso, estoy aquí para avisarte del algunas cosas que me entere está haciendo Paul.

Adolfo: ¿A qué te refieres?-pregunto molesto.

Samuel: Papá, Paul está despidiendo a varios trabajadores de la empacadora, y no a quienes sea, está despidiendo a trabajadores que son de suma importancia, como el administrador, gente de experiencia, contadores... y ni siquiera está contratando a gente que pueda ocupar su lugar, los despide sin justificación.

Adolfo: ¡Haber Samuel!-dijo levantándose molesto.-No voy a permitir que interfieras en el trabajo de Paul si tu no quieres regresar con nosotros, a ti no te importa lo que él haga, yo confió en el y si tu no me apoyas el si lo está haciendo.

Samuel: Pero papá...

Adolfo: No quiero que interfieras, si despidió a esos trabajadores es por algo.-dijo y Samuel lo miro con impotencia y rabia, apretando los puños con fuerza.

Samuel: Esta bien, yo solo cumplí con decirte, si no me quieres creer o no quieres hacer nada es tu decisión, solo espero que no te arrepientas después y ten en cuenta que si te digo esto después de cómo me trataste, es porque realmente me importa lo que te pase, aunque a ti no te importe lo que me pase a mi.-dijo y salió de ahí dejándolo solo...

Andrea iba llegando a la hacienda de su papá, salió del auto revisando si estaban todos los papeles en orden y cuando los checo bien decidió entrar, en auto de su amiga estaba estacionado afuera de la hacienda por lo que sabía que estaba ahí, una de las empleadas le abrió la puerta de la entrada y ella paso.

Vio que el despacho de su padre estaba abierto, por lo que se dirigió hacia allá, en donde seguramente estaba su padre ya que siempre dejaba la puerta del despacho abierta. Pero cuando entro se quedó pasmada sin poder creer lo que veía.

Andrea: ¡Papá!-grito escandalizada haciendo que Diana y su padre se separaran del beso en el que estaban envueltos...

CAMINOS UNIDOSWhere stories live. Discover now