38.-Inesperado

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Estaban sentados frente al médico que tenía el sobre blanco en sus manos, después de que les habían entregado los estudios, decidieron pasar de una vez por todas con el medico encargado. Así que tomaron asiento entregándole el sobre con los resultados y él rompió una parte del sobre comenzando a leerlo y los miro con una ligera sonrisa dejando la hoja sobre la mesa.

Andrea: ¿Y bien?-pregunto tratando de mostrarse serena, aunque por dentro estaba muerta de los nervios.-¿Estoy embarazada?

Medico: Si, señora, está usted embarazada.-dijo y Samuel sonrió tomándole la mano a Andrea.

Samuel: ¿Enserio? ¿Está embarazada?-pregunto entusiasmado.

Medico: Si Samuel, Andrea tiene tres semanas de embarazo, así que felicidades.-dijo y ella sonrió con alegría mirando como Samuel se levantaba y se dirigía a ella para abrazarla.

Andrea: ¡Estoy embarazada, no lo puedo creer!-dijo emocionada y tomo la cara de Samuel besándola y enfocándose en sus labios, sintiendo como él la alzaba poco a poco hasta que ambos estuvieron levantados.-Gracias.

Medico: No tiene porque.-dijo sonriendo y Samuel volvió a abrazarla.-Si gustan podemos comenzar con un tratamiento para su embarazo a menos que quieran una clínica particular.

Andrea: Si

Samuel: No.-dijeron al mismo tiempo y ambos se miraron.-Bueno, no le veo nada de malo que el medico lleve el tratamiento mi amor, después de todo, con el comenzamos y también le tengo confianza ¿qué dices?-pregunto y Andrea se alzó de hombros.

Andrea: Esta bien, si eso es lo que quieres, yo también estoy de acuerdo.-dijo sonriendo y Samuel la beso de nuevo.

Samuel: Entonces podemos comenzar con el tratamiento para mi esposa y mi bebé.-dijo sonriendo y ambos se sentaron para escuchar las indicaciones que el medico les daba, les hizo una receta con los medicamentos que ella debería tomar para que el embarazo fuera concretándose bien y también le indico la comida que debería comer, y lo que estaría prohibido durante su embarazo. Les dio citas para que checaran al bebé y se hicieran las revisiones correspondientes y cuando acabo se despidieron de él para después salir.

Andrea estaba emocionada con la noticia, y se sentía extraña ya que era la primera vez que se sentía tanta emoción por algo, no sentía sus piernas, y su respiración estaba agitada, le temblaban las manos y tenía esa sensación de querer gritar al mundo lo feliz que estaba. No podía creer que iba a ser madre, y menos que ese hijo seria de Samuel, una vez lo deseo con toda su alma, pero pensó que solo era un deseo, en ese momento no se le cruzaba por la cabeza ni en lo más mínimo que esto pasaría.

Samuel: Gracias.-dijo tomándole la mano antes de que ella subiera al auto, y la acerco a su cuerpo. -Gracias mi amor, por darme la familia que siempre quise tener, y por estar conmigo en este momento.

Andrea: ¿Hace muchos años te lo prometí no? Te prometí convertirme en tu esposa y darte muchos hijos, y yo, nunca rompo mis promesas Gallardo.-susurro sobre los labios de Samuel y ambos se besaron.

Samuel: Te amo Andrea, te amo mi amor.-dijo sobre sus labios y la tomo de la cintura dejando que ella tomara las riendas del beso, sintiendo como comenzaba a explorar su boca muy despacio y muy sutilmente.

Andrea: Vamos, aún tenemos que ver la casa que dices me compraras.

Samuel: Si te gusta por supuesto que si.-dijo pegando su frente a la de ella y le dio un pequeño en la punta de su nariz.-Vamos.

Ambos se subieron al auto y Samuel comenzó a manejar hacia la casa que vio, durante el camino comenzó a platicarle como era, grande, amplia, con un patio enorme, gran des ventanales, decorado hermoso, y colores elegantes pero alegres a la vez, tenía más de 4 recamaras, sala, comedor, cocina.

Cuando llegaron, Andrea salió mirando la casa con sus propios ojos, y ambos entraron mientras el dueño les enseñaba cada parte, y les mencionaba la cantidad y el por qué la estaba vendiendo.

Samuel: ¿Y bien?-pregunto al llegar a una de las recamaras y Andrea sonrió quitándose el saco, mirando cada parte de la habitación.

Andrea: Es muy hermosa, y esta habitación me encanto para nuestro hijo. Tiene una vista increíble, no está muy grande, es la más cuidada de la casa y colinda con la recamara principal.

Samuel: ¿Entonces?-pregunto sonriendo.

Andrea: Hay que comprarla porque me encanto, está en buen estado y en buen lugar, nos queda cerca el pueblo y la casa de nuestros padres.-dijo acercándose a él.

Samuel: Bueno, ¿entonces le parece bien si mañana regreso y arreglamos todo para lo de la venta?-pregunto y el señor asintió sonriendo.

Martin: No se preocupe Samuel, yo arreglare todo para que mañana solo se firme la compra de la casa.

Samuel: Gracias don Martin.-dijo estrechando su manos y después miro a Andrea.-Bueno, en ese caso mañana mismo podemos mudarnos ¿Verdad?

Martin: Por supuesto que si. Gracias.-dijo y Andrea sonrió.

Andrea: De nada.

Samuel: Gracias a usted.-dijo y ambos comenzaron a bajar dirigiéndose al auto.-¿De verdad te gusto?

Andrea: Si, está muy bella. ¿Por qué? ¿A ti no te gusto?

Samuel: Si, pero pensé que buscabas algo mejor, la veo muy sencilla como para que te haya gustado.

Andrea: Mi amor, en este pueblo, es lo máximo que puedes conseguir, además con un gran jardín en la entrada, y una piscina atrás de la casa, quedara maravillosa, la podemos pintar de blanco con toques azules y hasta podría parecer la casa del presidente.-dijo y él comenzó a reír.

Samuel: Aja.

Andrea: ¿Cómo que aja? Eso no es una respuesta, me estás dando mis avionazos verdad?

Samuel: Aja.-dijo sonriendo y ella se montó en su espalda haciendo que el la sujetara de los muslos.-¡Ey! Te pude haber tirado.

Andrea: Aja.-susurro sobre su odio, imitándolo y Samuel sonrió haciendo que bajara.

Samuel: Todo lo que digas, pienses o planees, para mi está perfecto Andrea. Me tienes tan enamorado que no hay cosa a la que pueda negarme si se trata de complacerte.-dijo y ella sonrió.-Pero no te creas tanto que se que yo también tengo mi poder sobre ti.

Andrea: Ay aja, sueñas.-dijo divertida y él la beso en la frente.-Vámonos ya, estoy cansada y el sol quema muy feo.

Samuel: Vamos entonces.-dijo sonriendo.

Se metieron al auto para dirigirse a la hacienda del padre de Samuel, mientras Andrea le iba contando de todas las cosas y decoraciones que tenía planeado hacerle a la casa, pero de pronto un auto se les interpuso en el camino haciendo que Samuel frenara de golpe.

Andrea: ¡Pero qué demonios!-grito enojada y Samuel se quitó el cinturón de seguridad saliendo del auto, seguido por ella.

Samuel: ¿Qué te pasa imbécil!? Pudiste haber ocasionado un accidente!-grito enojado y del auto salieron dos tipos que fijaron su vista en Andrea.

###: Lo siento pero tenemos un encargo y debemos cumplirlo.-dijo uno de ellos y saco un arma apuntando hacia Andrea y sin decir más disparo...


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