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Jaemin había corrido hasta que sus piernas fallaron por el esfuerzo, sus pulmones parecían quemar y todo su cuerpo estaba en exceso sudado. Se desplomó contra el suelo de forma torpe acaparando la atención de todo aquel que estuviera cerca. Rechazó la ayuda de cada uno de ellos mientras se arrastraba para apoyarse contra la pared de uno de los edificios tratando de normalizar su respiración aunque parecía algo más que imposible en ese punto.

Las lágrimas seguían cayendo una a una por sus mejillas provocando la mirada con tanta lástima de las personas que le asqueaba. No quería ni pensar en que tanto esas personas estarían pensando sobre él en ese momento. Ni una sola de sus ideas seria cercana al real infierno que vivía actualmente.

Cuando finalmente pudo volver a pararse, camino lo suficiente para tomar un taxi y volver a su hogar. Pagó en silencio y al bajar noto el auto de Jaehyun estacionado frente a su casa. Revisó su celular notando todas las llamadas perdidas que tenia de parte del alfa. Haciendo una mueca entró con calma siendo recibido por las miradas preocupadas del chico de cabellos castaños y la señora Lee.

— Diablos Jaemin, estábamos preocupados por ti ¿Para qué tienes un celular si cuando te llamamos no vas a contestar?

— Estoy en una pieza, ya no te preocupes.

Su respuesta seca sorprendió a la beta quien puso una expresión de asombro. Quiso acercarse a él para preguntar qué era lo que había pasado pero el omega tan solo la esquivo y comenzó a hacer su camino hacia su habitación. Notó los pasos de Jaehyun ir detrás suyo y aunque quería decirle que no tenía ganas de hablar, no tenía opción porqueque había ido hasta allí por él.

Al entrar a su cuarto, caminó hasta el balcón de su cuarto, apoyándose en la barandilla mientras observaba el jardín bellamente arreglado. El aroma del alfa le golpeó la nariz cuando se puso a su lado mas no tenía ánimos como para verle.

— Jaemin, tenemos que hablar. Es sobre Jeno.

Una nueva punzada en su corazón se hizo presente. Miró sus manos sobre el mármol y nunca antes quiso tener la fuerza necesaria como para poder romper aquello en pedazos. Mordió su labio inferior antes de mirar al mayor a su lado. No debía ser un genio para comprender lo que este quería decirle, no cuando tenía esa expresión tan seria en su rostro.

— Ya lo sé Jaehyun. Vengo de verle, él mismo me lo ha dicho.

— Diablos Jaemin, lo lamento tanto.

Los brazos de este le rodearon en un reconfortante abrazo que volvió a detonar sus lágrimas. Se aferró a la ropa del mayor, casi clavando sus uñas en su espalda mientras que lloraba amargamente contra el pecho de este. Pequeñas palabras de aliento fueron dichas por parte de los labios ajenos tratando de hacer que se calme o al menos reconfortarle aunque fuera tan solo un poco.

— Tenemos que ir con la policía Jaemin. Esto no puede quedarse así.

— No. Nadie va a saber de esto.

Sus palabras salieron increíblemente rudas a pesar de su llanto constante. Eran claras y el alfa se vio sorprendido por su seguridad en las mismas pero al final, creía que era la decisión de este el hacerlo o no por lo que solo se quedó a su lado para apoyarle en ese momento.

No supo cuándo, pero termino desmayándose del cansancio entre sus brazos.

Despertó al día siguiente con la señora Lee sirviéndole el desayuno en la cama con una expresión preocupada. Se sentó a su lado en la cama, preguntándole en un tono suave que había pasado. Jaemin dejó a un lado su taza de café para pronunciar un muy pequeño "Terminamos" que no necesito de más explicaciones. La señora Lee le abrazó y besó su frente, diciéndole que todo estaría bien. Un corazón roto a la larga terminaba por sanar.

Opuestos En Común. NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora