Opuestos En Común. Nomin

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Jaemin estaba mirando su teléfono de forma un poco nerviosa mientras mordía la uña de su pulgar. Le había mandado un mensaje a su madre, algo simple, sólo saludándola para poder empezar la conversación pero estaba realmente nervioso en la espera a que la mujer le contestara. No era tan difícil, sólo debía decirle que irían mas personas invitadas por él. Ni siquiera debía de aclarar quienes eran esas personas.

Quizás estaba sobreactuando con la situación o siendo demasiado dramático pero es que no podía evitarlo. Era como si volviera a tener 13 años, cuando reprobó por primera vez una de sus asignaturas en la escuela. Tuvo tanto miedo de decírselo que su madre se había enterado recién cuando debió mostrarle el boletín de calificaciones. Ella había estado decepcionada y enojada, su padre había sido un poco mas compasivo pero igual de duro. No había sido tan malo enfadarlos pero si el haberlos decepcionado. Eso le dolió mas que nada. Ahora estaba teniendo el mismo miedo.

— Deja de mirar el teléfono como si el mundo se fuera a acabar y come algo. — Ten le puso un plato con papas fritas delante de él. —

Casi se había olvidado que todo el grupo estaba en su departamento, apretándose un poco en la sala. No supo cuando es que estar de esa forma se había vuelto algo habitual para él. Se suponía que esa noche solo iban a estar Ten y Taeyong con ellos, lo que le había puesto un tanto tenso pues parecía una especie de cita doble. Pero ahora, no solo Haechan y Yuta también estaban allí sino su fiel trío de betas junto a Jungwoo. Su departamento le había quedado un poco pequeño para ese tipo de reuniones en las que todos parecían divertirse.

— No se que dirá mi madre cuando se lo cuente. Estoy nervioso.

Ten se sentó a su lado, tomó una de las papas y se la llevó a la boca. Por un segundo el menor se sintió ofendido al verse ignorando tan abiertamente e iba a quejarse cuando el tailandés levantó una de sus manos para hacer que se callara sin siquiera haber dicho una palabra.

— Jaemin, ya no eres un adolecente. Estas empezando a ser un adulto y si estar con Jeno es tu decisión, lo que diga tu madre no importa. Ya sabes bien que te conviene y lo que no. Si tu madre se enoja, pues es problema de ella. Que se vaya a una de sus lujosas vacaciones en el mediterráneo y lo supere. Nana, si quieres que te dejen de tratar como un niño, deja tú de pensar como uno. Tienes una gran herencia en el banco, estas a medio camino de una carrera y tu futuro parece brillante. Te independizaste y saliste de la casa de tu madre porque creías que era lo mejor para ti. Lo hiciste con seguridad. Si realmente quieres estar con Jeno, haz las cosas con la misma confianza.

Su pequeño monólogo terminó con él tomando otra papa y marchándose para sentarse a un lado de su novio en el sofá, quien ni siquiera se volteó a verle pero colocó su mano suavemente sobre el muslo de su pareja.

Sabía que Ten tenía razón pero había una parte de él que le dificultaba el soltarse un poco de los brazos de su madre. Realmente quería poder tener una familia en armonía. Había tenido suficiente drama como para toda una vida. No le hacía falta mas de ello.

Dio un pequeño brinco cuando escuchó el timbre de su celular indicarle que tenía un nuevo mensaje. Rápidamente tomó el aparato, viendo que su madre ya le había respondido. Pensó en que decir, en como decirlo. Quizás debía seguir con una charla normal y luego decirle de forma casual. Tomó aire buscando agarrar un poco de valor y decidió directamente llamarla. Se metió en su cuarto y al tercer timbre ella respondió.

— Nana cielo, no me esperaba que llamaras ¿Está todo bien? - la voz de ella sonaba un poco preocupada. Claro, generalmente no era él quien comenzaba sus llamadas. Jihyun incluso solía llamarle dos o tres veces antes de que contestara.—

— Si... solo quería decirte que tengo unos invitados extras.

— Oh claro cielo ¿Cuántos mas son? — Jaemin sonrió levemente de forma nerviosa, agradeciendo que la mujer no pudiera verle, seguro pensaba que era solo uno o dos mas.—