Sentencia

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Los minutos se volvieron horas. La ansiedad por saber qué era lo que estaba ocurriendo dentro de la Coetum tenía impacientes a los demás Primogénitos.

Aidan y Dominick caminaban agitados de un lado al otro, deseando que algún emisario apareciera con buenas nuevas, mas nadie salía del Auditorium.

—Se han tardado más de lo que duraron con Ibrahim y con Gonzalo —comentó Itzel observando el reloj de Ibrahim.

—Es un juicio —les recordó Saskia—, el tiempo de duración del mismo dependerá de la gravedad de los actos que se hayan cometido. Mientras más se tarde, más fuerte serán las sanciones. —Todos le observaron estupefactos, ¿en qué momento había aprendido tanto de la Fraternitatem Solem?—. Es lo que la sra. Monzón me dijo camino al Auditorio.

—No creo que vayan a tomar represalias tan serias en su contra. —Ibrahim trató de reconfortarlos, en especial porque Aidan y Dominick estaban viéndose fijamente.

—¡Sé lo dije! —exclamó Aidan—. ¡Le dije que se detuviera, que no fuera contra su Prima! Pero la muy tozuda, fue incapaz de escucharme.

—Nadie previno que esto ocurriría —le respondió Dominick.

—¡Claro que lo sabían! No puedes decir que era algo desconocido, pues de lo contrario no te hubieran entrenado para que pudieras comunicarte con ellos a través de los sellos.

—¿Me estás culpando? —le gritó—. Yo no les pedí que vinieran, mi llamado fue a toda la Fraternitatem.

—¡Es tu Clan! ¡Son tus asuntos! ¡Es tu deber defenderlos! Dar la vida por ellos si es necesario. ¡Ah! ¡Pero, no! El Primogénito de Aurum no es lo suficientemente fuerte como para defender su Clan, aun cuando tiene guerreros a su disposición.

—No sigas hablando, Aidan —le amenazó Dominick—. No estuviste allí y no viviste lo que yo viví. ¡No me hables de protección cuando tú no has pasado por la misma situación!

—Tienes razón —le dijo—. Quizá mi error es pensar que todos se preocupan por Maia como yo lo hago. Pero no tienes porque estar inquieto, si Amina es sometida a la Umbra Solar, por lo menos tendremos la tranquilidad al saber que estaba haciendo lo correcto.

—En todo caso, es tu deber como novio hablar con ella, no el nuestro —le reclamó Saskia.

—Terminé con ella para detenerla.

—Entonces, no me culpes a mí de sus acciones —acotó Dominick—. Si ella actúa como suicida es por tu culpa, ¿o no recuerdas lo que ocurrió cuando tu abuelo murió? Ella corrió a enfrentarse a la Imperatrix por tu culpa. —Aidan bajó la cara—. Es por eso que cada día me preguntó por qué tuvo que escogerte a ti, si eres un maldito imbécil.

—¡Basta! —le gritó Itzel saltando del pretil—. ¡Suficiente! —Se metió entre ellos, cuyos viejos rencores acababan de revivir—. Nada de esto hará que el tiempo retroceda, ahora solo queda esperar que no cometan una locura.

En ese instante, un campo de fuerza invisible les golpeó, haciendo que perdieran el equilibrio. Sus sellos comenzaron a titilar con tal intensidad que la luz que emanaba les dificultó ver sus marcas a simple vista.

 Sus sellos comenzaron a titilar con tal intensidad que la luz que emanaba les dificultó ver sus marcas a simple vista

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El Corazón de la Luna |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now