48.ERIK

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Mi vida en si misma es una suma incontenible de contradicciones, como si la diosa del destino y el mundo me dijeran que no podía fijarme en un solo lado de las cosas.

La silueta frente a nosotros se Eleva en el viento, flotando en un espacio sin aire ni ventiscas. No hay nada más que hielo a su alrededor, el azul gélido se extiende por el techo, las paredes y el suelo. Es imbatible e incontrolable. Pero a su vez se mueve con calma, como si su misma esencia lo realintazara.

Veo como se mueve bajo y sobre nosotros, es lento, pero Pronto no habrá espacio donde escapar de el. La sombra flota sobre nosotros y extiende su manto negro como una nube de oscuridad en una noche estrellada. Haciendo que los pequeños puntos plateados de su capa se reflejen en el cristalino hielo, dando la apariencia del cielo del crepúsculo.

Por sobre nosotros, está la noche misma y bajo ella, un cielo cubierto de estrellas. Es la cosa más hermosa que he visto, en contradicción, es lo que más miedo me ha causado. Los puntos plateados se entrelazan con el azul artificial y lo llenan de diferentes colores, es como una Aurora, una sinfonía rítmica de luces, no se si
Aurora también lo nota, si está viendo la misma escena que yo, o si simplemente se fija en el enemigo.

Esto también es una nueva contradicción, que dos cosas con el mismo nombre sean tan diferentes e intenten destruirse entre sí.

La sombra eleva sus manos, las veo, son blancas y delicadas, sin lugar a dudas femeninas. De ellas emerge un vapor azulacio que es perceptible incluso en la distancia.

Con ágiles movimientos las estrellas en su capa se convierten en puntos divisibles en el firmamento de hielo, dando vida a nuevas constelaciones y sobre ellas, un mar de picos gélidos.

La dama de hielo hace crecer pequeños picos de hielo en dirección a nosotros, los envía en pares, el gelido ataque se fragmenta en su base y se eleva contra nosotros, como si una mano invisible los empujara en nuestra dirección.

Reaccionó sin notarlo, mi cuerpo y mi mente son dos cosas distintas cuando se trata de mi herencia. Pero por lo menos esta vez sigo aquí, no he perdido por completo el pensamiento. Hago que el enjambre crezca y que mi poder se haga incluso más palpable en algunas de las criaturas danzantes. Un muro, no, un escudo para proteger.

El hielo se estrella contra mi herencia, el sonido que emite es apenas audible. Levantó la mirada y veo como los fríos picos azules se deshacen al contacto de mi poder, no en un diluido mar líquido, más como en una capa de vapor. Roy y Silica aúllan, así que los liberó de mi enjambre. No puedo hacerlo tranquilamente y caen al suelo, espero no se hayan lástimado.

La maga parece no tener espació para los lamentos y yo no tengo una pizca de cansancio en mi ser, díspara más mortales proyectiles en dirección nuestra, pero los desintegró antes de estar remotamente cerca a nuestros cuerpos. Su hielo que crece de la nada y mi poder que brota del vacío, chocan en un sin fin de batallas sin respuesta. Dando origen a una tercera contradicción.

Mi poder que siempre ha sido una sentencia de muerte en mis manos, es ahora el único muro frente a la amenaza gélida que la maga representaba. El hielo que nació para proteger se lanza como un mortífero cuchillo, y el poder de la muerte se alza para proteger la vida.

Mis mariposas se convierten en un puente entre la oscuridad de la caverna y el azul de la hechicera. Batallan en un rítmico vaivén de calor y frío, los picos no se detienen así como Tampoco lo hace el hielo bajo nuestros pies.

Aurora lo nota y cae en contra del suelo, pone sus manos sobre la tierra, sobre los pequeños puntos negros que aún no se cubren de frío. Enrosca sus manos en ella y grita desde el fondo de su pecho, es un grito profundo, una sentencia de guerra.

Hérederos: Dorado Ardulian.Where stories live. Discover now