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La noche estaba un poco fría, haciendo que sus chaquetas y sudaderas no resaltaran o llamaran la atención de los pocos transeúntes que deambulaban cerca de aquella calle solitaria cercana al parque. El pequeño grupo se mantenía hablando de sus cosas en voz baja. Eran solo cuatro entre los cuales destacaba un alto apoyado en una de las húmedas paredes con un cigarrillo entre sus labios. No hablaba con el resto, simplemente miraba la calle entre aburrido y abstraído. Sobre la gran moto, Jeno acomodaba la capucha que llevaba puesta tratando de tener su rostro escondido lo mejor posible.

De reojo observo al alto, quien se mantenía silencioso y tranquilo llevando aquel pedazo de tabaco a sus secos labios, aspirando para luego dejar salir el humo tan suavemente esparciéndose como una fina niebla. Aquel alfa era un poco diferente de cualquier otro que hubiera conocido con Yang. Johnny no temía ir con la frente en alto y nunca se escondía, sin un pasado ni una familia, no había nada que pudiera temer de perder. Tampoco aspiraba a un puesto más alto o a tareas importantes, estaba bien donde estaba, como un simple peón que le vendía a jóvenes en busca de nuevas aventuras. El alto había comentado que Yang le había ofrecido más debido a que su gran altura y rostro lograban intimidar a muchos pero había declinado la propuesta. Según él, su moral no estaba tan comprometida y si llegaban a atraparle, tenía dinero para salir de prisión bajo fianza al solo ser un dealer.

— El niño está aquí.

Pronunció el estadounidense con calma, dejando caer el resto de su cigarro al suelo para apagarlo con su zapato. Muchos de los clientes de Johnny eran adolecentes o jóvenes que generalmente lograban desesperarle tratando de regatear el precio. Si no se había equivocado, aquel sujeto también era solo un estudiante. Jeno miró con desgano a la figura acercarse a ellos sin poder verle bien el rostro debido a la sudadera gris que llevaba con la capucha puesta. De vez en cuando miraba a los lados y hacia atrás, haciendo evidente que se encontraba un poco asustado, eso hacía reír al grupo.

— ¿Es la primera vez que compra?

Le preguntó Jeno, mostrándose un poco indiferente mientras bajaba su vista para limpiar un poco de tierra que había quedado en su pantalón.

— Si, o eso me dijo su amigo.

El alto solía trabajar solo o, en su defecto, con algún acompañante ocasional pero debido al peligro inminente era mejor que los grupos fueran más grandes por si surgía alguna complicación en el camino pero eso ahora estaba haciendo sentir al comprador un poco más nervioso de lo que había estado en un comienzo. Era una noche de viernes, iría a una fiesta con sus amigos universitarios y creía que, para encajar y divertirse un poco más, un poco de ayuda no vendría mal.

En el momento en que estuvo frente al estadounidense, la diferencia de alturas entre ambos fue casi abrumadora para el recién llegado. Se aclaró la garganta mientras que el más alto esbozaba una sonrisa divertida por los nervios brotando del menor.

— ¿Trajiste el dinero? Ni un centavo menos, como acordamos.

El chico asintió, sacando de sus bolsillos un fajo de billetes que estaba sujeto por una goma. Johnny lo tomó con una expresión tranquila, tomando su tiempo para contar los billetes y tocarlos, asegurándose de que fuera el monto justo y billetes reales, no sería la primera vez que intentarían darle algunos falsos. Hizo todo dos veces, queriendo asegurarse antes de meter el dinero en sus bolsillos y girarse hacia el trío que no les prestaba gran atención.

— Dame dos de diez.

Jeno asintió, tomando la mochila que descansaba a su lado en el asiento de la motocicleta para sacar de ella unas pequeñas bolsas de pastillas. Con una expresión casi aburrida se las tendió al alfa pero sus ojos se desviaron hasta el comprador. Su mirada se ensanchó con sorpresa al igual que la del alfa más bajo, aunque la del comprador era real a diferencia de la suya. Se mantuvieron en un silencio incomodo que molestó al mayor de todos quien le arrebató la bolsa al pelinegro para entregársela al otro.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now