14. ARTUR

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- Enfrentarnos a un nocturnas, ¿es enserio?. - Preguntó Guila mientras corríamos através del terreno desiforme de la reserva, manteníamos un paso firme, pero sin llegar a ser extenuante. Los árboles del bosque exterior de la escuela, son altos y tan robustos como los del castillo, lo que me recuerda los días en los que Arqeus, Zane y yo. Éramos un grupo inseparable, jugando a las escondidas, explorando los vastos jardines y expiando a los caballeros en sus entrenamientos. Las hojas de los árboles tienen una tonalidad mezclada, adquiriendo un color naranja característico de la temporada de vientos otoñales. En esa época, la Valentina de Arqeus nos guiaba, la fortaleza da Zane era nuestra fuerza y mi conocimiento del terreno nuestro seguro. Pero Arqeus ya no estaba con nosotros, ya no era nuestro guía, yo no tenía idea de por dónde correr y buscar. E incluso ahora Zane no lucía tan seguro e imbatible, como lo hacía cuando éramos niños, todo había cambiado, habíamos crecido, conocimos el miedo y la emoción del peligro.

Solo Guila Lucía impacible, ajena a la situación tan peligrosa por la que estábamos pasando. La mente de Guila se movía diferente a la nuestra, se movía como la de Arqeus. Guila no veía el peligro, ella detectaba las posibilidades. Creaba planes y estrategias con cada paso que daba, planteando el mejor camino para nosotros. De repente Guila detuvo su trote y se apoyo junto a uno de los árboles.

- No tiene sentído que sigamos corriendo. - dijo en Medio de un suspiro, la chica camino hasta el árbol más cercano y se sentó bajo su sombra, su semblante era ilegible y su mirada decidida. Entendía por qué Arqeus había caído ante ella, ambos eran rezagados y prodigios a la vez. Guila menospreciada por su sangre a pesar de su talento y Arqeus obligado a ser siempre el segúndo siendo mejor que el primero.

- El bosque es demasiado extenso y los árboles demasiado grandes, esto puede ser díficil. En especial para nosotros. - dijo para si misma mientras la brisa sacudía su largo cabello y este se enredaba en sus rojos labios. Zane caminó hasta estar cerca de ella, con el sol cayendo sobre el. Sobre su semblante pensativo.

-¿ Te refieres a la sombra?. - pregunto Zane mientras se sentaba a su lado. La chica respondió con un movimiento de cabeza. Los miré perdído ante sus ideas, odiaba que lucharán constatemente entre ellos, me hacía sentír que estaba en medio de una batalla interminable, de la cual yo sería la única víctima. Pero incluso odiaba aún más verlos trabajar juntos, como un pulido engranaje que se formaba de sus pensamientos, donde mis ideas no tenían lugar. Guila levantó su cabeza hacia los árboles, viendo como la luz se deslizaba entre las hojas multicolor de las gigantescas ramas.

- Los nocturnas no morirán por la exposición al sol, siguen siendo criaturas de la naturaleza no criaturas oscuras. Pero aún así la luz los afecta, elimina su inmortalidad y les causa otras molestías con su brillo. Al principio y estoy segura que como nosotros los demás pensaron que podríamos encontrarlos fácilmente en alguna cueva o en zonas que no estuvieran siendo bañadas por el sol. Pero no contamos con los árboles, con su espesor. - dijo Guila recogiendo una hoja marrón que caía lentamente del cielo, girando sobre si. Como si estuviera bailando con el aire. La hoja era apenas perceptible en la manos de Guila, su color se mezclaba con la maleza y con el tronco del árbol. Siendo únicamente perceptible al estar sobre la blanca mano de la chica. Entonces y observando aquel extraño efecto de la luz por fin comprendí las palabras de Guila.

- Se mueven bajo la sombra de los árboles. - dije un poco más alegre de lo que estaba, como si fuera un niño respondiendo a la pregunta de su maestro. Guila y Zane me miraron con algo de ternura en sus ojos, como un par de padres viendo a su hijo dar sus primeros pasos. Zane se levantó y le prestó su antebrazo derecho a Guila como un apoyo para que ella hiciera lo mismo, el chico puso su mano sobre mi hombro con suavidad. Casi podía escuchar un "bien hecho" proveniente de ese ligero gesto.

Hérederos: Dorado Ardulian.Where stories live. Discover now