Capítulo 37.- Perdida. Estaba completamente perdida.

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Casi como si se tratase de un embrujo o un hechizo, las horas iban pasando completamente perdida en mis pensamientos y recuerdos. Unas horas que a veces se me antojaban eternas y otras simplemente ni tan siquiera me daba cuenta de que el reloj iba moviendo sus manecillas. Una parte de mi quería ser valiente y atreverse a preguntarle todo a la cara a Clarke de una vez, para así de esa forma quizás poder llegar a intentar despejar parcialmente el laberinto que formaban mis ideas. Pero otra parte, la que más pesaba sin duda alguna, estaba llena de miedos, de inseguridades, de incertidumbre. De un pavor que cubría por completo cada poro de mi piel. De una inestabilidad que me imposibilitaba el simple hecho de volver a intentar mantener una conversación clara o decente con ella. De una inquietud que casi no me veía capaz de solucionar.

Y es que cuando intentaba analizar todo de la forma más detallada posible. Cuando intentaba visualizar otra situación, punto de vista o explicación lógica o no lógica a lo que mis ojos vieron...la propia actitud de Clarke parecía confirmar y aumentar proporcionalmente todas y cada una de mis inquietudes. Y es que no hacía falta mucho, no hacía falta tan siquiera unas palabras, porque sin dame cuenta yo había aprendido a interpretar en cierto modo su lenguaje corporal, a saber entender cada uno de sus gestos y expresiones. Y me di cuenta especialmente en los días que trascurrieron tras el dichoso suceso, porque lo que estaba claro es que algo en ella había cambiado, de que la clase de relación que teníamos no fluía igual, de que justo en este punto éramos de verdad solamente dos inquilinas viviendo en un solo piso.

Ese día ni tan siquiera volvimos juntas del trabajo, se disculpó con que tenía algo que hacer antes de volver a casa. Y obvio era que yo ni iba a preguntarle ni me iba a entrometer, tampoco me emocionaba la idea de encontrarme o saber su excusa. Bastante tenía ya con imaginar las distintas situaciones y posibilidades que mi mente sola barajaba como para que ella incrementara de información a mi propia imaginación.

El hecho de volver a casa sola y de no poder seguir disfrutando de su presencia o del hecho y visión de poder observarla preparar la cena, era algo tan casi estúpido que parecía de locos. Pero era algo que me atormentaba profundamente. Porque era algo que si yo misma se lo hubiese dicho a la antigua Lexa, ésta se estaría riendo a carcajada limpia delante de mis propias narices. Hasta que punto había llegado.

Nuevamente ni fui consciente del tiempo, ni de lo que me rodeaba, ni del momento en el que me había dejado caer en el sofá de casa, sin hacer nada. Absolutamente nada. Solamente observando un punto fijo de la televisión, de la cual sólo escuchaba voces de fondo, como un zumbido lejano que va armonizando los pensamientos.

El ruido de la puerta fue el que llamó mi atención por completo.

-Hola. –Dijo Clarke en el momento en que nuestras miradas se cruzaron debido a mi rápido movimiento de cuello. -¿Sigues despierta? –Me preguntó con una ligera sonrisa mientras se quitaba el abrigo y dejaba las llaves sobre el pequeño mueble de la entrada.

-Ya me iba a dormir. –Dije de forma rápida, apartando la mirada de ella y observando el pequeño reloj que había junto a la televisión.

Las diez y media pasadas. Demasiado tiempo había pasado perdida en mi cabeza. De lo normal ahora mismo posiblemente Clarke y yo estaríamos en mi habitación, concretamente en mi cama disfrutando de un poco de lectura.

-¿Has cenado? –Me preguntó mientras yo me levantaba del sofá y ella se acercaba hasta mi posición.

-No. No me apetecía. –Contesté con rapidez. –Ahora mismo sólo quiero descansar. –Dije sin buscar sus ojos y saliendo de su espacio. Porque ahora mismo nuevamente lo que me apetecía era seguir manteniendo mi propia área. Y sí, por qué no decirlo, quería seguir torturándome solitariamente en todo ese amasijo de pensamientos que estaban mermándome por completo. Y ahora mismo mi cabeza más que nunca era una gran maraña. Todo repleto de preguntas que se mezclaban unas con otras y que no encontraban su hueco.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now