Epílogo

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Doncella mía:

¡Hace tanto que te comencé a escribir! Aún recuerdo las emociones, los sentimientos que has dejado en mí cuando, saliendo de entre las filas de tu Fraternitatem, osaste enfrentarte a la mía. Nunca había visto tanta gallardía en una mujer, tu sola presencia iluminó mi vida. ¡No pude dejar de verte! Pero, si en ese momento pensé que no se podía admirar más a un ser humano, aceptaste el reto, sacrificándote por los tuyos.

La admiración y el orgullo que sentí al descubrir que pertenecías a mi Clan creció cuando las alas de tu poder se desplegaron y cada Donum, antiguo y nuevo, se fue manifestando en ti. En la medida en que el tiempo transcurría, el poder de tu alma aumentaba, mas tu cuerpo se debilitaba, por lo que tuve miedo, temí que pudieras morir. ¡Y no iba a permitir que murieras en mi presencia, mientras yo permanecía de manos cruzadas viendote desfallecer!

En cuanto sentí el impulso de rescatarte, le vi soltar su arco, el cual se desvaneció en el aire, para correr a tu rescate, vi cómo mis hermanos y los tuyos se lanzaban contra su cuerpo para detenerlo. Tú estabas envuelta en un halo de energía que resultaría mortal para cualquier hombre ordinario. Y entre la confusión, los gritos y las lágrimas de él, y de tus guardianes, me moví a tu defensa. No hubo obstáculo que me detuviera, solo llamados de advertencia que no escuché... y ante el asombro de todos, pude entrar en la burbuja de oro que te contenía, elevada y tan frágil.

Jamás olvidaré cómo latía mi corazón mientras corría hacia ti. En mi carne quedó impresa el fuego que emanaba de tu cuerpo. Me sentí desfallecer, hasta que mis manos tocaron tu piel... era fresca brisa que ánimo mi ser. Tu angelical faz, tan lívida y perfecta, se presentó ante mí como diosa que se manifiesta ante un indigno mortal.

Tus trémulos labios murmuraban palabras ininteligibles, cuando puse mi mano en tu cuello. Y solo pensé en besarte, y mis labios se unieron a los tuyos y sentí cómo la vida iba llenando mi cuerpo... pensé que era un hombre completo, pero en ese instante me dí cuenta de que siempre había estado vacío. Y el mundo desapareció ante mí, solo deseaba que ese beso nunca terminara. Entonces, tus labios se aferraron a los míos y todo mi ser vibró como cuerdas del laúd... mi corazón se inflamó con un sentimiento que no conocía, y supe que te amaba tan profundamente que era capaz de morir por ti.

Tus labios invadieron mi ser, embalsamado con la esencia de tu ser.

Siempre creí aqueste sentimiento, este amor que me carcomía y no me dejaba respirar, era tan nuestro que era imposible que alguien más lo sintiera.

Luego apareció mi Evengline, y la amé, nunca tan profundamente como lo hice contigo, pero la amé y la sigo amando con la energía inagotable de amor que brota de mi corazón... mas es un amor suave, tranquilo, muy a pesar del sufrimiento y la tragedia que va creciendo a nuestro alrededor.

Muchas noches me pregunté, sangre mía, por qué no podía amar a Evengeline como lo había hecho contigo. Cada roce de tu piel, cada aroma de tu cuerpo, cada armonía que salía a través de tus labios templaba las cuerdas de mi alma, llenándome de belleza y felicidad; entonces fue allí que lo recordé... recordé cada instante que compartí con Joseph o con Aidan, los días en que sus pupilas titilaban llamando la atención de todas las doncellas de la Aldea, acrecentando mis celos; sus días tristes en donde su alma se arrastraba suplicándole clemencia a un ser imperceptible para todos nosotros... su llanto de muerte, siempre silencioso, las noches que se revolvía en su cama o caminaba incansablemente por toda la habitación.

Estaba tan lleno de amor que le era imposible encontrar, ni gozar, de un poco de paz en el esplendor, ni en los detalles más mínimos... comprendí de donde nacía su fuerza para que seis hombres tuviesen que derrumbarlo, de sus gritos y lamentos que llegaban a mí desde el suelo.

Y luego le vi contemplarte como libélula ante la luz de una vela, él se estaba consumiendo en ti. Le admiro y le compadezco, pues tu vida está por encima de su felicidad, y si nunca te dignas a aceptarlo morirá de tristeza, pero abnegado; al final yo fui y soy más dichoso que él.

Entonces, mi entendimiento me reveló que tú también le amás, y que cuando absorbí los Menura de tu ser, también me hice partícipe de esos sentimientos, pues no era el poder de nuestros dones lo que estaba acabando contigo, sino la fuerza de su amor, la cual eras incapaz de sostener amándole también. El amor entre ambos iba a matarte... y ese amor se apoderó de mí, y no era, entonces mío, sino de él... es lo que él siente por ti y es lo que me arrojó a los brazos de Evengeline.

Sé que nuestra historia no ha llegado a su final, aun cuando los sentimientos que guardemos el uno por la otra no sean tan intensos como lo fueron en su momento, pero siguen siendo tan profundos como el mar. Te volveré a ver, unas veces más, y mi vida concluirá, mientras que la tuya se seguirá escribiendo. Espera por mí.

Siempre tuyo, 

Ackley.


—Siempre pensé que el pasado era lo único capaz de afectar nuestro futuro, pero me he dado cuenta de que misteriosamente, fue el futuro quien influyó en el pasado —confesó Aidan, sonriendo compungido, mientras le devolvía la carta a Ignacio.

Su amor no era consecuencia del pasado, por el contrario, fue este bendito y dichoso sentimiento entre él y Amina lo que hizo que Ackley entregara definitivamente su corazón a Evengeline.

*****

Aquí culmina el Segundo libro. Espero que les haya gustado y no olviden que sus votos y comentarios son importantes para mí.

Aún falta la última parte, la estoy escribiendo y creo que tardaré un poco más de lo normal en terminarla. Se titula "La Lágrima del Phoenix" ;D

Un abrazo y mi más sincero agradecimiento.

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