29. Ayuda

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«Acción que una persona hace de manera desinteresada para otra por aliviarle el trabajo, para que consiga un determinado fin, para paliar o evitar una situación de aprieto o riesgo que le pueda afectar»


Aitana

Los nervios se han apoderado de mí desde el momento en el que Luis me avisó que su avión estaba listo para el despegue.

Mis manos se movían continuamente y mis talones se elevaban en busca de ese cuerpo al que ya consideraba hogar y al que tanto echaba de menos. A penas fueron cuatro los segundos que pasaron hasta que pude encontrarlos entre los rostros del resto de la gente congelados. Una eternidad, lo que tardaron en unirse nuestros labios.

Sí, seguía molesta con él, pero la realidad es que al volver a sentir sus brazos dando la vuelta en mi cintura fortaleciendo mi seguridad, todo lo pudo haber pasado en estos días había dejado de importar. Todas las dudad que por la noche me habían atormentado se esfumaban como el humo que se mueve por el viento.

Ninguno de los dos ha podido dormir en toda la noche, de hecho, ambos han estado en la cabeza del otro dando vueltas. Él se ha planteado si ese era el camino correcto, el de la huida. La verdad es que no está muy seguro pues, aunque ha conseguido eres "aire" que tanto ha dicho que necesitaba y que era el mayor motivo de su desaparición, al final del día se ha dado cuenta de que la presión en el pecho ha vuelto y encima tiene la espina de la imagen de su novia con los ojos vidriosos por su culpa. Porque sí, él es el único culpable de todo el desastre ocasionado.

Ella, por su parte, observa el techo blanco de su habitación mientras se reacomoda en su colchón perdiendo la vuelta de todas las vueltas que ha podido dar en lo que va de noche. Aprieta los ojos cuando el brillo de teléfono la ciega por completo impidiendo así que cumpliese su propósito que no era más sencillo que el de ver la hora.

Si pudiese describir lo que la ocurre cree que sería rabia. ¿Por qué Luis necesitaría aire? ¿tan mal va su relación como para que no la avise de que se va a Galicia? ¿no tiene la confianza como para contarles sus problemas? Tal vez estén yendo muy deprisa y se estén adelantando demasiado al tiempo. Tal vez ella no cumple sus expectativas, al fin y al cabo, se sacan diez años y probablemente Luis quiera asentar su vida y crear una familia mientras ella se ve a años luz de poder cumplir eso. Tal vez no sean la persona idónea para el otro.

Lleva más de seis horas intentando entenderle. Sí, claro que es normal que haya necesitado unos días para recomponerse. Ella sabe perfectamente lo molesta que puede llegar a ser esa presión en el pecho y como unos días en su pueblo natal la consiguieron recomponer después de la muerte de su abuelo. Es cierto que muchas veces no somos conscientes de todo el peso que llevamos a las espaldas y que eso hace que en puntuales (o más a menudo) momentos la vida obligue a parar nuestro mundo y reflexionar. Y eso es exactamente lo que la catalana cree que le ha pasado a su novio, por eso, y aunque todavía no haya podido dejar de pensar en que ella tiene parte de la culpa, decide cerrar ojos y olvidarse por completo del mundo durante las pocas horas, por no decir un par, antes de volver a todo lo que desde hace unos días para ella está en una cuerda floja.

Después de la comida que había preparado Miriam con todos para celebrar que Luis había vuelto y charlar un rato, habíamos decidido venir a mi casa para pasar aquí lo que quedaba de domingo y el resto de semana, pues con el virus que estaba invadiendo el país habían recomendado salir de casa lo menos posible. Aunque yo ya había visto a algún insensato en el bar de al lado.

Echamos la llave de casa y no nos movimos de ahí hasta que nos vimos en la obligación de pedir una pizza porque nos moríamos de hambre y a mí se me había olvidado hacer la compra mensual por lo que tenía la nevera tiritando.

Tus acordes en mi guitarraWhere stories live. Discover now