lxviii

470 40 1
                                    

La señora Marlene coloco una taza de té frente a mi mientras me estiraba para tomar una galleta. Escuchaba acerca de un viaje que habia hecho con sus hijos en las vacaciones navideñas, me gustaba verla emocionada narrando cada cosa que sus nietos se les ocurria hacer. Nunca habia visto a ningun familiar, pero por como hablaba sabia que eran una familia muy cercana. 

-Luego Richard fue el que dijo que habia sido él quien se habia comido todas las galletas -rio un poco- cuando en verdad fue su hermano Lucas. Esos niños son muy traviesos. 

-Yo tambien me comeria todas sus galletas si fuera mi abuela -tome otra y le di una mordida- son deliciosas.

-Querida no hables con la boca llena -me regaño haciendo que me hundiera un poco en la silla por la pena. Luego de dejar las tazas sobre la mesa y asegurar de que todo estuviera ahi, tomo asiento frente a mi- basta de mi. ¿Como estas tu, hija? 

-¿Que? - casi me atragante con el té. Ella estiro su brazo para tomar mi mano donde aun estaba el otro pedazo de galleta- estoy bien, señora Marlene.

La anciana me sonrio y me miro con una mezcla de ternuera y lastima. No queria que se preocupara por mi por lo que no le diria lo mal que me encontraba. Unos dias atras habia regresado de casa, luego de pelear con mamá porque ella no queria que viajara y yo tratando de hacerle entender que tenia cosas que hacer. No crei que las cosas serian tan diferentes o tan complicadas, no habia ido a mi departamento desde mi llegada porque me recordaba a mi hermana, tampoco habia podido sacar las cosas de Olivia de su casa porque no lo soportaria, mi lugar seguro era el departamento de Luke, siempre y cuando hiciera algo, fuera de ahi mi mente era un torbellino de pensamientos horribles. Todos los dias trataba de mantenerme ocupada a toda hora para no pensar demas. Agradecia que Abigeil dejo amontonar todos los pendientes en mis dias fuera para tener trabajo que hacer y mi proyecto final tambien se habia juntado. 

-Sabes que siempre tendras tu casa aqui cuando necesites.

-Muchas gracias -sonrei con sinceridad. 

Me quedé hasta tarde con la dulce anciana mirando sus fotos de la adolescencia. Podia escuchar sus historias todo el dia sin aburrirme, a  fin de cuentas, nunca tuve un momento asi con mis abuelos por lo que disfrutaba pasar el tiempo con ella. Cuando vi que era hora de irme, me despedi de ella y con un tupper lleno de sus galletas sali de su departamento. Luke pasaria por mi por lo que me sente en los escalones de la entrada a esperar. No pasaron muchos minutos cuando lo vi aparecer al final de la calle, me levante y estando frente a mi, entre al auto.

-Hey -salude colocandome el cinturon.

-Hey -me sonrio para luego darme un corto beso para avanzar- ¿Como estuvo hoy?

-Bien -conteste rapidamente aunque en mi mente soltaba un largo suspiro.

-¿Bien? ¿Que hiciste hoy? -agradecia el hecho de que Luke quisera hacerme platica o preguntarme como habia estado mi dia, pero eran iguales. Tampoco tenia animos de decir nada por lo que solo me hundi en hombros y negue con la cabeza para hacerle entender que "nada"- ¿Estas bien, Alex? Sabes que puedes hablar conmigo ¿no?

-Todo esta bien -trate de sonreir para que fuera mas convincente. 

Odiaba esa etapa en donde todo el mundo se la pasa preguntando como estas dspues de  la muerte de alguien. Lo menos que quiero es que me pregunten eso, fingir que todo va bien es agotador y molesto, todo seria mas facil sin preguntas, aunque entendia su preocupacion ya que siempre le decia el minimo detalle de todo por lo cual el camino al departamento fue bastante silencioso. Me sentia peor por el hecho de que alejaba a Luke un poco de mi, necesitaba mi espacio para procesar todo lo que estaba sucediendo y sabia que Luke lo entendia pero no queria abusar. 

Another phase | lrhWhere stories live. Discover now