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Rosé sintió un poco de náuseas apenas partieron. Lo atribuyó a que hacía años que no navegaba, exactamente los que llevaba trabajando en la empresa, porque jamás reconocería en voz alta que ese malestar se debía a los nervios que le generaba ese viaje. Tampoco, que había sugerido llevar a sus amigos con la idea de que Jisoo se negara, pero no, ahí estaban surcando el gélido mar, con una brisa que sonrojaba sus rostros.

Jennie disfrutaba de la hermosa vista de Manhattan rodeada por los brazos de Lisa, quien no podía contener la felicidad que sentía en ese momento, la cual se reflejaba en su sonriente rostro. Sentir que su chica reposaba el cuerpo contra el suyo, tal vez deseando que llegara la noche, la llevó a suspirar profundamente y a besarle en la cúspide de su dorada cabellera.

Hoseok había buscado un sitio donde leer su libro sin ser interrumpido por los arrumacos románticos de las parejas que paseaban a lo largo del majestuoso yate, ni mucho menos con las muestras de cariño que, esperaba, se iban a dar.

Estaba pensando ir a husmear en el bar y pertrecharse de algunas botellas de whisky o champaña para beber hasta perder el conocimiento. Lo último que quería era oír a sus amigas haciendo lo que imaginaba iba a pasar en ese romántico viaje. Total, había tanta bebida como para una fiesta, que nadie extrañaría unas dos o tres botellas.

Las horas pasaron al galope, tal vez porque el día se mantenía gris y toda esa tranquilidad que los rodeaba los transportaba al mismísimo cielo. Lisa se sopló aire caliente en las manos antes de volver a meterlas en el bolsillo de su saco. Miraba desde la proa cómo las olas rompían contra el navío. Oyó pasos a sus espaldas y se giró a mirar de quien se trataba. Jisoo le ofreció un cigarrillo, aunque se lo agradeció y lo rechazó amablemente. La extravagante chica tenía la mirada penetrante, pícara, como si fuera a robar algo de su interlocutora.

— Así que la dulce Jennie y su interna... — Jisoo parecía contener con mucha dificultad una risa — ¿Manoban dijiste? — Ella miró a la pelirroja como si supiera la verdad. Lisa se tensó con esa simple mirada. Decía <<Te pillé>>

Lisa asintió. Jisoo le dio una profunda calada a su cigarrillo, mientras miraba a la pelirroja pensativa. Parecía estar buscando algo en su memoria, pero no lo encontraba. Ella iba a seguir preguntando, entonces Lisa la interrumpió.

— Gracias por el viaje. Me salvaste el fin de semana espantoso que tendría — Jisoo sonrió y volvió a aspirar el humo de su cigarrillo. Asintió en silencio y la señaló con éste.

— Fue un placer. Si eso valió para que en este momento Rosé esté tomando un baño para mí... Soy yo la que debe estar agradecida — En sus labios se dibujó una pícara sonrisa. Lisa podía entender ese sentimiento, le pasaba lo mismo con su chica dorada.

******

Rosé y Jennie se vestían para la cena, mientras que Hoseok prefirió salir a pasear por los pasillos. Sostenía su gastado libro bajo el brazo y observaba todo el lujo que refleja el yate a cada paso que daba, en la otra mano sostenía una botella de whisky y un vaso.

Canturreaba a Miley Cyrus (imitando su voz), cuando al pasar por la popa, vio a un chico muy cerca del borde. Había bebido solo un vaso, así que no podía ser una alucinación. Se acercó sigilosamente (temiendo que su terrible suposición fuera cierta), hasta llegar casi a su lado. No sabía quién era, pero la costosa ropa que vestía le indicaba que no era parte de la tripulación.

El chico se giró sobresaltado y lo miró con rabia, como si su aparición no hubiese sido oportuna. Hoseok levantó ambas manos, como pudo con todo lo que llevaba en ellas, intentando tranquilizarlo, no podía dejar de mirarlo, era hermoso, a su manera. Paseó la mirada por su blanca piel, y su castaño pelo.

The Secret [Jenlisa]Where stories live. Discover now