Capítulo 58.- Porque ahora sí estaba segura de lo que quería.

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Y como había ocurrido años atrás, Ontari nos arrastró a todos a pasar la navidad en la casa donde vivía Alie. Esa casa y esa navidad que me había acercado tremendamente a Lexa. Donde había descubierto nuevas cosas de ella, y donde yo misma había descubierto tantas otras cosas de mí. Podría decirse que fue el punto de inflexión. El gran punto de inflexión que marcó el antes y el después. Ese momento que me hizo darme cuenta de que lo que estaba sintiendo por ella era algo diferente a lo que ya había sentido anteriormente en otras ocasiones. Se podría decir que fue el momento clave y también el momento donde todo comenzó a darme un poquito de miedo. Y es que reconocer lo que sentía por Lexa era diferente a tener que afrontarlo cuando todo era tan nuevo y diferente a la vez para mí.

-Hola cariño. –Saludó sonriente Alie dando un fuerte beso en la mejilla de Ontari nada más bajar del coche. –Mi vida. –Dijo apretando con cariño y cuidado a Lexa entre sus brazos. -¿Estás bien? ¿Alguna molestia o dolor? –Decía preocupada mientras sostenía su rostro entre sus manos.

-Tranquila. –Confirmó ella con una leve sonrisa y agarrando suavemente una de las manos de su madre. –Estoy bien. No te preocupes.

-Hola guapetón. –Saludó a Aden de inmediato, quien se encontraba observando todo lo que podía con sus ojitos curiosos desde mis brazos.

-Aden. –Le animé para que contestase debido a que posiblemente estaba demasiado concentrado observando a un par de gatos correr por la calle.

-Hola. –Saludó un poco avergonzado por la situación.

-Que mono es. Es que me lo como. Ñam. –Exclamó Ontari haciendo el movimiento de garra con su mano, provocando así la risa del pequeño. –Ven con la tita Ontari. –Dijo mientras extendía sus brazos hacia el pequeño para que se lanzase hacia ella, algo que el pequeño no dudó en hacer.

-Me alegro que hayáis venido. –Dijo Alie sonriendo y acariciando con cariño mi brazo.

-Yo también. –Sonreí de vuelta al ver como Ontari corría con el pequeño encima y Lexa les seguía el paso de forma más tranquila justo detrás.

Alie volvió a ofrecerme la misma habitación que años atrás, sintiendo una cierta nostalgia y familiaridad al recordar cada vez más fuerte cada uno de los momentos que compartí con esa familia bajo el mismo techo. Al recordar todas las emociones y lo bien que me había sentido al sentirme parte de un lugar. Y a la vez recordé lo que para Lexa suponía volver a la casa familiar. Dónde los recuerdos le abatían y le hacían encerrarse un poco más en ella si eso era aun más posible.

-¿Se puede? –Pregunté abriendo ligeramente la puerta de la habitación de Lexa, agarrando la manita de Aden, quien permanecía a mi lado. Como si entendiera la situación de no entrometerse directamente por muchas ganas que tuviésemos los dos de correr hacia los brazos de Lexa.

-Claro. –Contestó ella, sentada en la cama, apoyando su espalda en el cabecero mientras le ponía una cara graciosa al pequeño. –Corre. –Dijo golpeando ligeramente con su mano el hueco que había a su lado.

Ni una palabra más fue necesaria para que el pequeño soltase mi mano y corriese hacia ella, parando casi en seco para subir con cuidado a la cama, tal y cómo siempre le informaba cuando pretendía llegar hasta Lexa, como bien tenía aprendido después de tantas veces que le había advertido que debía tener cuidado de no hacerle daño.

-¿Quieres que después vayamos a dar una vuelta? –Le preguntó al pequeño mientras éste sonreía plenamente.

-¿Puedo ir yo? –Me atreví a preguntar a la vez que me sentaba a un lado de la cama, justo a los pies, desde donde podía observar a los dos directamente.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now