Mateo 7:16-20
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis
Estas palabras traen mucha responsabilidad a los creyentes, y es que Jesús muchas veces usaba como ejemplos cosas de la naturaleza, para que todos pudieran entender mejor su mensaje. En este caso nos habla del fruto y del árbol.
Jesús compara como nuestras acciones determinan quiénes somos en realidad...
Estas son palabras muy fuertes, si meditamos sobre ellas entenderemos que todos nosotros cometemos en algún momento acciones no muy buenas, pero esto va más allá...
Jesús habla de las personas que tienen un estilo de vida pecaminoso, sin embargo se hacen llamar a sí mismo hijos de Dios.
Todos podemos conocer el árbol y saber que cada árbol tiene un fruto en específico, pues así mismo el creyente tiene que dar los frutos del Espíritu, para que todos entiendan que más que una buena persona, es un hijo de Dios.
Eso no significa que nuestras vidas aquí en la tierra sean perfectas, muchos de nosotros como creyentes cometemos errores, lo importante es no mantener ese error y ese pecado como un estilo de vida y trabajar con Dios en nuestros errores.
Puntos a meditar
¿Qué frutos debes tratar de mejorar?
¿Conocería la gente que tú eres un hijo de Dios por tus acciones?
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Siguiendo sus pasos (Según el evangelio de Mateo)
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