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Observé como el avión fue descendiendo poco a poco hasta tocar aterrizar por completo en el suelo. Espere a que todas las personas tomarán su equipaje de mano y bajarán para luego poder bajar yo, con calma prácticamente arrastrando los pies.

Sin más, fui a recoger mi maleta para salir del aeropuerto. Mis padres habían vuelto al día siguiente de la muerte de Olivia, alguien tenía que decirle a sus padres y por una llamada no era una opción. Luego de encargarme de todo lo necesario para su traslado y de pedir permiso unos cuantos días, tomé el vuelo más temprano que pude hacia casa. Esperaba no tener que toparme con alguien o que me pudieran fotos. Solo quería estar sola.

Busque algún taxi y le indique que me llevara hacia la ciudad, era muy temprano para encontrar una ruta de camión. El viaje fue tranquilo y en silencio, el señor conductor solo se limitaba a preguntar lo necesario y dejo que disfrutará del trayecto. Una hora más tarde me bajaba del auto para tocar el timbre de mi casa.

-Alex, cariño -mamá se limpio unas lágrimas del rostro- que bueno que llegas, comenzaba a preocuparme.

-Estoy bien, mamá -una vez adentro, cerró la puerta e inmediatamente me abrazo- yo estoy bien -por alguna razón me sentía mal por ello.

-Yo...-se separó y camino a la cocina- ya casi despiertan todos. ¿Quieres desayunar? Prepararé algo.

Escuche los ruidos de los utensilios que ocupaba, tomé mi maleta y subí las escaleras hasta llegar a mi habitación. Estaba tal cual como la había dejado en navidad antes de viajar a Nueva York. Deje la maleta en la puerta y solo me deje caer sobre la cama. Abrace una almohada y hundí mi cara en ella. Esperaba pasar el día encerrada y no tener que ver a nadie, estaba demasiado agotada como para mantener una charla. Las pesadillas no habían secado y solo podía dormir unas cuantas horas durante la noche, siempre despertaba sudada y llena de pánico, lo peor de todo es que nunca recordaba que era lo que soñaba.

Alguien tocó a la.puerta haciendo que me asustara, levanté el rostro y me encontré con Brenda metiendo mi maleta.

-Casi me tropiezo con esto -ignore su comentario y volví a recargarme- quería pasar a saludarte antes de ir a trabajar.

-Brenda, no tengo ánimos. Gracias pero no quiero hablar con nadie -escuche un suspiro de su parte.

-Solo quiero decirte que estoy feliz de que estés en casa y que estés bien -no dije nada esperando a que se marchara- también era mi hermana, Alex. No eres la única que está sufriendo.

Abrace más la almohada cuando sentí que cenzaria a llorar. Me sorprendía que aún pudiera llorar luego de todos estos días que no había parado de hacerlo. Sabía que todos se habían despertado cuando escuché ruidos y más voces. Brenda tenía razón, ellos también sufrían.

Sufrían por una perdida que yo había causado.

*

El día había pasado y solo me había levantado para ir a buscar comida a la cocina y comer en mi habitación. No quería ver el rostro demacrado de mi madre y aunque papá lucía normal, sabía que también estaba devastado. La familia trataba de actuar normal, al menos hasta el funeral del día de mañana. Ahí vería a los padres de Olivia por primera vez desde el accidente y todas sus consecuencias.

Estaba observando una montaña de ropa vieja apilada en mi closet hasta que mi celular sonó.

-¿Hola?

-Hola, pequeña. ¿Cómo va todo por allá? -la voz de Luke se escucha tan serena que hasta senti envidia, no sabía cómo era posible que pudiera transmitir tanta tranquilidad.

-Bien, dentro de lo que cabe -di media vuelta en la cama para quedar viendo el techo- mamá parece una zombie de aquí para allá, papá trata de cuidarla. Mis hermanas siguen con su vida cotidiana pero están muy aisladas de todos. Todo es tan extraño...-suspire-...mañana es el funeral y no sé que va a pasar después de eso. Ya nada podrá cambiar el hecho de que ellas hayan muerto.

Another phase | lrhWhere stories live. Discover now