Petición de Santiago y de Juan...

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Mateo 20:20-27

20Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.

 21Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 

22Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. 

23Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. 

24Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. 

25Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 

26Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 

27y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;
28como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

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 Este capítulo lo llaman la petición de Santiago y de Juan, sin embargo es la madre de ambos la que le hace la petición a Jesús.

Como toda buena madre (parecería hispana esta señora) esta preocupada por el bienestar de sus hijos, y obviamente al oír de Jesús como Rey,  esta entiende que sus hijos pueden tener una posición alta al lado del Señor.

¿Cómo podemos juzgar a esta señora?
Si realmente, todas las madres a lo mejor de una manera u otra hacen lo mismo por sus hijos…

Por eso Jesús se dirige a los discípulos cuando contesta esta pregunta.

 Jesús le explica a todos incluyendo a los otros discípulos, que las cosas en su reino no trabajan de esta manera, que no es el típico sistema que estamos acostumbrados a ver, donde solamente son beneficiados los que andan al lado del Rey o del líder. 

 En el reino de los cielos no es así. De hecho, Jesús se enfatiza en la humildad durante todo su mensaje, pues a veces las ansias de poder pueden corromper.

Jesús les dice básicamente… Claro que ustedes pueden participar conmigo, pero entiendan que de todo de lo que yo pasé ustedes también pasarán, esto incluía una vida difícil, una vida de persecución, y como en el caso de Santiago aún hasta la muerte por el evangelio, y en el caso de Juan fue el destierro.

Pero Jesús no los engaña, les dice la verdad, conmigo primero que nada tendrán que aprender lo que es servir, y no solamente eso, tener unas vidas cuyas recompensas muchas veces no las van a tener en la tierra.

Cuántas personas hoy en día siguen a Jesús por el beneficios de ser servidos, con personas que le sirven todo el tiempo, y los tratan como dioses. Sin embargo Jesús  enfatizó en una vida de sacrificio y humildad.

Simplemente una vida diferente...



Siguiendo sus pasos (Según el evangelio de Mateo)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant