33.-Cara a cara

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Dos semanas después...

Andrea: El anillo es maravilloso mi amor, nunca había visto algo igual.-dijo con emoción mientras veía el anillo que le había regalado Samuel.

Samuel: Lo vi en una tienda a la que fui y estaba seguro de que te gustaría, ahora veo que es así.-dijo sonriendo mientras la abrazaba por detrás y le beso la mejilla.-Es un anillo muy especial, tiene una piedra muy fina que viene de los yacimientos de áfrica del sur.

Andrea: Es espectacular.-dijo y después lo miro un poco más seria.-Samuel que has pensado con respecto a lo que te dije de vivir aparte.

Samuel: No puedo dejar a mi padre.

Andrea: Bueno creo que no puedes quejarte, yo dejaría al mío. Creo que ambos ya son personas mayores pero también vividas, y estamos casados, ósea casa de dos. Es justo que tengamos nuestro espacio y me sentiré incomoda con tu padre ahí.

Samuel: Mi padre se adaptara, es buena persona y estoy seguro que te adaptaras a él. Dale una oportunidad.

Andrea: Pues no estoy de acuerdo contigo, vivir con tu padre y aparte con Paul seria como abrirles las puertas para que se metan en nuestra vida.-dijo mirándolo y Samuel hizo una mueca.

Samuel: Hablare con él para que Paul se vaya.-dijo y Andrea suspiro frustrada.

Andrea: Ok, solucionarías un problema pero tu padre no me ve con buenos ojos mi amor.

Samuel: Haber, a ti nadie te va a tratar mal Andrea, y menos ahora que eres mi esposa.-dijo tomándola de la cintura.

Andrea: Sii ya sé que soy la señora de Gallardo, pero por eso precisamente te pido que me hagas caso y me complazcas por favor!

Samuel: Sabes que así sea mi padre no dejaría que te haga nada, solo te pido una oportunidad tanto para él como para mí. Confía en lo que te digo.

Andrea: Esta bien, pero te advierto que si me busca no me voy a dejar, así sea mayor de edad, este enfermo o sea tu padre no me detendré de decirle o tratarlo como se merece.

Samuel: Eso ya me ha quedado muy claro, y está bien, tranquila que te creo.-dijo sonriendo y se acercó a besarla.-¿Ya tienes todo listo para que nos vayamos?-pregunto apartándole un mecho de cabello y ella sonrió asintiendo.

Andrea: Ya, el equipaje está en el cuarto.

Samuel: Bien, ¿entonces comemos?

Andrea: Si.-dijo sonriendo y lo volvió a besar.

Ambos salieron a la terraza y se sentaron y comenzaron a comer en silenció disfrutando de la hermosa vista que tenían, afortunadamente no hacia tanto frio como en otras ocasiones así que ambos estaban de maravilla.

Andrea: Samuel he estado pensando.-dijo rompiendo el silencio y él la miro fijamente. A pesar de que ella iba completamente cubierta lucia hermosa con sus mejillas sonrojadas por el frio que hacía. Y le dio gracia que a pesar de todos los días que habían pasado su cuerpo no lograba acostumbrarse.-¿Me estas escuchando?

Samuel: No, te estoy mirando. Hay veces en las que resultas increíblemente encantadora.-dijo y ella sonrió.

Andrea: Sigue así y no podré volver a pensar.-susurro extendiendo la mano para tomar una de él.

Samuel: ¿Eso es lo único que hace falta?

Andrea: ¿Quieres escuchar lo que tengo que decirte o no?-pregunto y él sonrió.

Samuel: Bien, habla.

Andrea: Que es lo que se supone que haremos cuando regresemos, porque es obvio que si vamos a vivir juntos, o por lo menos intentar vivir juntos en tu casa, pero...tengo planes que obviamente no pienso dejarlos.

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