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Los días pasaban en lo que era un simple parpadeo. Las clases eran aburridas pero se mantenía un clima alegre debido a los ensayos que hacían por la tarde. Eran poco más de tres horas diarias que dejaban a todos agotados pero con sonrisas en sus rostros al ver su progreso y, aunque estaban a contrarreloj, se mantenían optimistas en que todo saldría bien.

El viernes anterior al show, Ten entró al salón de baile encontrándose con una escena que le hizo sonreír. Todos estaban en un gran círculo de dos hileras para entrar bien, con un pequeño reproductor de música y cantando a coro una de las últimas canciones de un grupo idol femenino. Cantaban a gritos, haciendo muecas y riendo mientras acompañaban con palmas a los jóvenes que bailaban la coreografía en medio de todos.

Jaemin y sus amigos estaban sentados riéndose mientras aplaudían. Jeno, en cambio, era uno de los cuatro chicos parados en medio bailando. Trataban de mantener la seriedad pero se reían avergonzados por el espectáculo que hacían y con pleno conocimiento de que eran grabados por más de uno de los presentes.

El tailandés, sin querer interrumpir aquel momento, se sentó a un lado de Jaemin sonriendo mientras le veía bailar al alfa, tenía una brillante sonrisa en sus labios que hacia sus ojos pequeños. No creía haber visto esa expresión antes en el de cabellos negros.

— ¿Qué está pasando? — Le preguntó al otro omega sin despegar su vista de quienes bailaban.—

— Algunas de las chicas estaban emocionadas con el comeback de su grupo favorito y habían estado practicando la coreografía frente al espejo cuando Felix se acercó a decir que él era mejor bailando Twice, también que los chicos podían hacerlo mejor. Dos más le siguieron y Chenle, en su tono tan delicado y suave, retó a Jeno a bailar con ellos. Todo el salón terminó coreando su nombre y no tuvo más opción que aceptar.

El mayor de todos los presentes sonrió enternecido. Jeno se esforzaba cada día, concentrándose en su papel de aquel baile sin mirar ni decir nada a nadie pero se le notaba más animado y mucho más accesible que cuando se mantenía en un rincón con cara de molestia. El día anterior otro chico le había pedido ayuda con un par de pasos. Jeno era de los mejores bailarines en el salón y entre los que más rápido aprendía. Fue divertido ver la cara de pánico en su rostro ante una petición tan sencilla como aquella. Vio a un alfa un poco torpe que no sabía cómo expresar sus palabras con seguridad y le resultó sencillamente encantador. Jeno podía ser un hijo de puta que lograría meterse en el bolsillo a cualquier persona donde quisiera para luego atacarle por la espalda. No tenía miedo a portar un arma, a entrar en una pelea con alguien físicamente superior, no titubeaba al herir a alguien si eso significaba hacer su trabajo... pero se paralizaba cuando inocentemente le pedían ayuda como a cualquier otro chico de la escuela.

Una gran ronda de aplausos estalló cuando la canción llego a su final y un par de chiflidos se escucharon en el aire. El omega se levantó con una sonrisa y elevó su voz por sobre la del resto para poder ser escuchado entre tanto ruido.

— Gracias por esa encantadora muestra de encanto femenino chicos, pero tenemos que seguir con lo nuestro o el día de la muestra van a tropezar entre ustedes.

Todos tomaron sus posiciones iniciales y le dio play a la canción. Les vio bailar, aún algo torpes y no del todo seguros en sus pasos pero iban bien. Ya casi habían aprendido, en términos generales, la coreografía. Había algunos que aún se confundían de posiciones o se tropezaban con otros pero lo hacían bien. Estaba seguro de que para el viernes siguiente darían un gran show.

Cuando llegó la hora de irse, les vio reír en grupos y a Jeno, como siempre, disponerse a marcharse por su cuenta cuando una rubia le detuvo en su ida. Ella pareció decirle algo muy sonriente mientras acomodaba su cabello coqueteándole al más alto quien solo mostraba una expresión un poco cansada. Le muchacha sonrió ampliamente batiendo sus pestañas hacia él con emoción. Jeno suspiró con pesadez para luego negar con su cabeza, decirle algo que no escucho y marcharse dejando a una decepcionada chica detrás. Lo hubiera dejado pasar si no fuera por la expresión molesta que vio en el rostro del omega de cabellos rosados. Este tomó sus cosas rápidamente y salió corriendo detrás del alfa. Sorprendido, Ten se acercó al grupo de betas que allí estaban.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now