Tal vez (AU) -Español [Clexa]

Capítulo 27.- Mi premio.

Esa mañana no fue mi mejor despertar. Me recordó a muchos otros antes de que Clarke apareciese en mi vida, incluso a muchos en los que yo pasaba las noches pensando y pensando en mi querida rubia. Y es que me había pasado la noche pensando, analizando y recreando situaciones de una pequeñaja Clarke sin alguien que estuviese a su lado, ofreciéndole el apoyo necesario para seguir adelante. Tenía muchas preguntas en mi cabeza, pero no tenía el valor suficiente para efectuárselas. Me era imposible tocar un tema tan delicado para ella, lo vi en sus ojos. Vi que no fue agradable confesar aquello entre todos. ¿Para quién lo sería? Por eso me prometí a mi misma no sacar el tema a no ser que ella misma diera pie a ello. Lo que menos quería era provocarle una situación incómoda con mis torpes e inadecuadas palabras.

-Uy. Que carita. –Dijo mi madre nada más verme entrar por la cocina. -¿No has dormido bien, verdad? –Me preguntó conociendo perfectamente la respuesta. – ¿Café?

-Por favor. –Respondí pasándome la mano por el pelo para echármelo hacia atrás mientras me sentaba en una de las sillas.

Mi madre no tardó en sentarse a mi lado junto a un par de tazas de café y un poco de pan tostado por si me apetecía comer. Nunca me preparaba nada del otro mundo porque sabía que yo era de comer poquito o básicamente nada. Y muchos menos recién levantada. Pero ese día se sorprendió al ver que cogía un poco de mantequilla para untarlo en un trozo de pan.

-Tengo hambre. –Confesé ante su mirada de sorpresa mientras me alzaba las manos en símbolo de paz.

-Ontari ha salido con Clarke a la tienda. –Me informó sin tan siquiera yo preguntarle.

Frase que me hizo observar el reloj de la cocina de reojo, las diez y media. Todo un record viniendo de mí.

-Creo que tenemos una conversación pendiente. ¿No crees? –Me preguntó mientras mi cabeza ya encajaba el porqué de la información anterior. Esa que me había ofrecido sin tan siquiera yo preguntar.

-Yo creo que no. –Contesté intentando ocultarme tras la taza de café llevándomela a los labios.

-Está bien. –Contestó mi madre encogiéndose de hombros para intentar quitarle importancia al asunto. –Hablaré yo sola entonces. Me gusta hablar sola. Espero que no te moleste descubrir los pensamientos de tu madre. –Dijo tras dar un sorbo de su taza de café. –Me gusta Clarke. –Comenzó su discurso mientras yo me concentraba en girar la cucharilla dentro del oscuro líquido de mi propia taza. –Es simpática. Muy agradable. Se preocupa por ti. Y eso debo decir que me gusta mucho. –Seguía enumerando sin parar mientras yo seguía con la cucharita. –Y las cosas como son, es muy guapa. –Dijo enfatizando la última palabra. –Tiene unos ojos preciosos.

-Me gusta. –Solté elevando mi mirada, chocando con los ojos de mi madre directamente y observando su cara de asombro. Aquella confesión realmente le había pillado por sorpresa. –Me gusta bastante. –Rematé mientras una sonrisita se formaba en los labios de mi madre.

-Vaya... -Logró articular tras un breve silencio. –Eso es nuevo. –Sonrió mientras yo volvía a apartarle la mirada. –Lexa. –Dijo llamando mi atención mientras yo me concentraba mirando un punto en concreto hacia el patio interior, el cual se apreciaba desde la cocina. –Sé que no eres como tu hermana en ese sentido. Y sé lo que te ha debido costar asimilar algo así. –Decía mientras yo fruncía más y más el ceño. –Conozco tu concepto del amor, nunca lo has ocultado, así que asimilar que te gusta alguien a tú propia madre... es un tremendo paso.

-Estoy enamorada de ella. –Solté volviendo a afrontar la mirada de mi madre, sin darle tregua a que siguiera diciendo algo más.

-Oh... -Dijo un tanto confundida, sin apartar su mirada de la mía. –Eso es increíble cariño. –Sonrió agarrando mi mano para aferrarla con cariño. –Me dolía tanto que te negaras a sentir algo tan maravilloso. ¡Ay! –Reaccionó abalanzándose hacia mí mientras dejaba un sonoro beso en mi mejilla. Y es que en reacciones era casi idéntica a mi hermana. –Me alegro tanto mi vida. –Acunó mi mejilla en una de sus manos. -¿Es correspondido?