Palabras que Hieren

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Fiel a su promesa de un baile grupal, Aidan terminó por hacer tripas de su corazón y caminó hacia la mesa de Ibrahim, haciéndole una sutil seña a Dominick para que hiciera lo mismo con una de las chicas. Atendiendo al deber, Dominick se acercó a Saskia, sacándola del concurrido grupo donde estaba, entretanto Aidan le tendía la mano a Ibrahim.

—¿Qué haces? ¡Estás loco?

—Una promesa es una promesa. Y como podrás notar solo hay tres chicas en el grupo, así que dos hombres deben bailar.

—¡Será un escándalo!

—¡Je! ¿Y desde cuando me han importado los escándalos?

Su peculiar sonrisa le terminó de seducir. Ibrahim se puso de pie, se dirigió a la pista de baile dispuesto a bailar con su amigo. Fue acompañado por Ignacio que llevaba de su mano a Maia y por Gonzalo que había hecho lo propio con Itzel.

No tardaron en cambiar de pareja, tocándole a Aidan bailar con Dominick.

—¡Esto es lo más gay que he hecho en mi vida!

—No sé de qué te quejas —le reclamó con burla Aidan—. Si te fijas todavía tienes que bailar con Ibrahim, Gonzalo e Ignacio... y créeme tu baile con Nachito no me lo voy a perder por nada del mundo.

—¡Becerro!

—¡Piazo 'e gallo!

Sonrieron, luego de insultarse. 

Ignacio había accedido a bailar con Saskia por la que no tenía mucha simpatía, mientras que Gonzalo compartía su baile con Itzel, e Ibrahim con Amina.

En cada vuelta, esta iba descubriendo a sus amigos por sus Sellos. El inolvidable aroma a vainillas de Ibrahim le dijo quién era antes de que le hablara. Estaba dispuesta a seguirle hasta descubrir su rostro. Gonzalo le había indicado que bailaría con Itzel y así descubrió a su amiga, con su bello vestido dorado y negro, y a Saskia en su hermoso traje de encaje y tul.

—Ibrahim —le llamó, apoyada en su hombro, entretanto se movía al ritmo del merengue—. ¿Quién está bailando con quién?

—Gonzalo con Itzel, Ignacio con Saskia... se ven tan raros, parecen dos palos de lo tieso que están. —Se sonrió—. Y, Aidan con Dominick.

Escuchar los nombres de los dos chicos alteró sus sentidos. Girando al ritmo de la música les encontró. Eran los dos únicos hombres que bailan en la pista, pero no pudo saber quién era quién. Su Aidan llevaba el cabello largo y ninguno de los jóvenes lo tenía tan largo como su Aidan. Tuvo el impulso de preguntar pero eso traería nuevas preguntas, así que no habló, esperando su momento.

Las parejas se rotaron por una tercera vez. Esta vez Saskia corrió a bailar con ella, quedando Dominick con Gonzalo e Ignacio con Ibrahim, entretanto Aidan se le concedía el privilegio de bailar con Itzel.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Itzel teniendo delicadeza con su amigo.

—Lo estoy.

—¿Ha venido a saludarte? —El chico la miró extrañado—. ¡Ackley! Hablo de Ackley.

—No, la verdad es que he estado rodeado de mi familia y creo que los padres de Amina tampoco le han dado mucha oportunidad de levantarse de esa silla.

—De verdad lo siento por ti, amigo.

—No tienes nada que sentir. Yo la perdí cuando decidí alejarme de ella. Ahora debo ser consecuente con mi decisión y seguir mi camino.

Itzel besó su mejilla.

—Eres todo un caballero, Aidan Aigner. Tengo la certeza de que serás feliz.

El Corazón de la Luna |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now