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Pasaron largos momentos en silencio, abrazados con calma pero para cuando se separaron, había una pequeña incomodidad en el aire flotando entre ellos. No sabían que decirse pues tenían tantas cosas que buscaban decir y hacer. El tiempo ahora estaba en su contra. Jaemin se sentó en la cama, caminando de un lado a otro en la habitación del alfa deteniéndose unos segundos en la ventana observando hacia afuera con un poco de dolor. Sintió las voces fuera de la habitación y suspiró. Notó que Jeno se acercaba a él pero solo negó con su cabeza. Todas sus emociones estaban desbordantes, complicadas y confusas. Le estaban dando un indicio de jaqueca.

— ¿A qué hora te iras?

— El avión está listo, saldremos en cuanto Donghae me avise que este hecho el trabajo.

Observó al alfa atreves del reflejo del vidrio, podía verse a sí mismo y notaba la mirada en sus ojos, estaba derrotado. Acarició su propio brazo con un poco de incomodidad antes de caminar hacia la puerta de la habitación. Al salir, se topó con las miradas de cuatro personas. Tres de ellos eran conocidos y el sujeto alto no tenía idea quien era pero, por la forma en la que este le veía, supuso que le conocía. Debía de ser el nombrado Johnny. Observó todas las maletas que habían en la sala, apretando sus labios. Una nueva sensación apareció en su pecho mientras que su vista caía sobre el omega de piel ligeramente oscura, una pequeña y maliciosa idea metiéndose en su cabeza. Haechan lo miró un poco confundido ante la pesada mirada sobre sí. Jaemin se dio la vuelta, topándose con Jeno que venía saliendo de la habitación.

— ¿Donghyuck ira contigo?

Hubo reacciones diversas en la sala. Taeyong mantuvo su rostro en blanco, Jeno lucía claramente confundido, Ten y Haechan sorprendidos, Johnny por su parte totalmente indiferente jugando el billar en su teléfono. El alfa pelinegro relamió sus labios buscando encontrar una respuesta que satisficiera al aparentemente molesto omega frente a su ojos.

— Él vendrá conmigo, no puedo dejarlo aquí.

— ¿Y a mí sí?

Tal cuestionamiento le tomó por completa sorpresa. Mordió sus labios mirando a todos los presentes que les observaban en silencio. Suspirando tomo la mano de Jaemin y lo metió dentro del cuarto nuevamente, no iba a tener esa conversación frente a terceros. En el cuarto, Jeno podía notar lo tenso que el otro se encontraba. Sus brazos cruzados sobre su pecho y lo rígido de sus hombros lo hacían evidente.

— Muy bien, solo puedo decir algo ¿Qué demonios, Nana?

— Te vas a ir, con otro omega ¿Cómo crees que eso me hace sentir en este momento? Es incómodo para mí.

— Chittaphon también se está yendo y no veo que hagas un escándalo por eso.

— Su situación es diferente. Haechan es... otra cosa.

— Sí, mi mejor amigo.

Jaemin pareció temblar y sus ojos se volvieron llorosos. Negó con su cabeza llevando sus manos a su cabello sintiéndose completamente fuera de si en ese momento. Se sentó en el borde de la cama apoyando sus codos en las rodillas y cubriendo su rostro con las manos comenzando a llorar. Jeno terminó por acuclillarse frente este, quitando las manos de su rostro y mirándole con una expresión un poco dolida.

— Dios... lo lamento de verdad. No quise... de verdad. Es solo que me estoy sintiendo tan... inseguro en este momento.

— Lo sé Nana. Tranquilo.

Negó con su cabeza y casi se tira hacia los brazos del alfa. Había una imperiosa necesidad en su cuerpo de sujetarle con fuerza, como si así fuera a evitar que este se marchara. No había nada que hacer pero no podía dejarle ir con tanta facilidad. Jeno se había metido bajo su piel de una forma en la que le asfixiaba casi y que lo abandonara se volvía algo inaceptable. Se convirtió en algo tan indispensable como el mismo aire para su vida. Si se marchaba, ya no podría seguir en pie.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now