Capítulo 55.- Llevo tres años esperando leer ese libro.

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Sin darme cuenta nada más levantarme y como cada mañana, comencé mi rutina diaria, esa en la que involucraba despertarme un poco antes para poder hacerle a Lexa el desayuno, dándome cuenta de que esa mañana era diferente nada más coger su tan querida taza.

-Idiota. –Negué con la cabeza, insultándome a mí misma al ser consciente de que esa mañana Lexa no pasaría por la cocina para poder tomarse su tan ansiado café de la mañana. Al darme cuenta que hasta dentro de pasadas unas cuantas horas no podría volver a ver sus ojos ni sentir su presencia a mi lado.

Al menos sabía que las horas entre que alistaba al pequeño, lo llevaba al colegio, y pasaba un rato por la cafetería, como la misma Lexa me había indicado, me servirían para mantener mi cabeza un poco ocupada y no pensar en coger a Aden y plantarnos en el hospital directamente saltándome toda esa rutina que tenía que hacer.

-Mami. –Susurró el pequeño mientras observaba el camino que mis manos seguían en lo que subía la cremallera de su chaqueta.

-Dime cielo. –Le contesté dando un toquecito sobre su nariz.

-Quiero comprarle un regalo a Lexa. –Me dijo con un gesto tremendamente tierno.

-¿Quieres comprarle un regalito eh? –Sonreí mientras el asentía. –Me parece una muy buena idea. Después iremos a comprarle un regalo a Lexa.

-¡Sí! –Exclamó victorioso y lanzándose a mis brazos para dejar un beso sobre mi mejilla.

Y después de dejar al pequeño en el colegio el siguiente punto era la cafetería. La misma cafetería que ahora no me motivaba tanto el ir a trabajar. Posiblemente por pensar que Lexa estaba en el hospital y porque no iba a encontrarla sirviendo o atendiendo una mesa nada más abrir. Y es que el hecho de que Lexa no estuviera allí le quitaba muchos puntos al lugar.

-Buenos días Clarke. –Me saludó Bellamy desde la barra nada más entrar.

-Buenos días. –Contesté con una sonrisa un tanto forzada. Pocas ganas tenía de sociabilizar cuando mis pies prácticamente rogaban por salir corriendo de allí.

-¿Qué tal la jefa? –Preguntó mientras me ponía el mandil.

-Está bien. –Informé sin muchas ganas de seguir con la conversación.

-Es una mujer fuerte. Va a estar bien en nada. Ya verás. –Dijo dándome un leve apretón con su mano sobre mi hombro. Como intentando reconfortarme, aunque con ese gesto sólo lo lograba Lexa.

El rato que pasé en la cafetería lo ocupé prácticamente observando el reloj. Como si así consiguiera de alguna forma adelantar el tiempo, como si así pudiese lograr que las manijas fuesen más rápido y cumplir con el par de horas que Lexa me había hecho prometer cumplir. Un tiempo que cuando cumplí no dude en salir prácticamente corriendo de allí. Sin entretenerme en nada más. Con el objetivo bastante claro.

-Hola. –Dije tras dar un leve golpecito en la puerta de su habitación y abrir despacio por si la encontraba durmiendo.

-Hola. –Me contestó desde la cama, desde donde parecía estar pasando el tiempo leyendo. Algo que comprobé al ver como sostenía uno de los libros que Ontari le llevo.

-¿Estás sola? –Pregunté algo inquieta al comprobar que era así, entrando directamente dentro de la habitación y cerrando la puerta.

-Mi madre y Ontari han bajado a desayunar después de hablar con el médico. –Me informó mientras intentaba incorporarse un poco en la cama.

-Eh no. No te muevas. –Dije con rapidez mientras me acercaba para frenar su movimiento.

-Estoy bien. –Me informó. –Sólo quería pillar una nueva postura.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now