Tal vez (AU) -Español [Clexa]

Capítulo 59.- Feliz navidad.

Tras la conversación con Ontari, donde finalmente terminé enfrentándome a la situación, y más concretamente a mis sentimientos y emociones hacia su hermana, noté cierta confianza y seguridad en mi misma que en ocasiones había echado de menos. Ese detalle, o mejor dicho gran detalle, de asegurarme lo que sentía por Lexa se había convertido en el empujón que había necesitado para terminar de asegurarme lo que verdaderamente quería, y por lo que iba a luchar.

-Buenos días. –Dije nada más entrar en la cocina, donde Ontari, su madre y el pequeño ya estaban comenzando el desayuno. –Que madrugadores. –Dije sonriente mientras me daban los buenos días también.

-Buenos días mami. –Me dijo el pequeño apartando momentáneamente su vista de los cereales mientras yo acariciaba su pelo con cariño.

-¿Café? –Preguntó Alie a la vez que me servía una taza. Anticipándose así a mi respuesta ya que ambas sabíamos las palabras que iban a salir de mis labios.

-Gracias. –Contesté mientras me entregaba la taza y me sentaba junto al pequeño, quien seguía perdido en su mundo de concentración con los cereales.

-¿Vamos a ir a comprar juntas como en antaño? –Me preguntó Ontari haciéndome reír. Recordando cómo tres años atrás fue de esa misma forma ante la esperada cena de navidad.

-Claro. –Contesté. -¿Y Lexa? –Pregunté abiertamente al darme cuenta de que si el pequeño estaba despierto posiblemente también lo estaría ella. Pero no, ella no estaba desayunando, al menos no con nosotras.

-Salió hace un rato. Dijo que tenía algo que hacer y que volvería algo tarde. –Me contestó su madre mientras Ontari me apartaba ligeramente la mirada para concentrarse en su café.

-¿Va a cenar con nosotras, no? –Pregunté un poco nerviosa e incluso con cierto miedo a pasar una noche así de especial donde ella no estuviera. Pensando que posiblemente podría haber cambiado de planes y que Costia finalmente había sido su mejor opción.

-Sí sí. –Contestó ahora Ontari con rapidez. –La arrastro si se le pasa por su cabecita la idea de abandonarnos en una noche así.

-¿Dónde ha ido? –Pregunté directamente a Ontari cuando su madre se levantó un momento para atender el teléfono fuera de la cocina.

-No tengo ni idea. –Me contestó con sinceridad.

-Ontari. –Insistí clavándole la mirada.

-No lo sé, Clarke. En serio. No ha dicho nada. Sólo lo que ha contado mi madre. –Dijo mientras mi cabeza comenzaba a planear algún tipo de corta escapada con Costia ya que no iban a pasar la noche juntas.

Volvió pasada la hora de comer mientras el pequeño descansaba junto a mí en la cama. Ni tan siquiera tuvimos un acercamiento, fue su voz al hablar con su madre nada más llegar lo que me confirmó que había vuelto tras esas horas. Horas en las que sin darme cuenta me las había pasado esperando a que regresara, y es que la idea de que estuviera lejos de mi no me gustaba nada y menos si Costia tenía algo que ver en la ecuación.

Y aunque parte de la tarde habíamos mantenido alguna corta conversación o cruce de miradas, el ajetreo por preparar todo para la noche no me permitió dedicarle el tiempo que quería debido a que la casa estaba envuelta en un pequeño caos, donde la cocina era el escenario de batalla principal. Todo repleto de bolsas, productos, botellas... Una completa contienda. Y aunque todo el ajetreo me apartaba ligeramente de ella, la verdad es que adoraba estar presente en la organización de una noche así. Me encantaba el pertenecer a un lugar, el poder contar con alguien y que contasen conmigo.