Capítulo 51.- Una enemiga muy guapa.

5K 477 128
                                    


Los días iban pasando y yo cada vez me sentía más cómoda con la situación entre ambas, a excepción de Costia, la cual ni conocía aun. Algo que me resultaba un tanto extraño, y es que si yo estuviera en la situación de ella, lo primero que hubiese hecho sería conocer a la chica con la que vivía mi novia. ¿Lógico, no?

¿Territorial? Podría ser. Aunque más bien prefería llamarlo curiosidad. Curiosidad por ver quien compartía espacio y vida con la persona que amaba.

La situación era complicada y algo tensa en ocasiones, pero yo sabía que detrás de ese pequeño muro que Lexa había levantado, detrás estaba la Lexa que había conocido hace años. La Lexa que estaba pendiente de mí, aquella que me cuidaba y miraba por mi comodidad en todo momento. Aquella que nuevamente no dudó ni un segundo en ofrecernos tanto a mí como al pequeño su hospitalidad. Aquella persona que yo consideraba demasiado buena para este mundo. Estaba ahí, la había visto y me lo estaba demostrando aunque su actitud seguía siendo un poco distante, por no decir bastante.

Y casi se había convertido en costumbre, mientras Lexa se quedaba un rato a solas con Aden, yo aprovechaba para ir a la tienda y rellenar la cocina de todo lo que veía apropiado. Y quizás esa tarde estiré de más el tiempo, todo culpa de Ontari que se empeñó en acompañarme, para ayudarme según ella con las bolsas y tal. Pero estaba claro que su disimulo de sacarme información no pasaba muy desapercibido. Aunque bueno, tampoco es que se cortase mucho la verdad, era muy directa, bastante. Algo que en ocasiones hubiese necesitado que fuese su hermana. Pero bueno, tampoco es que yo pudiera reprocharle nada en cara después de mi genial jugada. Realmente me tenía más que merecida su actitud.

-¿Cómo te va con mi hermana? –Me preguntó mientras buscaba los zumos favoritos del pequeño.

-Bien. –Dije sin dar más información. Algo que sabía de sobra que no le era suficiente y que atacaría con la siguiente pregunta más directa.

-¿Cuándo te vas a lanzar? –Preguntó alzándome una ceja y clavándome la mirada.

-¿Qué dices? –Dije volviéndome con rapidez al carro para echar el paquete de zumos e intentar romper con su ronda de preguntas, aun sabiendo que no funcionaría.

-Pues lo que has oído. Que cuando le vas a comer la boca y eso. Lo que quieras hacerle eh. –Dijo levantando sus cejas de forma repetida. –No tengo problema en lo que le quieras hacer mientras le produzcas gustirrinín, nada de hacer pupita a mi hermana. Te lo advierto.

-Ontari. Para. –Le informé mientras tiraba del carrito y apartándome ligeramente de ella. A ver si así se daba cuenta de que era un tema que no me apetecía hablar, al menos por el momento.

-¿Pero qué pasa? ¿Cuál es el problema? –Dijo poniéndose a mi lado y mirándome con escrutinio a la vez que tiraba del carrito para frenarlo y cortar mi camino. –Habla.

-Tú hermana tiene una vida. Tiene novia por dios. –Le contesté tras soltar un leve bufido. -¿Qué no entiendes?

-Pues a ti. ¿Qué más da lo que tenga? Vamos rubia. Tírale. –Dijo sonriente y dándome un leve codazo en el costado.

-No. No voy a entrometerme en la vida de tú hermana. –Dije con rotundidad. Incluso parando mi paso para ver si así entendía mejor mi actitud. –Bastante me he metido ya en medio. No sé ni por qué sigo en su casa la verdad. –Contesté abatida mientras negaba con la cabeza.

-Porque la quieres. –Contestó ella con tranquilidad, haciendo que nuestros ojos conectaran. –Y tú terquedad y tú forma de ver la vida hacen que te distancies. –Dijo alzándome levemente la ceja. –En el fondo eres muy simple. El miedo puede contigo y con tus situaciones y huyes.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now