Capítulo 24.- Y fin del drama.

5.2K 482 60
                                    


Era un tanto increíble ver como Clarke se había adaptado con rapidez al trabajo en la cafetería, dejando bastante claro que era muy cierta la información que me hizo llegar acerca de que había pasado tiempo tras alguna que otra barra, y envuelta entre el aroma maravilloso del café recién hecho. Y la verdad es que se le daba muy pero que muy bien. Y aunque aún se estaba adaptando, siempre me recordaba que ella también podría hacer las horas pérdidas, esas que quedaban entre el medio día y la hora del café por la tarde, esas horas que tanto Lincoln y yo nos turnábamos. Cosa que yo me negué en todo momento hasta que no terminara de adaptarse. Ya que distinto era trabajar día a día con nosotros y otra tener que desenvolverse ante algún pedido o cierto repartidor que no hacia bien su trabajo. Era algo que ella no necesita experimenta por ahora. Pero era además algo que Lincoln no veía muy bien. Si trabaja aquí con nosotros, pues que trabaje como nosotros. Pero bueno, tú eres la jefa, tú sabrás lo que haces. Eran las palabras que mi amigo me dijo en cuanto le informé de mi decisión. Una decisión que por ahora no pensaba cambiar.

Y aunque la relación con mi amigo había vuelto de nuevo a su cauce, si es cierto que muchas veces veía sus intenciones claras de seguir poniendo a Clarke a prueba. Unas intenciones que yo no entendía su función ni finalidad. No entendía que problema tenía Lincoln. Su faceta de protector ya me estaba sobrepasando. ¿Acaso no veía lo increíble que era Clarke? ¿Cómo dudar de alguien así? ¿Cómo desconfiar de ella? Menuda locura. Ya le había dejado claro en alguna que otra ocasión que era transparente en cuanto al tema del dinero, porque por supuesto que había vuelto a pillar a mi amigo intentando de nuevo el truco del billetito en ciertas ocasiones. Y todas las veces que lo había intentando el tiro le había salido por la culata. ¿Qué más quería? ¿Un registro o prueba de ADN? ¿Un análisis completo tanto físico como psicológico? Por ahora lo que tenía claro, es que ese dossier que mi amigo esperaba construir con información y detalles de Clarke, también era otro proyecto suyo fracasado.

Y yo por mi parte tan sólo me dejaba maravillar por esa preciosa mujer que había llegado a mi vida de forma tan imprevista y espontánea.

Adoraba ver la sonrisa de Clarke deambulando por mi cafetería, ver como se desenvolvía entre los clientes y como ellos respondían con un gesto agradable. Clarke al parecer tenía ese toque maestro con todo ser viviente. Ese toque maestro que lograba embrujar a todo el mundo, ya sea con su preciosa sonrisa, su increíble mirada o su maravillosa voz, todos ellos puntos que me hacían lograr una tremenda paz, pero que últimamente me llegaban a estremecer, provocando una sensación bastante agradable por todo mi cuerpo, una sensación que yo y mis hormonas conocíamos muy bien. Me compadecía de ellas al recordar cada suceso, recuerdo y pensamiento por el que mi mente había experimentado ante el contacto con mi diosa rubia. Porque eso era Clarke, estaba más que claro. Una perfecta diosa, de cabello dorado y ojos que no tenían nada que envidiar al increíble e inmenso océano.

-¡Vamos, vamos! –Escuché la voz de mi hermana desde mi puerta cuando el ascensor se abrió dándonos paso al pasillo que daba a mi piso.

-¿Qué haces aquí? –Pregunté rebuscando las llaves de casa en mi mochila.

-Yo también me alegro de verte. –Dijo mi hermana con resquemor mientras yo percibía la sonrisa de Clarke. –Ya lo hago yo. –Gruñó mi hermana apartando mis propias manos de mi mochila e introduciendo las suyas para encontrar por ella misma las llaves.

¿Pero qué problema tenía yo con controlar semejante objeto entre mis manos? ¿Era algún tipo de enfermedad o patología que yo desconocía? Y lo más importante: ¿Tendría cura? Porque realmente podía parecer algo preocupante.

-¿A qué tanta prisa? –Pregunté mientras mi hermana sonreía victoriosa con las llaves en la mano.

-Me meo. –Contestó ella con rapidez mientras abría la puerta y salía prácticamente corriendo hacia el interior del piso, sin tan siquiera decir una palabra más.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now