43. ERIK

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Estar bajo tierra le daba una ventaja Absoluta a Aurora, la chica hacía temblar las paredes hechas de roca, abría caminos y destrozaba las puertas con una facilidad sorprendente.

Aurora me explico cómo funcionaba su herencia y su plan de escape; su poder le permitía controlar la tierra como una extensión más de su cuerpo, llegando incluso a sentir las vibraciones sobre la misma. De cierto modo esto le permitía identificar a las personas cerca a ella, Gracias a tal poder la chica creo un mapa en su mente.

La ciudad subterránea tenía cuatro pisos ocultos, el primero era la plataforma en la superficie de campo muerto donde se encontraba el ascensor, la cual era la única entrada y salida del lugar. La segunda planta era la ciudad subterránea, un campo minero donde más de 100 Personas eran controladas por cuervo. Bajo esta se encontraba la guardería o la zona de niños, allí las asistentes se encargaban de cuidarlos; según Aurora los niños aún no le habían dado forma a su alma, por lo tanto eran inmunes al control mental. Esto hacia que Ronald los mantuviera como esclavos con la idea de formar un pequeño ejército desde cero.

Aurora sacudía su cabeza con un gesto de desagradó cada que mencionaba a Ronald; la ciudad de soledad tenía muchos huérfanos, para evitar ser descubierto Ronald se quedaba con los niños que acudían al viernes de Hierro y sangre. Por último, el cuarto piso era ocupado por las jaulas de mercancía de calidad. Donde nos encontrábamos en este momento, los cuatro pisos estaban conectados por una única línea de túneles.

Al terminar, Aurora estiró sus manos hacia las rejas metálicas de la jaula y éstas se comprimieron ante el peso de la roca, le tomo tan solo unos segundos deshacerse de las vigas, la mire sorprendido y la chica me sonrió con suficiencia.

Una vez fuera de la prisión corrimos hasta llegar a la bifurcación de cuatro caminos y nos separamos para deshacernos de nuestras cadenas; según Aurora, Ronald, el hombre de la capa y los enmascarados estaban en la ciudad subterránea. Así que tendríamos suficiente libertad para movernos en la caverna, para evitar encontrarnos con ellos y darnos algo más de tiempo. Aurora destrozó el túnel sobre nosotros, al principio creí que moriríamos sepultados bajo las incontables capas de tierra.

Aurora se agachó y presionó el suelo con sus manos, estaba sudando por el esfuerzo. En medio de un grito la tierra retumbó sobre nuestras cabezas, inmensas capas de polvo soplaron en una habitación sin viento. Me aferre a las paredes al notar la primera grieta en el suelo, la tierra siguió temblando incluso cuando aurora se levanto, un efecto reflexivo del movimiento de las capas terrestres según sus palabras.

Me agache a su lado y la tome del brazo, estaba temblando. llevaba seis meses encerrada, al igual que roy y silica ella no estaba en sus mejores condiciones. sin embargo me empuja y se auto sostiene; llevo poco mas de un par de horas con ella y ya entiendo que no es una mujer que le guste depender de los demás. esta jadeando, pero se niega recibir mi ayuda.

- Destruí el tunel que conecta el tercer y segundo piso. - Apenas y puede hablar mientras respira. - A ronald le tomara unas horas abrir nuevamente un camino hacia nosotros, estamos solos. - se detiene y la escucho toser con fuerza, no hay mucha luz sobre nosotros. Así que hago que mis mariposas se hagan presentes, tan solo cinco de ellas son suficientes para iluminar el lugar.

- Esas cosas son útiles, hacen algo mas que brillar? - La voz de aurora es tosca, pero empieza a recuperarse. No le respondo, solo creo otra de mis mariposas en mis manos y la hago bailar sobre nosotros.

- Espero no tengas que ver lo que hacen. - Mi tono es un poco soberbio, pero tampoco tengo intenciones de ser recatado. Aurora sonríe un poco, por lo menos no hay burla en su expresión.

La chica se levanta, endereza su espalda y sacude su castaño cabello. se ha recuperado.

- Ve hasta las jaulas, libera a Roy y a silica. - Cada palabra de aurora suena a una orden.

Hérederos: Dorado Ardulian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora