Corazón Roto

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Después de la cena, y antes de que Ignacio tuviera que marcharse a su casa, se reunieron en el cuarto de Amina para tener una conferencia con los demás miembros de la Fraternitatem Solem.

Tal como lo había sugerido Ignacio, los Prima no tardaron en enviar un comunicado a cada Clan exigiendo a los padres vigilar a sus hijos, impidiendo que les dejaran asistir a eventos sin la presencia de un adulto debidamente entrenado, todo para garantizar su protección. La caución estaba dirigida, en especial, a los seis que tenían el honor de llevar en sus cuerpos los sellos de los antepasados.

—Pronto nos intervendrán hasta el Internet —se quejó Itzel—. Siento como que si hubiera entrado a prisión sin necesidad de cometer delito alguno.

—Todavía nos dejan ir al colegio —comentó Ibrahim, sentándose en su cama con la tablet en las manos.

—¿En verdad pueden obligarnos a faltar a clases? —cuestionó Saskia con un tanto de ingenuidad, lo que hizo que Aidan esbozara una tierna sonrisa.

—Tengo el presentimiento de que buscan más que eso —le respondió Dominick—. Sin duda alguna, su objetivo es separarnos. Esa es la mejor forma de controlarnos.

—Y lo lograrán si se lo permitimos —comentó Gonzalo.

—No hay porque ser tan intensos con el tema —aseguró Ignacio, recostándose en el puff de Amina, el cual se podía ver detrás de la chica y de Gonzalo—. Ellos solo intentan protegernos.

—¿Y qué pasará cuando eso no sea suficiente? —replicó Dominick.

—Entonces, tendremos que probarles que realmente nos consideramos hermanos —le respondió Maia ante la sonrisa de suficiencia de Ignacio.

—Me asombra el grado de compenetración que ustedes dos han alcanzado —se quejó Gonzalo, un tanto celo.

—Es lo que debiste hacer todo este tiempo —le respondió Ignacio—. Eres su guardián, y parece que no estás al tanto de lo que sucede.

—¡Bueno, ya! —intervino la chica antes de que ambos hermanos comenzaran a discutir—. Por los momentos nos corresponde hacer lo que se nos mandan. Ser rebeldes sin ninguna causa solo nos traerá problemas, y eso será ganancia para los non desiderabilias.

—De todas maneras, recordemos que podemos transformarnos en neutrinos, es una ventaja ante la Coetum —concluyó Aidan—. También pienso que deberíamos investigar por nuestra cuenta qué es lo que está ocurriendo, sin causar preocupación entre nuestros padres.

—Estoy de acuerdo con él —se apuntó Ignacio, levantando la mano—. Debemos ser muy cuidadosos o de lo contrario tendremos a todos los adultos en nuestra contra.

Sometieron la opinión de Aidan a votación, estando todos de acuerdo. También resolvieron comunicarse a través de videos, mientras pasaba el toque de queda.

En cuanto la comunicación se cortó, Amina se dirigió a sus guardianes.

—De ahora en adelante, pase lo que pase, les autorizó a usar el Don de Neutrinidad no solo para defender a nuestro Clan, sino a cualquiera de los Primogénitos. —Se tomaron de las manos y un resplandor plateado surgió de los tres sellos. El pacto estaba hecho.

 El pacto estaba hecho

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El Corazón de la Luna |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now