Capítulo 25.- Tú sí que eres preciosa.

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-Sí. Sí. Sí. –Decía mi hermana canturreando mientras prácticamente daba saltitos, a la vez que Clarke y yo metíamos las maletas en el maletero de su coche. –Nos vamos a la casa de mamá. Sí. Sí. Sí. –Decía sin parar. –A la casa de mamá.

-¿Quieres parar ya? –Le sugerí amablemente cuando el tonito de su inventada melodía resonaba por mi cabeza de forma casi taladrante. Si eso era ya así y tan sólo llevábamos dos minutos respirando el mismo aire... Malo.

-Sí. Sí. Sí. A casa de mamá. –Repitió haciendo que yo rodara los ojos y que Clarke riera.

-Insoportable que eres. –Dije cerrando el maletero y encaminándome a la puerta de los asientos traseros. –Tú delante con ella por favor. No aguantaría todo el viaje a su lado. –Pedí a Clarke mientras ella asentía con una sonrisa, brindándome así la oportunidad de disfrutar del viaje de forma tranquila atrás, o al menos intentarlo. ¿Por qué? Porque mi hermana era la persona más desesperante en cuanto a viajes. Se quejaba por todo. Por la carretera. Por el sol. Por el poco sol. Por la lluvia. Por la escasa lluvia. Por el conductor de al lado, por el de delante, por el que incluso estaba aparcado a veinte metros de su coche. Por todo. Absolutamente por todo.

-Cobarde. –Dijo mi hermana cuando me observó desde el espejo retrovisor. Con los ojos entrecerrados mientras fingía un aspecto serio y enfadado. Y yo por mi parte le mantenía la mirada imitando un gesto parecido.

-¿Está muy lejos? –Preguntó Clarke desde el asiento del copiloto mientras se ponía el cinturón de seguridad. Haciendo que la batalla épica que mi hermana y yo manteníamos a través del espejo terminase sin ganador.

-Que va. Es sólo que mi hermana no aguanta mi adorable y majestuosa presencia por más de media hora. Una pena. Ella se lo pierde. –Dijo de forma burlona mientras Clarke sonreía por su comentario. –Cobarde. –Volvió a decirme mientras me sacaba la lengua.

Mi hermana tenía razón. Cuando la tenía, la tenía. El pueblo donde nuestra madre vivía estaba a poco más de una hora. Y eso si pillábamos atasco.

-¡Vamos! ¡Uuuh! –Dijo mi hermana dando volumen a la radio. Era algo que hacia siempre que alguna melodía conocida se dejaba escuchar a través de los altavoces del coche. -¿Te la sabes? –Le preguntó a Clarke.

-Claro. –Contestó la aludida sonriendo.

-Dale Clarke. –Dijo mi hermana animándola mientras yo agradecía en mi interior a mi hermana por tremenda acción. Gracias querida hermana. Iba a poder disfrutar de nuevo de su voz sin que yo de forma abusiva se lo volviese a proponer. Porque desde la vez que se lo pedí estando yo enferma no había podido disfrutar de su dulce voz siendo melodía. -¡Eh petardo! –Le pitó a un coche que pasó por su lado, el cual según ella había pasado muy cerca nuestra. Y que para mí estaba respetando los límites en todo momento. Y es entonces cuando me pregunta; ¿Pero por qué demonios me jugaré yo la vida con semejante kamikaze? ¿Por qué no habré cogido yo el coche? Tan sólo me quedaba rezarle a todos los dioses que conocía para llegar sanas y salvas a nuestro destino.

Y entonces la voz de Clarke comenzó a sonar por encima de la de la radio. Inundando cada espacio del coche e inundando cada espacio de mi piel, haciendo que mis poros se estremecieran y que sintiera un escalofrío recorrer mi espalda. Era increíble todo lo que su voz podía llegar a trasmitirme. Era increíble como hacia reaccionar a mi cuerpo entero. ¿Había dicho ya que me ofrecía como trabajo de investigación? Porque lo que me pasaba podría ser digno de un gran estudio. Y lo digo seriamente. ¿A alguien en la vida le había ocurrido algo así?

Clarke le dio el paso a mi hermana, señalándola con el dedo índice. E inmediatamente mi hermana comenzó a seguir la canción para ambas unirse poco después en el estribillo. Y entre canción y canción el viaje se hizo más tranquilo. Al parecer la voz de Clarke tenía también la capacidad de tranquilizar a mi hermana, quien no se había vuelto a pelear con nadie ni nada sobre la carretera.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora