The Secret [Jenlisa]

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Jennie ya solo debía ponerse el sombrero con dos cuernos para finalizar su disfraz de vikingo, pero un repentino mareo la llevó a tomar asiento al filo de la cama. Lisa salió del vestidor portando una enorme hacha de utilería, practicando su grito nórdico.

— ¡Mi amor! ¿Qué sucede? — preguntó preocupada. La rubia se frotaba la sien con los dedos, mientras mantenía los ojos cerrados.

— No debe ser nada, cariño. Solo estoy un poco mareada por el cansancio... — Jennie tomó el sombrero y se lo colocó. Esbozó una gran sonrisa y luego rieron a la par — Tuvimos unos días demasiado agitados, me sorprende que sólo fuera un mareo.

Lisa sonrió con cariño cuando una idea se cruzó por su mente. Lo deseaba con todo el corazón, así que tomó a su prometida del brazo y la acercó a su cuerpo para abrazarla. Empezaron a bailar en medio de la habitación y sus labios se buscaron sin dudarlo.

— ¿Y si no es solo cansancio? — preguntó con picardía. La rubia dudó un poco, pero tampoco era una idea muy descabellada.

— ¿Tú crees que...? — susurró la chica dorada, con la mirada pensativa. Lisa asintió.

— Sé de alguien que se pondría muy feliz sí así fuera — bromeó, pero en el fondo era en serio. Su madre les había pedido nietos y, desde lo profundo de su corazón, se había disculpado por no poder estar ahí para conocerlos.

— Haré una llamada — dijo Jennie repentinamente, dejando a su prometida sola en la habitación.

— ¡Recuerda que tenemos 14 horas de diferencia! — gritó, suponiendo que llamaría a Chaerin, pero no era a ella a quien llamaría.

El bullicio en el gran salón, repleto de magos, príncipes, princesas, superhéroes, policías y personajes medievales era igual al de un año atrás. Una multitud de empleados de la empresa coreaban las músicas que tocaba el DJ.

Lisa y Jennie recorrían el lugar con la mirada, tomadas de la mano y reconocieron a muchos de sus amigos, entre ellos a Taehyung vestido de vaquero, al igual que Hoseok. Incluso estaban Jiyong y Violeta, vestidos de dioses griegos, pero nada fue tan llamativo como ver correr hacia ellas a un pollo y una ardilla. A quienes reconocieron como Jisoo y Rosé, ésta última se acercó a Jennie y le entregó algo.

— ¡Lo tengo, lo tengo, lo tengo! — chilló la rubia, agitando su bolso de mano.

Entró a la habitación con Rosé y ni siquiera esperó a llegar al baño para romper la caja que le había entregado su amiga. Entró como un rayo y se bajó las panties para seguir los pasos que indicaba la prueba de embarazo.

— ¿Siempre tardan tanto? — preguntó la rubia luego de unos segundos. Se la oía algo ansiosa, lo que provocó una risa que se oyó por toda la habitación.

— Solo prepárate por si sale negativo, amiga, como esa vez que tuviste la sospecha... y fue un No — dijo alto la castaña, como para que la oyera desde la puerta del baño.

— Esa vez tuve miedo y no lo quería, pero ahora lo deseo con todo mi corazón... — dijo Jennie, caminando hacia su amiga con lágrimas en los ojos.

Rosé sintió una opresión en el pecho al verla llorar como lo hacía. Su pecho subía y bajaba con cada sollozo. Jennie no decía nada, solo lloraba y abrazaba con mucha fuerza a su amiga.

— Tal vez sea la próxima vez, amiga... Esto es así, a veces tarda en llegar.

Jennie negó con la cabeza y le pasó la prueba. Ambas estallaron en un tremendo chillido mientras daban saltos de alegría. Fue tanto lo que tardaban que sus parejas fueron a revisar qué estaba ocurriendo. Apenas entraron, se asustaron por verlas así, todas llorosas y dando saltos, tomadas de las manos.