Opuestos En Común. Nomin

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Quizás las cosas habían salido bien en la fiesta de su madre pero ahora que estaban camino a la cena del 24 de Diciembre, Jaemin estaba nervioso. De hecho, había estado tan alterado que no le dejaron conducir. Ten le había quitado las llaves de sus manos para después dárselas al mayor del alfa. Ahora estaba en el asiento trasero del auto, sentado junto a la ventanilla viendo cómo se acercaban a su antigua casa. Sentía que aquel día era la verdadera prueba. Su madre realmente nunca había tenido una verdadera y larga charla con Jeno, tampoco habían estado nunca en el mismo sitio demasiado tiempo.

— Vaya niño, si que tienes dinero.

Escuchó a Yuta decirle cuando estacionaron fuera de la residencia. Haechan era el único que no estaba con ellos, pues pasaría las fiestas con su propia familia a la cual no había visto demasiado desde que volvió. En el momento en que se bajaron, Jaemin sintió como es que el aire frío golpeaba su rostro pero el ya había estado temblando desde antes.

En el momento en que se acercaron a la casa, la señora Lee les abrió y abrazó con fuerza a Jaemin, quien sólo soltó una pequeña risa mientras la abrazaba por igual. El pequeño grupo esperó a que estos dos se separaran para poder saludar como correspondía y entrar a la casa. Jihyun no tardó en aparecer con un elegante vestido rojo y su cabello suelto. Ella fue cordial con todos, recibiéndolos con una sonrisa aunque se veía algo tensa. Les invitó a pasar a la sala en dónde su padrastro estaba esperando.

Todos tomaron asiento en los distintos sofás de la estancia y, por largos segundos casi eternos, nadie dijo nada. Choi fue quien decidió romper con el silencio, entablando una conversación con quizás la peor opción en la sala, Yuta. Preguntó cordialmente sobre la vida en Japón, como era y las diferencias con Corea, también si se sentía a gusto en el país. El japonés sonrió de forma un poco juguetona, empezando a hablar de lo quisquillosos y pomposos que eran los surcoreanos, causando la sorpresa en el rostro de Jihyun pero la risa en su esposo. Después de ello, todo pareció relajarse un poco.

En cuanto una de las chicas del servicio dijo que la cena estaba lista, todos se levantaron para pasar al comedor. La mesa estaba adornada con velas sobre un mantel muy fino rojo. Cada uno tomo una silla para sentarse y se dispusieron a cenar. La conversación se paseó un poco en el comienzo por Taeyong, Yuta y Ten. Preguntaban sobre sus trabajos, como era la vida que llevaban. Su madre parecía genuinamente interesada en todo aquello, lo que le causaba un alivio a Jaemin.

— ¿Y tú Jeno? — Su padrastro empezó. — ¿Qué vas a hacer?

El menor en la sala se tensó, deteniendo por un segundo el tenedor con comida que iba a su boca. Sabía que el señor Choi no tenía malas intenciones con su pregunta pero era un tema que aún no habían hablado bien con su pareja, por lo que se sentía ansioso ante la pregunta.

— Quiero entrar a la universidad. — La contestación salió muy firme de los labios del alfa.— Aún estoy viendo las alternativas y escogiendo bien mi carrera.— Sonrió levemente, apoyó sus codos sobre la mesa y cubrió su boca con las manos, un poco pensativo.— Realmente ahora estoy indeciso y un poco perdido. A diferencia de la mayoría de los adolescentes, yo nunca me había planteando que estudiar y dónde una vez terminada la secundaria. No lo veía como una posibilidad, así que no gaste tiempo en ello. Actualmente tengo esa oportunidad y no pienso perderla pero quiero estar seguro de lo que voy a hacer. Quiero hacerlo por mi, también por mi madre.

— Pareces muy determinado y seguro en ello muchacho, eso es un gran comienzo.

Pronto su padrastro empezó a hablarle sobre las distintas universidades en la ciudad. Cuáles creía las mejores e incluso aconsejándole en ciertas cosas. Jaemin sonrió, porque Jeno estaba realmente cómodo y metido en la charla, interesado en lo que el mayor le decía. Volteó a ver a su madre, quien miraba a su esposo de vez en cuando. Se veía más relajada, lo que ayudaba al omega.