Capítulo 14.- Cuando me quise dar cuenta.

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Nuevamente alcance un gran estado de felicidad. Clarke había ido a mi casa en busca de ayuda. En busca de apoyo. En busca de refugio. Algo que yo sin tan siquiera plantearme el beneficio de la duda, le ofrecí abiertamente. Se lo entregué sin más. ¿Cómo no iba a ayudar a semejante ángel? A semejante belleza que me miraba avergonzada por la situación que estaba viviendo. Que me miraba con esos preciosos ojos azules brillosos, llenos de tristeza y lágrimas, en busca de un respaldo. Pero nuevamente yo me sentía como un desecho humano, como una escoria al darme cuenta que el foco de todo era que Clarke no estaba bien. Que nuevamente estaría pasando por una situación que le provocaba el llanto y un gran malestar. ¿En qué clase de ser humano me convertía eso? ¿Qué clase de persona podría sentir felicidad cuando al otro lado alguien como Clarke estaba sufriendo?

Esa mañana ni tan siquiera desperté. No necesité que Morfeo me visitase. No precisé de su ayuda. Es más, si hubiese aparecido, yo me hubiese encargado de hacerle saber que su presencia no era oportuna esta noche. Y no desperté más que nada porque me había pasado el resto de la noche pendiente por si Clarke necesitaba algo más. Por si me llamaba o por si las lágrimas volvían a ella. Por si yo pudiera ofrecerle algo para calmar su situación. Por si con su maravillosa voz volvía a llamarme cual viajero movido por el canto de las sirenas.

Toda la noche pendiente de escuchar algo que me indicase su situación, aunque lo único que logré fue escuchar un absoluto silencio. Un silencio que no me ofrecía ninguna pista. Un silencio que provocaba una nueva situación de caos en mi cabeza. ¿Era posible que el silencio hiciera ese ruido en mi mente? Era posible. Y mucho además.

Empecé a prepararme para mi jornada laboral con el máximo cuidado posible, sin intentar hacer ningún ruido. Ni tan siquiera permití que la alarma de mi móvil sonase. Esa mañana no le iba a dar el gusto a ese dichoso ruido infernal.

No sabía si Clarke era de tener el sueño ligero, y de ser así no soportaría que yo con mi torpeza le despertarse y que le robase la tranquilidad que posiblemente había podido lograr a lo largo de la noche. Ella necesitaba descansar ante todo. Esa era mi prioridad. Supongo que el hecho de que tu pareja te eche de casa no es algo que siente muy bien... No debía ser un tema muy agradable ni fácil de llevar. Y creo que mucho menos de tratar con alguien que ni tan siquiera conoces.

Y aunque durante todo el día mi cuerpo estaba presente en la cafetería atendiendo como si nada a cada uno de mis clientes, mi mente estaba en mi piso. Concretamente en Clarke. ¿Morfeo le había brindado su ayuda? ¿Habría descansado? ¿Estaría mejor? ¿Las lágrimas habían vuelto a sus ojos? ¿Habría hablado con su novio? Y sobretodo.... ¿Seguiría en mi casa? Rogaba a los dioses porque fuese así. Necesitaba saber cómo estaba. Necesitaba saber que estaba bien, y eso era algo que yo lograría saber si al volver a mi piso Clarke me brindara el honor de su presencia. Y necesitaba comprobarlo con mis propios ojos, no me valdría una simple nota. Y fue justo ahí cuando me di cuenta de que ni tan siquiera yo le había dejado una simple nota informándole que me había ido a trabajar y que se sintiera como en su propia casa. ¿Pero en qué demonios estaba pensando? Y ahora es cuando más que nunca la vocecita de mi hermana Ontari resonaba por mi cabeza: Es de ser inútiles, cariño. Lo sé, lo sé. Le repetía mientras negaba con la cabeza.

Mil y una pregunta que no encontraban respuestas en mí ya más que saturada cabeza. Preguntas que a cada minuto se sumaba una nueva. Preguntas que se agolpaban una tras otra a lo largo de las horas. Horas que no avanzaban en el reloj, y menos hoy que me tocaba jornada intensiva en la cafetería, puesto que me tocaba pasar esas horas al medio día sola. Horas sola en las que simplemente me dedique a observar el maldito reloj de la cafetería. Era un reloj normal y simple que no me había hecho nada a lo largo del tiempo que llevábamos abiertos. Pero ahora sentía como si nos estuviéramos retando. Como si ese objeto inerte fuera el culpable de todo.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now