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En su mundo, era como si todo se hubiera detenido. No escuchaba voces de nadie más, ni uno solo de los múltiples murmullos que se alzaban a su alrededor. Sintió como alguien le sujetaba por uno de sus brazos, no hacía falta voltearse para saber que era Mark queriendo saber si estaba bien.

Pero nada le importaba.

Estaba cambiado, tres años le habían modificado un poco sus facciones. Su rostro era más serio y adulto, quizás había aumentado un par de centímetros en altura. Lo que seguía igual era aquella presencia que el alfa tenía. Fuerte, serio e intimidante.

Sus piernas estaban débiles, sentía que en cualquier momento le fallarían y terminarían por caer al suelo. Apenas había podido reparar en que no era el único allí parado contra el auto. Había tres personas más a las cuales no les dedicó siquiera una mirada.

Eso no podía estar pasando, tenía que ser una mala broma de su ya muy estresada mente. Jeno no podía estar allí, vestido en ese hermoso traje blanco, viéndose como sacado de una revista.

La mirada que este le estaba dando era tan fuerte que le dejaba sin aire.

Lo vio dar un paso al frente, en su dirección y sólo pudo retroceder. No, eso no estaba pasando. Era simplemente imposible, debía estar volviéndose completamente loco. Él volvió a dar un par de pasos hacia el omega y este solo pudo negar con su cabeza. Sentía sus labios temblar, estaba a punto de llorar.

En el momento en que vio los labios del alfa abrirse buscando decir algo, salió corriendo de allí. Empujó a las personas en su paso huyendo de la universidad. Tropezaba con sus propios pies, su pecho parecía quemar por las dificultades que tenía al respirar. No se fijó en los cruces, sólo corría queriendo escapar. Podía escuchar los bocinazos detrás de él, también los gritos e insultos que le proporcionaban. No le importaba.

— ¡Jaemin espera!

Esa voz diciendo su nombre le dio un escalofrió que recorrió toda su columna y espalda. Negó con su cabeza sintiendo como las lágrimas salían de sus ojos y caían al suelo impulsadas por el viento que golpeaba su cara al correr. Tenía miedo de mirar atrás, en verlo correr a sus espaldas.

Un grito salió de su boca cuando sintió como era sujetado por su antebrazo y le detenían. Negó con su cabeza llorando y cerrando sus ojos con fuerza. No quería verle, no podía hacerlo pues sentía que iba a derrumbarse si lo hacía. Lograba captar su fuerte aroma golpeando su nariz lo que le hacía sentirse aún peor.

— Jaemin por favor mírame.

El omega negó con su cabeza, manteniéndola agachada. La sola voz del alfa hacía que su cuerpo temblara. Una parte de él quería pegarse a su cuerpo y fundirse contra el mismo pero había otro lado diciéndole que debía alejarse. Se movió con fuerza, tratando de zafarse de su agarre para poder marcharse pero Jeno era más fuerte que él, siempre lo había sido.

— Jaemin... mírame.

Soltó un sollozo cuando escucho la voz del alfa dándole esa orden, no podía negarse y odiaba aquello. Sintió una de sus manos acariciar su mejilla mientras que levantaba su rostro. Al abrir sus ojos tenía la vista un poco borrosa por las lágrimas pero podía verle, a tan solo unos centímetros de él.

En el momento en que pudo enfocar su vista y sus ojos conectaron con los del mayor, un sentimiento abrasador que no conocía inundo su pecho.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now