Capítulo 22.- ¡Hasta dónde íbamos a llegar!

5K 432 80
                                    


Al día siguiente nada más despertar el olor a café ya viajaba por todo el piso, algo que comprobé a la perfección nada más abrir la puerta de mi habitación, antes de colarme en el baño y darme esa ducha mañanera para terminar de despertarme. De forma irremediable salí del baño con una sonrisa puesta en la cara. Una sonrisa que reflejaba todo por lo que estaba pasando. Una sonrisa que últimamente me acompañaba en cada momento. Clarke vivía conmigo. Clarke trabajaba conmigo. Había pasado de tener que rogar por su presencia en aquel banco, a compartir con ella el máximo de horas posibles. Y era entonces cuando yo volvía a acordarme de aquel pobre banco callejero... Lexa 2 – Banco 0.

-Buenos días. –Me dijo Clarke con una perfecta sonrisa en los labios. Esas que solamente sabía poner ella. Esas que alegraban mi día tan solo con su visión.

-Buenos días. –Le contesté observando cómo se movía con gracia por mi cocina. Observando cómo servía el café en un par de tazas, una de ellas la de mis queridas tortugas, y observando cómo terminaba de tostar un poco de pan.

-Aquí tienes. –Me dijo entregándome la taza mientras yo permanecía casi inerte en la silla, tan sólo observándola. Recreándome con sus movimientos una y otra vez. Memorizándolos en mi mente.

-Gracias. –Contesté sin perder su pista. Una pista que me guiaba a seguirla con la mirada hasta que finalmente se sentó a mi lado, en la silla que tenía por costumbre.

-Come algo. –Me ordenó alzando un poco sus cejas mientras ella se preparaba algo de pan con mantequilla.

-Hoy no me apetece. –Le informé mientras movía ligeramente la cucharilla de mi café.

Y es que aunque la situación con Clarke no me la podía imaginar mejor en ese momento, era inevitable que a mi mente viajara la conversación y bronca que mi amigo Lincoln y yo tuvimos el día anterior. Nunca nos había pasado algo así. Creo recordar que incluso nunca nos habíamos enfadado por muchas indirectas y directas que nos lanzásemos.

Todos esos pensamientos fueron los que reinaron en mi cabeza a lo largo del día. Un día en que mi amigo y yo tan sólo habíamos hablado lo necesario, lo necesario que tenía que ver con la cafetería. Ni tan siquiera nos miramos a los ojos. Ni tan siquiera me hizo ningún comentario de los suyos. Esos comentarios que ahora mismo estaba echando de menos. Porque aunque sabía que él no había hecho bien soltándome esas cosas sobre Clarke, yo sabía que lo hacia envuelto en su capa de protección hacia mí. Y también sabía que mi acción fue tremendamente equivocada.

-Hola. Holita. –Se anunció mi hermana tamborileando con sus manos sobre la barra. –Vaya bombones de camareros que tenemos por aquí. –Dijo sonriente mientras Lincoln y yo permanecíamos distantes. –Ven, que te robo un ratito. –Me dijo haciéndome una seña hacia una mesa del fondo.

Yo la seguí sin más remedio. Realmente tampoco me apetecía tener una conversación con Ontari y Lincoln al lado, ya que nuestra situación era algo incómoda.

-Bueno ¿Y? –Preguntó mi hermana sin darme tiempo tan siquiera a sentarme.

-Y ¿qué? –Le pregunté de vuelta mientras me dejaba caer en la silla de su lado.

-Oh por favor. –Contestó mi hermana rodando los ojos. –Mira que eres eh. ¿Cómo van las cosas con cierta rubia? –Preguntó moviendo sus cejas con algo de rapidez.

-Para. –Le informé con un gesto de mano incluido. –Tu mente y tú vais tremendamente rápido.

-O tú vas tremendamente despacio. –Contestó ella cruzándose de brazos. –Creo que voy a tener que tomar cartas en el asunto. –Decía meciendo su cabeza ligeramente.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now