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La abeja reina observaba cada detalle de la hoja de vida de Rosé, con una calma que helaba la piel. Levantaba de tanto en tanto una de sus cejas, pero sin elevar el rostro, lo que indicaba que aprobaba lo que leía. Jennie ya conocía sus gestos y hasta incluso algunos de sus pensamientos, por lo que apenas podía contener esa hermosa sonrisa que deseaba salir.

Rosé, sin embargo, no podía dejar de mover las manos a sus espaldas, como también una de sus piernas. Por fortuna ese día había ido más arreglada de lo normal, pues esperaba ver a Jisoo luego de la salida, ya que no había sabido nada de ella desde el día anterior.

La castaña soltó un suspiro cuando Chaerin pareció terminar su análisis. Levantó la mirada y se encontró con una Rosé con los labios apretados y con la mirada expectante, ante la inminente decisión. Aprovechando que estaban cerca, Jennie buscó con la mirada, lo que pudo haber llamado la atención de Lisa (temprano), pero no vio nada más que los papeles de la empresa y su agenda.

— Jennie me habló muy bien de ti, Roseanne — Chaerin extendió ambas manos sobre la carpeta que acababa de cerrar y las mantuvo así mientras sus ojos estaban dirigidos hacia su interlocutora — Eso te pone en un lugar arriba de las demás que están en esta lista — Dio una ligera palmada a la carpeta — ¿Pero... por qué debería elegirte antes que a las demás? — Realmente su mirada intimidaba ¡Demonios! La castaña lo pensó por un momento, no podía arriesgarse a decir una tontería.

— Antes que nada, muchas gracias por tomar en cuenta la opinión de Jennie respecto a mí — Rosé desvió fugazmente la mirada hacia la rubia y luego continuó. Chaerin asintió y unió las manos a la altura de su boca — Y con respecto al puesto, debería elegirme porque tengo los conocimientos necesarios para realizar lo que me pida, en tiempo y forma y, puedo aprender lo que sea que desconozca.

— Tengo más nombres de jóvenes que pueden hacer eso, señorita Park... — La abeja reina tenía esa sonrisa que indicaba una intención de quebrar a cualquier entrevistado. Pero lo que respondió luego la castaña hizo que se la borrara y la mirara sorprendida.

— Pues sea lo que fuera que los demás hagan, yo puedo hacerlo mejor — Jennie sonrió orgullosa y, conociendo a su jefa, la respuesta fue la que esperaba.

Chaerin sonrió de costado y levantó el mentón. Parecía estar pensando en algo, pero no quería dilatar más el asunto. Debía incorporarse de inmediato, para ir a la cita que tenía marcada como «11 horas, New York Presbyterian Hospital».

— Bien... Jennie, encárgate de que Recursos Humanos esté informado de las nuevas funciones de la señorita Park — Chaerin levantó el tubo del teléfono y buscó un número en su agenda. La rubia asintió y compartió con su amiga una mirada cargada de felicidad — Y Jennie, cancela las reuniones de esta tarde, porque hoy ya no vuelvo por aquí.

— Sólo tiene una, así que no habrá mucho por cancelar. La mantendré al tanto si surge algo que requiera de su aprobación.

— Gracias, Jennie. Y Roseanne, espero que no me decepciones.

Rosé negó con la cabeza de inmediato, mientras anotaba mentalmente esas palabras para no olvidarlas. Las dos amigas se retiraron, dejando a la abeja reina en total soledad, para que continuara con su llamada. Chaerin marcó a un número, el cual sonó apenas dos veces antes de que, aparentemente, una secretaria atendiera.

— Con el señor Kwon, por favor — Luego de oír que la persona al otro lado respondió. Esperó algunos segundos y se relajó en su asiento — De verdad no necesitas acompañarme, Jiyong... Tienes tan poco tiempo como yo — Suspiró y se tomó el puente de la nariz. Al parecer, él insistía en que debía acompañarla, así que se rindió — Está bien, nos encontramos en el consultorio de Daesung. Estoy segura de que es una tontería, pero gracias por preocuparte — calló por unos segundos, su rostro se veía algo cansado — Si, lo sé, por los viejos tiempos...

The Secret [Jenlisa]Where stories live. Discover now