54. ARTUR

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El por que lo hice y que estoy haciendo son dos preguntas que no puedo lograr quitarme de la cabeza, Estoy al borde de la cama de la habitación 107 sosteniendo la mano de un chico que apenas y conozco. Lo he hecho durante los últimos días, he permanecido a su lado sin alejarme por un solo segundo.

Sostengo su mano con suavidad, está helada, y es suave, no hay cayos en sus dedos a pesar de que es un espadachín. He inspeccionado cada espacio de ellas solo para matar el tiempo, las líneas superiores en su palma, la forma en la que sus dedos se tersan al contacto con los míos. Reconozco incluso el pequeño lunar en la esquina derecha de su muñeca. Es curioso, ni siquiera reconozco tan bién mis propias manos. Esta durmiendo plácidamente en la gran cama, respira tranquilo y su expresión es Serena casi parece que estuviera soñando. Aveces me preguntó qué pasará por su cabeza, que tipo de creaciones producirá la fábrica de sus sueños.

Estoy cansado, en parte por que he estado en este lugar por mucho tiempo, eso es por qué no me atrevo a estar en la cama con el. De alguna forma parece erróneo, como si invadiera su espacio. Suelto su mano y me levanto del borde de la cama, estiró un poco y me siento mejor. Camino hasta la pequeña cómoda de la habitación y me doy una mirada en el espejo, hay unas pequeñas ojeras bajo mis ojos fruto del poco sueño, también estoy un poco despeinado. Por lo demás, nunca he estado mejor, mi cuerpo está en forma; mis mejillas blancas están llenas de color y mi cabello brilla con fuerza. Estiró mi cabeza un poco solo para cerciorarme de mi cuello.

Aún no puedo creer que esté tan bien, no hay magulladuras ni cicatrices, solo mi piel tersa y sana. Desde ese día mi cuerpo ha estado completamente nuevo, pequeñas cicatrices que tenía de pequeño han desaparecido, las marcas de pequeños granos en mi rostro tampoco están. Y por supuesto la herida en mi cuello también se ha esfumado. Es como si hubiera vuelto a nacer, sin ninguna marca en mi cuerpo. Incluso tengo el cabello un poco más largo, todo gracias a el.

Camino de regreso a la cama solo que esta vez me ubico en una pequeña silla que puse en el lado derecho de la cama, donde el descansa. Tomo asiento y me cercioro de que aún permanece tranquilo. Estiró mi mano y quitó un pequeño rizo que se cruza por su rostro. Su cabello también ha crecido desde aquella ocasión. Paso mi mano por sus mejillas, están tan heladas como de costumbre, también ha perdido brillo. Pongo la palma de mi mano sobre su mejilla y paso mis dedos bajo sus orejas utilizando mi pulgar para acariciar su rostro. Es un gesto sencillo que mi madre utilizaba para despertarme los días en los que el sueño se apoderaba de mi cuerpo. Amaba despertar sintiendo su calidez, abrir los ojos y ver su sonrisa.

Acarició suavemente su piel, y paso mis dedos por la Endidura de sus labios, están fríos y resecos; hay pequeñas formas de piel que empiezan a rasgarse. Tomo de la cómoda un pequeño frasco con agua y  humedezco mis dedos antes de pasarlos por su boca. Normalmente esto sería extraño incluso con alguien como Zane o Guila, pero con el es tan sencillo y cómodo. Tal vez sea por qué está durmiendo y no puede ver lo que hago.

Simplemente dejó pasar ese pensamiento y humedezco sus labios, me preguntó cuando despertara. He cuidado su cuerpo desde que se durmió, pero empiezo a perder la capacidad de mantenerlo en forma. Su cabello se tornó opaco, y su piel más clara. Es como si se estuviera apagando, si es que eso tiene algún sentido. En cuanto llegamos la maestra Eva vino a vernos tan pronto como se enteró, no tuvo mucho que hacer. Tan solo lo tocó e hizo una mueca de horror, tal como si hubiera visto un cadáver descuartizado. Preparo todo para que él estuviera cómodo, diferentes pociones y hechizos de sanación. Nada hizo efecto, según ella el que despierte no está en manos de nadie, nisiquiera de los dioses. 

Me permitió quedarme aquí, incluso hablo con la escuela para hacer que las miradas curiosas desaparecieran. Aunque siendo totalmente honesto no creo que muchas personas se interesaran en su estado. En especial Alan quien parece ser el único con la capacidad de notar su ausencia, supongo que el odio es una manera de mostrar atención. Ilumia no ha aparecido, eso es extraño. Aunque según me dijo Zane ha rondado por mi habitación. Es curioso, pero no he pensado en ella desde que estoy aquí. No sé cómo sentirme al respecto, estoy cuidando al hombre que tiene el corazón de la chica que me gusta. Rick anda ocupado con los trámites de la Prisión de sangre según entendí y Daimon quien esperaba ver aquí desde el primer día está encerrado en su habitación, al parecer tienen un ligero problema que resolver con la nueva. Aurora... Aún es complejo hablar de ella en especial desde que le borre la memoria. No sabía que podía hacer eso, y resulta que soy muy bueno en ello.

Hérederos: Dorado Ardulian.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt