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Jaemin esa mañana había puesto una gran capa de maquillaje en su rostro tratando de ocultar las ojeras que tenía por no haber dormido en toda la noche. Estaba agotado en forma física y también emocional pero allí estaba, tratando de lucir lo más fuerte que podía sentado en la mesa solo con su madre. Su padrastro aún no había vuelto a casa y no sabía si lo haría. No iba a preguntarle a su madre lo que estaba pasando con él.

Tomó su mochila con desgano cuando terminó de desayunar y subió al auto como acostumbraba. No sabía si es que la señora Lee había hablado con alguien más sobre su pequeño escape nocturno y no quería saberlo realmente pues serían más razones para preocuparse de que alguien se lo contara a su madre.

Al entrar a su escuela, todo parecía tan normal como siempre. Comenzaba a notar la monotonía de sus días, lo agobiante que era pasar tantas horas en un lugar como aquel. En su salón no era muy diferente, todos hablaban animados menos Jeno quien dormía sobre su pupitre. Eso le hizo sonreír pues quería hacer exactamente lo mismo. Saludó a sus amigos quienes hablaban sobre un programa que habían estado viendo antes de acostarse sobre la fría superficie para descansar hasta la llegada del profesor. Para su fortuna, el docente se ausentó debido a enfermedad lo que les dejo tiempo de dormir al menos una hora y media. Incomodos, pero era mejor que seguir sin haber pegado un ojo.

El resto del día no tuvieron tanta suerte como allí. Siguieron sus clases aburridas, los recesos hablando en la terraza de la escuela y un par de besos robados por parte del alfa cuando nadie les estaba viendo.

Les había comentado sobre la reunión programada, por no decir cita, que tenía con Jaehyun al día siguiente. Y aunque en realidad no era una molestia tener que encontrarse con el alfa, pues era alguien muy amable y divertido, las circunstancias que envolvían a sus encuentros hacían que todo fuera poco agradable.

Jeno había estado gran parte del día pegado a su celular, leyendo mensajes que le llegaban una y otra vez. Jaemin prefirió no preguntar, notando la expresión seria de este cada vez que revisaba el mismo. En el fondo, no quería saber con certeza de que se trataban esos mensajes aunque una parte de él pudiera llegar a imaginárselo.

Los cinco se despidieron en la entrada, Jaemin quiso llevar al alfa hasta su edificio pero este parecía nervioso, mirando hacia ambos lados de la calle negando con su cabeza. Parecía un poco paranoico. De hecho se despidió de una manera muy brusca y casi corrió de la escuela. El señor Kim preguntó amablemente hacia el hijo de su jefa que le sucedía al muchacho pero Jaemin solo se quedó callado, sintiendo un nudo en su garganta respondiendo un escueto "Nada." Antes de subirse al auto.

En el departamento del tailandés, minutos después, Jeno se encontraba sentado en una de las sillas de la cocina sujetando su cabeza, Taeyong apoyado en una de las paredes con los brazos cruzados y Ten apoyado en la isla de la cocina, mirándoles preocupados.

— Yeol y Sehun aseguran que vieron a unos sujetos seguirles, vigilando lo que hacían. No eran de su zona, no pudieron reconocerles. Todos estamos un poco paranoicos con lo que se nos está viniendo pero nadie se nos queda mirando por mucho tiempo. Quien no nos conoce, no le importamos y quienes si saben quiénes somos, evitan nuestra mirada por miedo a menos que busquen comprar algo pero esos tampoco nos vigilan como perros. Estamos frente a la policía o frente a los hombres de Park. Esta ha de ser la primera vez en la vida que deseó a la policía pisándome los talones joder.

Todos los que trabajaban para Yang estaban en alerta máxima desde que dos de los distribuidores se habían percato de una actitud sospechosa. Generalmente no eran cosas que trascendían a mayores en el pasado, alguna pequeña pandilla queriendo hacerse de cierto territorio pero eran fácilmente controlados y apartados.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now