Capítulo 46.- Había algo que no encajaba del todo.

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Me desperecé ligeramente y casi de forma inmediata sonreí al ver al pequeño durmiendo a mi lado. Era así como un acto reflejo cada vez que abría los ojos. ¿Y por qué? Porque esa personita era la que me había estado dando las fuerzas necesarias para seguir adelante y no tirar la toalla en momentos duros. El era mi muro, mi pared de hormigón, de dimensiones muy pequeñitas aun, pero tenía más que seguro que no me dejaría caer ni abandonar. Era esa fuerza que me empujaba a seguir.

Quien sin darse cuenta me había hecho tremendamente feliz ante la situación del día anterior eligiendo a Lexa, eligiendo vivir con ella. ¿Por qué para que engañarse? El pequeño nos había hecho un enorme favor a los dos. Y sí, un gran favor. De esos que hay que enmarcar y recordar para toda la vida como un gran hito histórico. Menudo era y aún solo tenía cuatro años...

Y es que ahora en estas cuatro paredes que volvían a ser mi habitación y que me traía tantos recuerdos, sabía que podía ser capaz de todo. Porque justo a mi lado tenía a mi adorado Aden, pero fuera de ellas tenía a mi increíble Lexa. Esa persona que había sido un súper héroe para ambos. Porque a él lo había salvado literalmente el día que lo conoció, pero a mí ya era la segunda vez que me lo ofrecía todo sin yo poder ofrecerle nada a cambio. Porque yo sabía que detrás de esa convivencia vendrían momento de comprensión, de saber escuchar, de ayuda, de miradas que lo decían todo cuando sus labios no se atreviesen a pronunciar una palabra. Porque si, así era ella, era tan Lexa que hasta dolía.

Me levanté dejando un beso sobre su carita con mucho cuidado de no despertarlo, aun era demasiado temprano, y no quería privarle de los minutos que todavía tenía para descansar antes de prepararlo para el colegio.

Comprobé la hora en el móvil, descubriendo que aún me daba tiempo a prepararle el desayuno a Lexa, tal y como lo hacía cada día antes de que me largase de aquí.

Antes de que me largase de aquí... Joder Clarke. Sin quererlo aquello resonaba en mi mente sin poder casi apartarlo. ¿Por qué seguía dándole vueltas al asunto? Ya estaba de vuelta ¿No? Incluso Lexa me había ofrecido de nuevo vivir con ella. ¿Qué maldito problema había en mi cabeza?

Fue el sonido de la ducha cuando salí pasillo lo que me puso alerta de momento.

-Mierda. Mierda. –Susurré. Ya iba con retraso. Lexa se había despertado más temprano de lo que tenía por costumbre o quizás había pasado una mala noche. O quizás simplemente sus hábitos habían cambiado. Habían pasado tres años por dios.

Casi en un tiempo record preparé la cafetera, gracias a dios Lexa no había perdido su hábito de seguir ligada al café. Porque de no ser así me hubiese tocado echarme la carrera del año mañanera en búsqueda de una solución. ¿Y por qué tanta preocupación? ¡Malita sea! Y yo que sé. Demasiados porqués en mi cabeza últimamente.

-¿No es muy temprano? –Me preguntó sobresaltándome un poquito mientras yo ya estaba en la cocina preparando el desayuno, perdida completamente en mi debate interno.

-Que va. –Sonreí ligeramente mientras servía su café, justo como a ella le gustaba y en su taza favorita. En la de las tortugas ninjas. –Sólo y con azúcar. –Le dije mientras se lo ofrecía.

-Gracias. –Me contestó amablemente cogiendo la taza y apartándome ligeramente la mirada.

-Siéntate por favor. Esto está ya casi. –Le informé mientras sacaba un poco de pan de la tostadora.

-No. No me apetece. –Me dijo para después dar un sorbo de su café, sin tan siquiera sentarse, permaneciendo en la misma posición.

-Tienes que comer algo. –Dije observándola con escrutinio. No me gustaba que no comiese antes de irse. Y tampoco me había gustado el comprobar que justo como cuando la conocí su cocina parecía un saqueo de cualquier apocalipsis. Además, parecía haber perdido peso. Seguramente su hermana le recordaría eso de "bicho palo" continuamente. Y para ser sinceros no me hacía mucha gracia.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Kde žijí příběhy. Začni objevovat