Tal vez (AU) -Español [Clexa]

Capítulo 72.- Muy real.

Escuchar su voz llamándome en plena calle fue algo que nunca me hubiese esperado después de la conversación y de lo que acababa de ocurrir minutos atrás en el piso donde todo se había vuelto del revés. Donde todo había desaparecido entre mis dedos de una forma muy fugaz.

Minutos en los que mi mente intentaba procesar todo lo que estaba ocurriendo a mí alrededor. Y es que de un momento a otro había perdido todo por dejarme llevar, por actuar y por no pensar en frío lo que estaba haciendo. El mismo frío que recorrió mi cuerpo después de dar el leve portazo que cerraba esa etapa de mi vida. El mismo portazo que volvía a separarnos y a dividir nuestros caminos por mucho que me doliese. Y es que todo se había venido abajo sin tan siquiera esperarlo. Porque dejé a mi cuerpo actuar y me dejé llevar por la rabia y la frustración que sentía en el momento después de pretender que me dijese algo, lo que fuese. Aunque sólo hubiese sido un: Dame tiempo.

Pero no, mi impaciencia pudo con todo y volví a destrozar aquello que más quería en la vida tener. Lo que más deseaba y lo que más me hacia feliz.

Lo había perdido todo. De nuevo. Pero escuchar su voz en plena calle llamándome...

-Dios... -Susurré sólo para mí mientras preparaba algo de cenar para los tres. Y es que jamás hubiese imaginado una escena así. Jamás hubiese imaginado que Lexa por fin iba a reaccionar y mucho menos de tal forma. ¡Y qué forma! ¿Quién me iba a decir que alguien tan callada y reservada iba a tener tanto guardado y encima para mí?

Aun no me creía lo que acababa de vivir minutos atrás y mi mente se empeñaba en recordar cómo me miraba con sus preciosos ojos verdes, completamente exhausta por la carrera mientras intentaba controlar la respiración y así soltar todo lo que me tenía su cabeza preparado. Increíble. Jodidamente increíble. ¿Acaso podría haber sido mejor? Estaba claro que no.

Y es que ella me había confesado todo. Absolutamente todo. Incluso más de lo que podía llegar a pensar o esperarme.

Me amaba. Sabía que era así. Lo sentía y lo vivía día a día. Sabía que había algo por cómo me miraba, por cómo me trataba y por todo lo que me hacía sentir. Pero es que egoístamente necesitaba escucharlo. Necesitaba escuchar de sus labios que era así. Que sentía lo mismo que yo y que todo no estaba siendo producto de mi propia conciencia e imaginación. Y es que lo que más quería es que todo fuese real. Y real de verdad, no sólo para mí. Por una vez en la vida quería echar raíces en un sitio y con alguien. Quería pertenecer a su vida, a su mundo. Lo quería todo, pero con ella.

-Creo que....se está pegando un poco. –Dijo a mi lado llamando mi atención por completo, haciendo que clavase mis ojos inmediatamente en ella para observar como movía la bechamel que estaba preparando. Y es que me había perdido demasiado en mis propios pensamientos. Y es que... ¿Cómo no hacerlo con la caja de emociones que había despertado la persona que ahora mismo me miraba sonriendo?

-Se ha pegado. –Asumí la derrota mientras ella ponía una mueca algo graciosa después de su intento de salvar parte de la cena. –Voy a prepararla de nuevo. –Dije apartando del fuego el intento de cena para volver a comenzar de nuevo.

-Podemos pedir algo. –Dijo ella apoyando ligeramente su cadera en la encimera mientras yo volvía a preparar los ingredientes.

-¿No quieres que cocine? –Pregunté observándola directamente. Observando lo bien que le quedaba el pelo húmedo hacia un lado y aquella ropa deportiva cómoda que se había puesto tras la rápida ducha.

-No he dicho eso. –Contestó con rapidez. –Es sólo que así aprovechas y te das una ducha caliente. Te va a sentar bien.

-Estoy bien. Cuando ya acueste a Aden será mi turno. –Afirmé ante su mirada. –Por cierto, ¿Sigue en su labor de buscar a sus compañeros de aventuras para el baño? –Pregunté al recordar como lo había dejado con ella en el salón después de secarlo y ponerle ropa seca.