zx 31 xz

8.7K 732 227
                                    


Todo, hasta el más mínimo detalle en la mesa fue cuidado para una cena tan importante como la de esa noche. La vajilla de plata relucía, contradictoriamente al semblante de Jisoo, quien mantenía el rostro impertérrito. Tae la observaba fugazmente de tanto en tanto y también a Violeta, la cual dedicaba miradas lascivas a su hermana desde su lugar, justo frente a ambos.

Sus padres (hombres de negocios), amigos y colegas del negocio bancario, los señores Kim y Kutchner, conversaban de algo que ninguno de los jóvenes prestaba atención, mientras que sus madres discutían con ansiedad la mejor fecha para el que presagiaba, sería el anuncio del año.

Taehyung se aclaró la garganta cuando notó que su padre pedía la atención de todos golpeando una copa con el cuchillo. La joven, cuyo pelo color canela caía sobre uno de sus hombros, le guiñó el ojo a Jisoo y se acomodó el escote de su vestido, con su risita insulsa. Ésta última hizo su mejor esfuerzo por esbozar una tosca sonrisa, pero solo llegó a elevar de manera casi imperceptible la comisura de uno de sus labios.

— Bueno, su atención, por favor — llamó el padre de los mellizos Kim — Creo que todos aquí sabemos cuál es el feliz motivo de esta cena.

Jisoo estuvo tentada de hacer una mueca de desagrado, pero recordó que era solo un plan para ganar tiempo, así que fingió su mejor sonrisa hipócrita y dedicó su atención al jefe de familia. La madre de Violeta la tomó de la mano y ambas se dedicaron miradas cómplices.

— Luego de haberlo hablado con mi buen amigo Spencer, hemos decidido que, en vista de que tenemos hijos que en un futuro heredarán grandes imperios y, que lo mejor sería unir fuerzas para mantener el éxito, una unión entre dos de ellos era lo más conveniente, así como en su tiempo lo hicimos cada uno de nosotros — Señaló a sus futuros consuegros y a su esposa. Se podía notar en ellos la frialdad que caracterizaba a las familias de élite y los hermanos coincidieron en que no era lo que querían por el resto de sus vidas.

El hombre sostenía su copa a medio llenar de champaña y miraba a Taehyung, quien a su vez, buscaba respuestas (o mejor dicho, ayuda) en su hermana, sabía que Jisoo jamás lo traicionaría, pero de todas formas se podía notar el terror en sus ojos. ¿Y si sus padres no aceptaban el cambio? ¿Si el plan fallaba?

— Violeta, querida ¿Puedes venir por favor? — La llamó el señor Kim con un tono condescendiente, a lo que ella no tardó en responder, caminando toda elegante hasta su futuro suegro. Si Jisoo no estuviera tan enamorada de Rosé, tal vez hasta hubiera estado más que feliz por la elección de sus padres, pero ese no era el caso así que solo suspiró antes de que cayera la bomba — Taehyung, ven tú también.

En ese momento Jisoo se levantó, ante la mirada confusa de los mayores, caminó con su consabida arrogancia hasta su padre y tomó la mano de la emocionada Violeta. Ésta la miró por el rabillo del ojo. Su madre, quien no era para nada tonta, descubrió el juego de los mellizos, pero calló. No era el momento de armar un teatro, ya luego solucionaría «ese problema» de Tae.

— ¿Qué haces, Jisoo...? — preguntó su padre con evidente nerviosismo en el rostro, en un susurro. Violeta tomó de inmediato la mano de Jisoo y dejó al hombre sin palabras.

— Perdón a todos — se disculpó el Jisoo, luego de aclararse la garganta. Ella estuvo practicando todo el día lo que diría en ese momento, e intentó alejar a Rosé de su mente — Yo sé que el elegido había sido mi querido hermano Taehyung, pero sucedió algo que ninguno de los tres esperaba...

¡Rayos! Sí que se merecía un Oscar como mejor actriz. Hasta parecía que sentía de verdad lo que venía a continuación.

— Yo... hace un tiempo que venía observando a su hija, Violeta — dijo para el señor Kutchner, quien oía con atención desde su asiento — Esa fijación fue convirtiéndose en algo más fuerte, así que cuando supe que la habían prometido a mi hermano mellizo, entré en pánico, tenía que hablar o me arrepentiría por siempre. Y cuando supe que ella sentía lo mismo y que no estaba dispuesta a renunciar a mí, lo decidí.

The Secret [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora