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Jennie se despidió de Rosé y de Jisoo agitando la mano desde la acera de la empresa. Se quedó viendo cómo se alejaba el auto, conducido por su amiga, entre los muchos taxis amarillos. No entendía esa angustia que la embargaba ese día, luego de haberlo pasado tan bien...

Y hablando de pasarla bien, vio salir a Lisa, era la hora en que todos salían, por lo que sólo se dedicaron miradas con un disimulado romanticismo y se quedaron esperando un rato a que disminuyera el flujo de mujeres y hombres elegantemente vestidos, salir por la puerta de vidrio.

La rubia sabía que su novia se ofrecería a llevarla, pero no quería que supiera sobre sus sospechas, así que no podía decirle que debía pasar por una farmacia antes de ir a su casa, o la acompañaría. Su cuerpo entero latía con la cercanía de esa chica que robaba su tranquilidad, cuyo perfume llegaba hasta sus fosas nasales y deseaba besar con toda su alma. Su piel recordaba sus caricias, anhelando el siguiente encuentro, la cual competía rudamente con su zona sur y sus labios.

— ¿Te llevo? — susurró Lisa con una seductora sonrisa. Su mirada prometía un viaje de lo más tentador, pero esa angustia no la permitiría disfrutar, así que debía salir de dudas de una vez por todas. Ya tendrían más oportunidades de escaparse.

— Este... necesito comprar unas cosas en el camino y, me gustaría dar un paseo a pie — respondió la rubia titubeante. Estaban separadas por una distancia mínima, y ajenas a los ojos que las vigilaban desde la otra acera — ¿No te importa, o si? —Lisa negó con la cabeza.

Era una de las virtudes que la enamoraban de su interna. Era una chica extremadamente leal y la respetaba de una manera en que no cualquiera lo haría. No necesitaba asfixiarla para demostrarle su interés. Si la pelirroja sentía curiosidad o celos, lo disimulaba bastante bien, porque simplemente se despidió con un roce de manos y con una mirada cargada de deseo.

Jennie caminaba por la poblada acera, con variopintas personas caminando en ambos sentidos a una velocidad exasperante, mientras se abrazaba a sí misma. El frío viento le golpeaba la cara y movía su dorada melena mientas caminaba como por simple inercia. Antes de salir había tenido de nuevo esos mareos y su regla no le había bajado. Tenía suficientes motivos para querer hacerse esa prueba.

Estuvo a punto de pasar la farmacia que buscaba mientras pensaba en las miles de posibilidades de que no se trate de un embarazo. Deseó tener a su madre para preguntarle esas cosas, deseó tenerla para contarle lo feliz que era, y para que conociera a la mujer en la que se había convertido la pequeña Lisa. Levantó fortuitamente la mirada y se fijó en las letras rojas que formaban las palabras «CVS Pharmacy» sobre su cabeza.

Iba a entrar cuando se encontró en la puerta con una mujer embarazada de unos siete meses. Su abultado vientre le sentaba muy bien para su menuda estatura, aunque ya se movía con cierta dificultad. Ella le cedió el paso y la mujer agradeció con un gesto amable, seguida por el que tal vez fuera el padre de su bebé, por la forma en que cargaba con sus compras y la cuidaba. La miró fugazmente una vez más y entró al establecimiento. Paseó la mirada por las estanterías, mientras intentaba identificar en ellos lo que había ido a buscar.

Como era una farmacia muy concurrida, no prestó atención a la persona que había entrado después de ella y la observaba a una distancia prudencial, como si se estuviera escondiendo. La seguía mientras ella consideraba entre tres cajas de diferentes marcas de pruebas de embarazo.

Jennie leía las indicaciones con mucha atención, en especial donde mencionaban su nivel de eficacia. Eligió una que aseguraba un noventa y nueve por ciento de acierto. Era justo lo que necesitaba en ese momento. Observó la prueba una vez más y suspiró mientras lo apretaba en su mano. Como era lo único que había ido a comprar, se dirigió sin perder tiempo hacia la caja, donde había una corta fila de tres personas. El hombre canoso que cobraba le recordaba un poco a su padre. En ese momento dimensionó lo que significaría ser madre y sintió que su corazón se aceleró.

The Secret [Jenlisa]Where stories live. Discover now