xiv

684 38 3
                                    

Deje salir un enorme suspiro mientras trataba de encojerme lo más que pudiera en la silla. Papá está al lado mío con su codo recargado en el brazo de la misma mientras sujetaba la cabeza con la mano.

-¿Cómo que no puede llevar comida? ¿Que tiene de peligroso eso? No creo que se pueda matar a alguien con una pierna de pollo.

-Escuche, señora, entiendo su postura pero no puede subir a un vuelo internacional con comida.

Llevábamos media hora encerrados en la pequeña oficina de la policía del aeropuerto. Cuando había intentado subir al avión, los de seguridad me detuvieron al ver una de mis maletas llena de Toppers con comida. Mamá los había puesto ahí sin que yo me diera cuenta luego de que me negara ya que sabia que no estaba permitido.

-¿Entiende que mi hija se va a estudiar a otro lado? ¿No haría usted lo mismo por sus hijos?

Nunca he entendido la obsesión que tienen las madres mexicanas cuando algunos de sus hijos se van a estudiar fuera. Pueden irse por trabajo, de vacaciones o por simple gusto, pero cuando se trata de la escuela siempre buscan llenarlos de comida una vez que se van.

Mi madre no entendía que no podía llevar todo eso conmigo.

-Si ella vuela con esto, no la dejarán entrar al país y regresara...-siguio tratando el oficial de convencerla.

-Solo digo que no tiene nada de malo.

-Y no lo tiene -suspiro cansado y mostró un semblante más amable- entiendo su preocupación, mi esposa hizo lo mismo cuando nuestro hijo se fue de la casa pero reglas son reglas, yo solo cumplo mi trabajo.

Eso hizo que ella pensará un poco mejor las cosas y accediera a llevarse los tuppers dentro de una bolsa que le proporciono el oficial. Cuando vimos que ya no había más que discutir, papá y yo nos levantamos para salir y esperar al próximo vuelo ya que el primero lo perdí por el pequeño inconveniente.

-No puedo creer que no puedas llevar nada -caminamos hasta unos asientos vacios- había preparado tus comidas favoritas.

-Las hemos estado comiendo toda la semana, creo que ya tiene suficiente con eso.

Mamá le decimos una fea mirada a su esposo antes de tomar asiento. Estaba en medio de los dos, por lo que ella pudo cruzar su brazo con el mío y recargarse en mi hombro.
Sentía lo duro que estaba siento esto para ella y me disculpé por hacerle pasar un mal rato pero en algún momento tenía que irme de casa.

Mejor ahora.

En lo que esperábamos, tomé una pequeña merienda de los Toppers, disfrute cada bocado para no echarlo tanto de menos en los próximos meses. Escuché como anunciaban el vuelto y de repente sentí como si el tiempo hubiera pasado demasiado rápido. Había estado en casa toda una semana, con mi familia, con Olivia, tratando de pasear a Goofy ya que prefería a papá, disfrutando de su cercanía.

-¿Porque esa cara de miedo, cariño?

-No lo sé -me sorprendí un poco de que lo notara- se siente diferente que las otras veces.

-No tengas miedo, querida -mamá puso sus manos en mi mejilla y las acarició con el pulgar- ahora estás formando ti vida independiente.

-Si pero antes...

-Antes era un hecho que regresaría a a casa -sonrio con nostalgia. Sus ojos comenzaron a aguarse- ahora estudiar allá puede abrirte muchas puertas, al igual que la música. Solo quiero que disfrutes de esto.

La abrace fuerte sin lastimarla. Quería llevarla conmigo pero aún no lograban que les cedieran los pasaportes pero una vez que los tuvieran, prometieron ir a visitarme y apoyarme. También abrace a papá antes de que mamá comenzará a llorar y por consecuencia, también yo.

Another phase | lrhWhere stories live. Discover now