Capítulo 40.- Después de tres años.

5.1K 457 188
                                    


Después de tres años sabía que las cosas serían diferentes. Era más que evidente que sería así. No tenía duda alguna de ello. Hasta el más necio podría intuirlo. Pero eso no quita que me sorprendieran unos cuantos aspectos. Para empezar jamás se me había pasado por la cabeza el encontrármela de nuevo y menos de esa forma tan casual, tan de película. ¿Acaso esas cosas pasaban en la vida real? ¿Podían llegar a ocurrir? No es que no quisiera volver a verla. Claro que quería volver a verla, es sólo que... Aún después de tanto tiempo no podía explicar qué demonios me pasaba ni qué demonios sentía ante toda la situación. Esa era una de las cosas que también me sorprendieron, el cómo algo seguía escapándose de mis manos. Cosa que antes nunca había ocurrido.

Y es que sabía que no había hecho bien en largarme así como así tres años atrás. A ojos de cualquier persona mi actitud fue lamentable. Sabía que no había hecho bien desapareciendo como si tal cosa. Pero... ¿Por qué tenía que darle explicaciones a alguien? Nunca lo había hecho. Siempre había sido demasiado libre para esas cosas. Al fin de cuentas era mi vida y la de nadie más. Nunca lo había hecho y nunca se me había pasado por la cabeza. Mi vida era mi vida. Y bueno, ahora de Aden también.

Pero entonces... ¿Por qué el sentimiento de culpa no me había abandonado ni un solo segundo en todo este tiempo? ¿Por qué sentía esa angustia y ese pinchacito en mi pecho cada vez que algo me recordaba lo que había hecho?

Y en mi defensa, o más bien en mi forma de compadecerme de mí misma, me decía que tenía mis motivos. Unos motivos que yo consideraba suficientes, o al menos eso pensaba o me decía a mí misma una y otra vez para auto engañarme. Porque a fin de cuentas el auto engaño estaba a la orden del día y me servía para seguir avanzando. Porque eso era lo que pensaba hasta que vi los ojos de Lexa. Unos ojos que siempre me habían hablado, que me habían puesto a mi entera disposición su estado de ánimo. Unos ojos que siempre intentaban calmarme o buscarme consuelo en mis peores momentos. Unos ojos que podían llegar a hipnotizarme. ¡Maldita sea! Si es que no eran ni normales.

El caso es que ahora, al menos lo que percibí en nuestro encuentro repentino, algo parecía haber cambiado ya que me encontré con unos ojos cambiados. Podía parecer una locura, pero así era. Ya no veía a esa Lexa que había conocido en ellos. Algo había cambiado. Y claro está que la incertidumbre por saber si estaba bien o si le había ocurrido algo durante este tiempo podían con todo mi ser. ¿Quién o qué le había producido ese cambio?

-Acábate eso. –Le recriminé a Aden mientras yo perdida en mis pensamientos lo observaba menear la cucharilla entre sus cereales sin llevarse nada a la boca. Intentando marear la leche mil veces en la taza.

-No quiero más. –Me hizo un pucherito con su graciosa cara y yo tan sólo pude sonreír. Ese niño era realmente increíble y demasiado adorable. Me tenía más que conquistada.

-Bueno. –Le dije moviendo ligeramente mi cabeza mientras el sonreía. –Está bien. Déjalo pero ve y prepara tu mochila que nos vamos en nada. –Le informé mirando la hora en mi reloj de muñeca.

El saltó prácticamente de la silla corriendo hacia la cama, la cual tenía prácticamente cubierta de sus cosas, y desde ahí lo observé como metía todo lo que podía en su mochilita. Observé como pululaba de un lado a otro de la habitación de hostal en la que estábamos. Lo observé meter el estuche de lápices de colores y su inseparable libreta, siempre llevaba algo de papel en su mochila, le encantaba dibujar. También observé cómo además metía un pequeño peluche de un perrito que yo le había regalado hace cosa de un año, del cual se había vuelto casi inseparable.

-Ya está. –Sonrió satisfecho en mi dirección mientras se apartaba ligeramente el pelito que casi le caía sobre los ojos con un soplo de aire hacia arriba.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Where stories live. Discover now