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La chaqueta que llevaba en sus manos cayó junto a su celular, era como si todo su mundo se derrumbara a su alrededor. Sabía que ese momento llegaría tarde o temprano, que había debía estar preparado pero una parte de él, una parte de su ser, se había negado a aceptar que se marcharía. Había guardado la profunda esperanza de que se quedara a su lado para siempre y ahora cada parte de sus esperanzas se veían rotas y destrozadas.

Sus piernas no pudieron seguir aguantando su peso y se doblaron dejándolo de rodillas en el suelo con las lágrimas bañando su rostro. Jeno no tardó en acercarse a él y tomarlo entre sus brazos. Lo cargó con cuidado como si se tratara de una delicada pieza de cristal. Se acomodó sobre la cama dejando al omega sobre su cuerpo escuchando los sollozos lastimados salir desde lo profundo de su garganta. Mordió sus labios con fuerza tratando de poder aguantar sus propias lágrimas mientras lo mecía suavemente tratando de ayudarle a que se calmara.

Supo que Johnny y su hermano ya habían vuelto con Haechan mientras tenía al omega en sus brazos. Incluso sintió la presencia de su mejor amigo en la puerta dispuesto a tocar y entrar pero un fuerte gruñido que salió desde el fondo de su pecho le indicó que no tratara de hacerlo. El mensaje fue claramente bien recibido pues nadie le molesto.

Tardó casi una hora en que su pareja se calmara. Al notar que había dejado de llorar lo recostó en la cama a su lado y se miraron en silencio durante largos minutos. El rostro de Jaemin estaba enrojecido al igual que sus ojos los cuales lucían hinchados. Estaba destrozado  tanto por dentro como por fuera sin poder aceptar que el alfa se escapaba de entre sus dedos y estaba incapacitado para hacer algo al respecto. Este no era el final que deseaba para ambos pero quizás era el que tendrían.

Aún había muchas cosas que quería a hacer a su lado, lugares a los que ir, momentos que vivir. Deseaba poder graduarse con él, abrazarlo cuando ambos tuvieran sus diplomas y besarse eufóricos por haber culminado con esa parte de sus vidas. Buscar juntos a que universidades ir y ser simplemente una nueva pareja entre tantas. Lo deseaba tanto en su vida pero tampoco podía pedir el deseo egoísta de que se quedara porque eso significaría poner su vida en riesgo. También sabía que Jeno se quedaría realmente si es que se lo pidiera y aquel deseo bailaba sobre sus labios queriendo ser dicho pero se repitió que no podía cometer tal acto de egoísmo hacia el alfa. Tenía que dejarle partir aunque su corazón se rompiera en pedazos.

— Hay mucho que no se aún de ti Jeno, mucho que quisiera conocer, vivir a tu lado y experimentar. Eres ridículamente misterioso a veces y me encuentro pensando en ti tratando de descifrar que tanto escondes aunque pueda ser algo que me espante.

Jeno tomó una de sus manos, entrelazándolas con calma mientras lo miraba. Sabía que confundía muchas veces al omega. A veces podía ser sumamente cariñoso, luego ponerse frío sin darle una explicación pero ¿Cómo decirle todo lo que su atormentada mente recordaba a cada segundo?

— Creo que como mínimo te debo respuestas ¿Qué quieres saber?

— ¿Qué paso aquel día en el callejón?

Los ojos del alfa se aguaron ante el recuerdo y desvió la mirada para fijarla en el techo. Aquel día una parte de él, un poco de su humanidad se esfumó cuando jaló el gatillo. El cuerpo sin vida ante sus ojos y la acción que había hecho. Había acabado directamente con la vida de una persona.

Flashback

Jeno mantenía fija su vista en el beta que sostenía su pierna herida en el suelo mientras los apresurados pasos que se alejaban del callejón comenzaban a perderse. No dudó en tomar su teléfono para mandarle un mensaje a los lacayos de Yang para que vinieran por este chico. Solo esperaba que llegaran antes que la policía si alguien en las cercanías los había llamado después de escuchar el disparo.

Opuestos En Común. NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora