71. Refugio

654 33 35
                                    

Aitana

El despertador suena demasiado pronto para mi gusto, pero no puedo permitirme posponerlo así que, con un poco de mal humor de buena mañana me levanto de la cama dispuesta a empezar un día, cuanto menos, ajetreado.

La casa está vacía porque Luis se llevó a Eli esta mañana casi a la vez que el sol salía a casa de Ana, que hoy se había pedido el día libre y le hacía mucha ilusión pasar un día entero con su sobrina mientras nosotros teníamos reuniones y trabajo que iban a ocuparnos gran parte de las horas.

Me puse en marcha y conduje hasta la editorial que hacía bastante tiempo que no pisaba. Aun puedo recordar sin mucho esfuerzo como sentí la primera vez que estuve ahí, las mariposas, los nervios, las ganas. Lo cierto es que poco después de publicar "La tinta de mis ojos" empecé otro poemario que ya lleva más de un año terminado pero que, con todas las cosas que nos han pasado a lo largo de este tiempo, me he visto incapaz de empezar a editar.

Tengo muchas ganas de que salga, aunque eso signifique menos tiempo para pasar en el taller porque imagino que, viendo la popularidad que tuvo el anterior, no sería de extrañar que me propusiesen hacer una especie de gira para firmar los libros y así conocer a todas las personas que se habían encargado de hacer mi sueño realidad.

Con la baja de Jimena hemos tenido que cerrar la tienda hasta por la tarde y posponer varias reuniones, porque nos era imposible cuadrar los horarios de alguna forma teniendo en cuenta que me negué a que mi amiga dejase a su hijo para ir a trabajar y más teniendo en cuenta que Álex se ha instalado con ella durante su baja y recuperación del parto para ayudarla en todo. Están mirando casas que se adapten a lo que ellos necesitan, pero es muy complicado, como la situación que viven.

Volviendo al ahora, la jefa me recibe con una sonrisa y un apretón de manos. Su secretaria me saluda de la misma manera y no es hasta que veo a Nuria al fondo de la sala que no me relajo y me siento realmente cómoda.

Las horas pasan y al final nos dejan una media hora para tomarnos un descanso y luego seguir con todo el papeleo que nos queda por delante. Aprovecho para llamar a Luis, que tenía una reunión porque Universal se había puesto contacto con él y estaban interesados en su música. Me cuenta lo raro que es todo, pero a la vez sé que detrás de esa voz temblorosa no puede dejar de sonreír por la ilusión que le hace el simple hecho de estar ahí.

Ana me cuenta que Eli se ha portado de maravilla, básicamente porque hasta hace una hora más o menos, seguían en su cama durmiendo y roncando como si no hubiese un mañana. En realidad, la canaria dice que solo ha roncado mi hija, pero algo me hace poner eso en duda, aunque no se lo digo para no entrar en uno de nuestros debates que acabaría ganando yo con la técnica del puchero invencible.

Nuria me recibe de nuevo con una sonrisa y me ofrece una taza de café que no niego porque de verdad que la necesito si quiero aguantar otro tanto escuchando a gente que no conozco hablar sobre negocios y cosas que poco tienen que ver con mi libro. Creo que, sin duda, esta parte del proceso es la que más pesada y aburrida se me hace, pero como no se puede omitir, pongo una sonrisa y seguimos con las tareas.

A eso de las cinco llego a la tienda y observo como hay unas dos o tres personas esperando en la puerta. Saludo y las pido unos minutos para encender y poner en marcha todo. Las atiendo una a una y revisando cada dos por tres la agenda que normalmente suele llevar organizada Jimena, así que, en ese momento, se podría decir que la echo demasiado en falta.

La exhibición que hicimos con la temática de la música todavía sigue en venta y teniendo bastante encargos todavía. Lo cierto es que nunca nos había durado tanto una colección como esta y eso mismo hizo que la que teníamos pensada para el verano de este año tuviese que ser más pequeña para que pudiese compartir catálogo con la antigua.

A eso de las siete Jimena aparece con Mateo en brazos y por mucho que quiera regañarla por venir a trabajar cuando está de baja lo único que consigo hacer es lanzarme a sus brazos porque de verdad que necesito su ayuda.

Deja a Mateo a un lado dormido mientras nosotras nos ponemos manos a la obra a atender a la gente que cada vez se acumula más. No termino de entender que ocurre para que haya llegado tanta gente interesada, pero supongo que es bueno, que digo, claro que es bueno, ¡buenísimo!

Cuando llego a casa reventada por el día que he tenido me encuentro a Luis en el sofá con Eli tumbada en su pecho disfrutando de una sesión de caricias mientras le canta algo que no conozco. Sin hacer mucho ruido me descalzo en la cama y se siento con ellos a restar atención a lo que Luis canta con su voz ronca mientras también deja alguna que otra caricia en mis piernas.

Eli cae rendida al poco de yo acoplarme con ellos, pero se ha agarrado a la camiseta de Luis y no se separa para que la dejemos en la cuna, así que acabamos recolocándonos antes de encender la tele y dejar puesto cualquier programa que se acaba quedando en un segundo plano porque nosotros empezamos a contarnos que tal nos fue el día.

La conversación pasa entre temas banales hasta que llegamos a uno que se nos aparece bastante a menudo desde el último mes. El embarazo. Ayer conseguí abrirme con Luis y contarle el miedo que me daba que por un motivo u otro volviese a no salir bien el embarazo porque, ahora que me he recuperado no sé si podría permitirme volver a sentirme como lo hice en aquel momento.

Ambos sabemos que hay pocas posibilidades de que eso ocurra porque fue un caso remoto y no significa que deba repetirse, pero es un miedo que llevamos a cuestas, aunque no queremos o a veces intentemos esconderlo entre otras cosas de nuestra cabeza. Además, que yo tenga endometriosis dificulta todo un poco, y no perdemos la esperanza, pero no dejo de desear que llegue ya el momento de saber si he tenido una falta o no.

En cuanto a eso, la verdad es que podríamos hacernos una de las pruebas, pero, aunque no hemos dejado de intentarlo, no he tenido ningún síntoma hasta ahora y no quiero guardar ilusiones que luego duelan si es que sale negativo. Así que decidimos que esperaríamos a tener alguna evidencia para lanzarnos. Nos tomaríamos el proceso con calma y disfrutaríamos de él durante el tiempo que durase.

Sus brazos rodean mi cuerpo y yo me apoyo en el suelo con cuidado de no molestar a nuestra hija y ahí, siento que no hay tormenta que me haga dudar de que este es el mejor refugio que jamás encontraré. 


_______________________________________

Hola, hola, holaaaa!!!

Sé que llego un pelín tarde comparado con otros días pero en mi defensa diré que hoy ha sido un día de locos y hasta hace relativamente no he llegado a casa.

Ahora mismo os digo que estoy flipando un poco porque la chica que acaba de salir en la voz ¿Teresa creo? Le han dicho que estaba dentro del casting en la Vaguada y yo voy ahí LITERALMENTE en todos los recreos.

En fin, que no os interesaba mucho pero es que si no lo contaba exploto  aquí mismo.

Ahora sí, quedan 5 capítulos. Espero de corazón que los disfrutéis❤️✨

Tw: @orejasdelana
#AcordesyGuitarrasff

Tus acordes en mi guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora