Capítulo 57.- Maldita sea Griffin. Maldita sea.

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Lexa se recuperaba tremendamente bien. Había pasado de pasar tiempo con Aden solamente en la cama y en el sofá, a dejarse caer con cuidado y mi ayuda, en la alfombra y el espacio que ambos tenían delimitados para jugar en el salón, el mismo que ella le había organizado un tiempo atrás, y donde ellos parecían disfrutar más. Como si aquello fuese una pequeña fortaleza para ambos o algo así. Un lugar desde donde sus risas y conversaciones inundaban el lugar y desde donde yo podía recrearme completamente al observarlos como única espectadora.

-¡Mira mami! –Exclamó el pequeño para llamar mi atención mientras me enseñaba algo que había construido con unas piezas y la ayuda de Lexa.

-Oh, vaya. Que genial. –Sonreí observando cómo rápidamente volvía a concentrarse para construir otra cosa mientras le pasaba un par de piezas nuevas a su inseparable cómplice de juegos. –Ya voy yo. –Dije con rapidez cuando el timbre sonó. Pensando que sería Ontari, con la que había quedado para pasar la tarde y la noche juntas. Imaginando lo bien que lo íbamos a pasar los cuatro juntos durante esas horas.

-Hola. –Dijo Costia clavando su mirada en mí tras abrir la puerta.

-Hola. –Contesté siendo, o más bien intentando, ser lo más neutral posible con mi voz.

-¿Te importa? –Preguntó inclinando ligeramente la cabeza, dándome a entender que quería pasar al interior del piso.

Estirada. Pensé mentalmente.

-Oh no. Para nada. –Sonreí mientras me apartaba a un lado y así dejarle pasar.

-Lexa. ¿No estás lista? –Dijo llamando su atención mientras paraba su paso en mitad del salón, mirando la escena que compartían ella y Aden. –Habíamos quedado. –Le informó al ver la cara de desconcierto de Lexa al levantar la vista y encontrarla allí parada.

-Lo siento. Se me olvidó. –Se disculpó Lexa inmediatamente. –Ey renacuajo. Terminamos el castillo en otro momento ¿Vale? –Le informó a Aden, quien asentía un poco triste. –Te prometo que será muy grande. Tan grande como quieras. –Le dijo acariciando su carita. –Además, fijo que mamá quiere jugar también contigo.

-Claro. Claro. –Contesté con rapidez cuando la mirada de Lexa me buscó, sin importar que Costia siguiera allí parada. Intentando así que ambas reconfortáramos al pequeño.

-¿Has visto? Luego me enseñas lo que habéis construido. –Dijo mientras intentaba levantarse, mientras mis pies querían salir corriendo para ayudarle, pero los cual tuve que frenar al ver como Costia se acercaba antes.

Estirada rápida.

-Vamos, deja que te ayude a cambiarte. –Decía Costia mientras intentaba ayudar a Lexa en el camino hacia su habitación.

-No. No. Estoy bien. –Contestó con rapidez. –No tardo. –Dijo antes de abandonar el salón y dejarme con Costia mientras el pequeño volvía con sus juguetes ajeno a todo. Bendita infancia.

Y si Ontari me la había jugado en el hospital dejándome con las dos...Ahora la otra hermana me la jugaba aun peor. Dejándome a solas con Costia. Aunque conociendo a Lexa fijo que no lo había hecho con ninguna intención.

-Voy a hacerle la merienda el pequeño. –Informé educadamente para hacerle saber de que abandonaba el espacio que compartíamos. Y es que por muy claro que tuviese el que no era merecedora de Lexa...tampoco era plan de liarla aun sabiendo que habían quedado.

¿Y por qué tenían que quedar? ¡Maldita sea!

-Veo que os vais de viaje... -Dijo Costia de golpe justo detrás de mí, sabiendo que estaría en la misma puerta de la cocina desde donde posiblemente me estaría observando.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now